CON LA SALUD NO SE JUEGA NI SE IMPROVISA

La frivolidad, así como la falta de seriedad y planeación del actual gobierno federal son reprobables desde el ángulo que se les vea. Quizá en el fondo jamás pensaron que ganarían las elecciones, que el poder político de la nación quedaría en sus manos, de ahí que no se prepararan para tan alta responsabilidad. El problema, y grave, es que marchantes y manifestantes quedaron de pronto al frente de cargos públicos para los que no están preparados, ni jamás lo podrán estar. Hay niveles en la vida.

     Fuera de algunas excepciones que confirman la regla, el gabinete de López Obrador es una extensa galería de rostros y personajes dominados por la mediocridad, aunque a decir verdad sobran los incapaces e inútiles.Por si no fuera suficiente calamidad, en su deseo de allegarse el poder –que le tiene extasiado y fuera de la realidad-  hizo alianza con una serie de prófugos de la justicia a los que a manera de premio o pago de compromiso les colocó en lugares de honra que no merecen (como es el caso de la comandanta Nestora Salgado y Napoleón Gómez Urrutia, por señalar algunos) y representan un lastre para el avance del país. Una mancha para la democracia y el estado de derecho.

     En ese mar de confusión de cargos y perfiles, en esa Babel burocrática que la 4ª Improvisación organizó desorganizando, se colocó en altos y delicados puestos a personas que además de carecer de la formación, capacidad y visión, después de un año y casi dos meses ya debieran de haberles cesado y colocar en su sitio a profesionistas que cubran el perfil de esas vacantes. Urge, no es asunto de ideologías ni de partidos políticos, es prioridad nacional.

     La manera como la 4ª Improvisación ha tratado y resuelto la salud de los mexicanos deja al descubierto la incapacidad e inutilidad del gobierno federal. Ante la falta de medicinas, material, atenciones especializadas, cobros ajenos a la realidad del pueblo (ese pueblo que tanto menciona el presidente) y el desorden administrativo en ese sector, millones de ciudadanos viven en angustia permanente pues desconocen su futuro y la atención médica para ellos o sus familiares es para hoy; asunto que parece no entender el presidente, o no desea entender, pues queriendo jugar a ser dios (así, con minúscula), con declaraciones matutinas ha pretendido resolver un problema no grave, sino gravísimo pues con la salud no se juega, ni se improvisa.

     Comparar la salud de México con la de Dinamarca es un desatino, refleja el desconocimiento y desproporción del presidente, quien todas las mañanas desde su púlpito pretende resolver las cosas con declaraciones. Desaparecer el Seguro Popular en lugar de mejorarlo y eliminar las fallas encontradas, además de desatino, exhibe el maniqueísmo radical del actual gobierno; un gobierno que debe admitir ante los mexicanos que se ha equivocado, y rectificando, decidir políticas públicas en salud adecuadas y efectivas que vengan a resolver la grave situación en que nos encontramos (lo cual mejoraría su opinión ante el verdadero pueblo, no el de las encuestadoras que se pagan del presupuesto, sino del verdadero, el conformado por los ciudadanos que acuden a hospitales y clínicas y se encuentran con un gobierno que les ha abandonado a su suerte).

 

GRATITUD DE ESTE PERIODISTA

 

     En lo personal y a través de este espacio, quiero expresar mi gratitud a Dios, quien a través de personas de excelente calidad moral y profesional, de médicos brillantes, que los hay en México y muchos (pero que debieran aprovecharse en el sector de salud pública), hicieron posible que recuperara la salud.

     El pasado día 5 de diciembre (2019), el Dr. Fernando Carrillo Llamas me operó a corazón abierto para reemplazar una válvula tapada y limpiar además ese órgano que Dios nos creó y concedió como coordinador de vida en nuestro cuerpo. Ciertamente es una experiencia tremenda, pero todo salió bien, la sapiencia y experiencia del Dr. Carrillo, que con la ayuda del Dr. Raúl Valdivia López (ya que en todo momento estuvieron al pendiente) lograron sacarme en todas las etapas hasta lograr una pronta recuperación.

    Menciono y agrego a mi gratitud a dos hombres sensibles y misericordiosos ante el dolor ajeno, al Dr. César Ochoa Verduzco, cardiólogo que me detectó la enfermedad, que de no ser por la misericordia Divina (pues ignoraba de mi afección) era para ya estuviera muerto hace algún tiempo, así como al Dr. Rubén Bernabé Ceja, eminente urólogo que a diario estuvo cuidándome. A los cuatro les doy las gracias de todo corazón, así como a enfermeras(os) y personal de terapia intensiva que me atendieron –como atienden a todos los pacientes en ese hospital- con verdadera vocación y afecto.

   Ante mi experiencia, cabe la pregunta: ¿es válido y aceptable que en los hospitales públicos no haya ni los medicamentos ni los insumos que se requieren para atender y brindar salud al pueblo mexicano enfermo? Y es que como ya se dijo, el maniqueísmo del presidente no cabe en este grave problema. No es lícito que culpe a los gobiernos anteriores. En los años noventa fui operado en el IMSS de una vesícula repleta de piedras, y así como estoy dando testimonio que en esta ocasión fui atendido de manera excelente en un hospital privado (Santa María, Chapalita), en aquella ocasión fui también atendido de manera excelente en esa institución pública (a la que ya no tengo acceso). No caben, pues las excusas, ni las prórrogas. Lo que se requiere es que el gobierno retorne el sector de la salud pública a la ruta de la capacidad, la planificación y la profesionalización. Basta de improvisaciones.

     Considerar que declarando que la salud será gratis para todos los mexicanos (¿entonces para que empresarios y comerciantes pagan cuotas al IMSS?) y la realidad niegue las aventuradas declaraciones del presidente -ya que es imposible que las instituciones públicas de salud atiendan a todos los enfermos-; son prueba irrefutable de que obliga un alto; la necesidad de reconocer la gravedad del problema, nombrar los funcionarios adecuados y destinar los recursos públicos necesarios, pues como dijimos al principio, CON LA SALUD NO SE JUEGA NI SE IMPROVISA.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com