CORRUPTOS E INDOLENTES

La postura adoptada por los ministros de la Suprema Corte de (In)justicia, así como la de gran parte de los funcionarios del sistema judicial federal (y del poder judicial de los Estados) no solo ratifica su añeja corrupción, sino que además exhibe su indolencia. Su divorcio absoluto con el pueblo al que supuestamente imparten “justicia”, una justicia que dicho sea de paso solo se aplica en materia penal al 1%, sí, al UNO por ciento de los que delinquen (en las otras ramas las cosas no mejoran mucho).

     Es cierto, los ministros, antaño orgullo del sistema judicial ―sitio al que llegaban como culmen de una carrera de toda una vida, pero que ahora llegan por la grilla, aunque nunca hayan litigado siquiera―no ganan exactamente los $600,000.00 pesos mensuales, es un poco menos (sueldo que se integra con una serie de cuantiosas prestaciones), pero que a todas luces es un atraco, un acto cínico de corrupción si se considera que la mayoría de los mexicanos gana entre 6 y 8 mil pesos mensuales.

     Los lectores asiduos a esta columna saben que el nuevo presidente no se ganó mi voto, su carácter violento y berrinchudo, así como otras conductas propias de su personalidad le mantienen alejado de mi simpatía política. Su vida privada la respeto, como he respetado la de todos los políticos de todos los partidos. Pero hay algo en lo que coincidimos: ¡El repudio a los altísimos sueldos de los funcionarios y servidores públicos!

     Y que conste, no digo que López Obrador me plagió la idea, pero esta columna Análisis y Propuesta, viene denunciando desde el año 1995 (fecha en que llegó el PAN al gobierno de Jalisco y a algunas presidencias municipales, entre ellas Guadalajara y Zapopan) el aumento irracional y desproporcionado de los sueldos de la clase gobernante, que según el entonces novato gobernador Alberto Cárdenas, se “los subían para no robar” (es decir: su decencia y honradez estaban sujetas al monto del sueldo).

     Como voz que clama en el desierto una y otra vez, por años se ha señalado desde este espacio el atraco contra los dineros públicos a través de sueldos, bonos y prestaciones, en los tres poderes y en los tres niveles. Para ilustrar lo anterior dejemos espacio a algunos textos publicados en diferentes fechas:

―”Pero lo que ha sido el colmo de los colmos, es el aumento de sueldo de los asambleístas, nombre de los diputados del Distrito Federal, en tiempos en que el mexicano lucha por ganar el pan de cada día. Pues sucede que en esto sí se unificaron todos los señores diputados de todos los partidos, y como N$18,000 (18 millones de viejos pesos) mensuales se les hace muy poco, se aumentaron el sueldo a casi N$23,000, aunque, ¡faltaba más!, en uso y disfrute de la retórica, el aumento se convirtió en ‘homologación ‘ retroactiva al primero de enero de 1995. ¡Viva México!”(sábado 9/Sep/1995, Análisis y Propuesta, El Informador).

―”Polibio, el sabio historiador griego quien afirmara con certeza hace más de dos milenios, que… ‘la monarquía degenera en tiranía, la aristocracia en oligarquía y la democracia en violencia y anarquía’… En nombre de la democracia se gobierna a sabiendas de que no se tiene la capacidad moral e intelectual. Bajo su cobertura se aumentan nóminas, se regalan de igual manera diputaciones locales, se inflan costos, se pagan asesorías, …se pelean ahora que hay algo que pelear. Todo, todo, en nombre de la democracia” (sábado 19/Dic1998, Análisis y Propuesta, El Informador).

―”El martes de la presente semana todos los medios… publicaron los altísimos salarios que perciben los «amigos de Fox» ―todavía no son funcionarios― que aspiran a cubrir los principales cargos, quienes cobran nada menos que $85,300 pesos mensuales, provenientes de los bolsillos de todos los mexicanos (ese mismo día algunos medios mencionaron que el presidente electo no percibía ningún sueldo). Sin embargo al día siguiente la prensa puso contra la pared a Vicente Fox en el Estado de Veracruz, quien aceptó percibir un sueldo ‘…así como ustedes nosotros también’ ―dijo a los periodistas a manera de justificación― ¿Esta es la honestidad y congruencia que nos esperan durante los próximos seis años?” (sábado, 23/Sep/2000, Análisis y Propuesta, El Informador).

―”Desde que llegó el PAN al poder vengo diciendo desde este espacio que un diputado no debe de ganar más de $30,000 mil pesos al mes, y ninguna prestación… los sueldos de magistrados, jueces, secretarios del gabinete estatal y demás élite, además de estar tres o cuatro y hasta diez o veinte veces por encima de lo que gana la mayoría de los jaliscienses, es una expresión de corrupción, una ofensa continua a los ciudadanos. Nadie, excepto el gobernador, debe ganar al mes más de $50,000 pesos, por eso son servidores públicos, y no servirse del público, como lo han entendido”  (sábado, 18/Nov/2017, Análisis y Propuesta).

―”El problema es que la doble moral de los panistas le gustó a todos los partidos y se inició la rebatinga por los dineros para ver quien se llevaba más; premio que sin duda ganaron los ministros de la Suprema Corte de Injusticia de la Nación, pues cada uno de ellos cobra cerca de $600,000.00, sí, leyó usted bien, cerca de  seiscientos mil pesos mensuales (ya con los extras). Si bien en las Secretarías Federales, Gobernadores, Senadores y demás integrantes de la nueva monarquía disfrazada de ‘democracia’ se han esforzado para no dejarse ganar por los ministros”(sábado, 15/Sep/2018, Análisis y Propuesta).

     Así que no piensen los morenistas que su jefe inventó el hilo negro. Los abusos y raterías contra los dineros públicos por medio de los sueldos son del dominio público, pero denunciarlo, hacerlo saber, ha sido trabajo de aquellos periodistas que no tenemos compromiso con partido ni gobierno alguno, que no cobramos en nómina oficial alguna. Que tenemos la libertad para decir las cosas que suceden en el país y en lo local, no teniendo más limitaciones que las propias y las de acceso a mayores datos. Que consideramos el oficio una responsabilidad social y un gran honor, por tanto, vale decir con autoridad moral que AMLO no “inventó” el tope salarial que ahora presenta como ley. Que algunos hemos estado insistiendo acerca de este cáncer sin que gobierno alguno (de ningún partido) hubiese hecho algo al respecto. De hecho y como ya se leyó, desde hace 24 años esta columna lo ha denunciado con insistencia, esperemos que esta corte de ministros, magistrados, jueces y demás implicados, entiendan que no es corte de monarquía, sino de justicia. Y no puede impartir justicia quien se atreve a auto asignarse semejantes sueldos. Es un hecho que un ministro con $70,000 pesos mensuales podría vivir digna y decentemente, un magistrado con $60,000 y un juez con $50,000, si dicen que no, es que en realidad están contaminados. Son creyentes en el dios Mammón y están incapacitados para impartir justicia a un pueblo que como advirtiera Colosio, tiene “hambre y sed de justicia”.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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