MINISTROS ¿DE LA UNIVERSIDAD DE SODOMA?

Las acciones definen a las personas, igual su pensamiento expreso. Jesucristo lo dejó en claro “de la abundancia del corazón habla la boca” (Mat 12:34). La reciente tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobando una hibridez jurídica –dizque matrimonio entre individuos del mismo sexo- exhibe ante los mexicanos el extravío y condición moral de aquellos que en teoría deberían ser los máximos representantes e impartidores de justicia.

Quizá sus estratosféricos sueldos y percepciones (mensualmente cada ministro percibe más de medio millón de pesos) les han alejado de la realidad y de todo sentido de justicia. Una persona realmente justa jamás se atrevería a recibir semejante saqueo de los dineros públicos, menos cuando más de la mitad de los mexicanos percibe apenas entre 4 y 6 mil pesos al mes. Debilidad económica que por su propio peso derrumba cualquier argumento moral a favor. Todo indica que se han vuelto viejos sin llegar a ser sabios, lo cual nos recuerda al bufón del Rey Lear de Shakespeare, capaz incluso de amonestar a su señor:

–       “Si fueras mi bufón, señor, te haría apalear por envejecer antes de tiempo.

–       (El rey le contesta):  ¿Qué quieres decir?

–       (que) Uno no debería volverse viejo hasta que se ha vuelto sabio” (Edimat Libros, pág.78).

Sucede pues que los señores de la sotana laica… ¡Hagamos un paréntesis y demos espacio a Octavio Paz! Nuestro visionario hombre de letras, afirmaba que“Los santones de la burocracia mexicana juran en nombre de Juárez y Zapata pero todos juran en vano. Son iglesias sin religión dirigidas por clérigos blasfemos” (Sueño en Libertad, pág. 322).

Decíamos pues que estos señores de la sotana laica, emitieron el día 12 del mes en curso, una resolución que entre otras cosas sostiene“la ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que la finalidad de aquel (matrimonio) es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer es inconstitucional”. Luego agrega:“pretender vincular los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales de quienes pueden acceder a la institución matrimonial con la procreación es discriminatorio, pues excluye injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas homosexuales” (El Universal, 12/Junio/2015).

Uno de los pilares de la Reforma, Don Melchor Ocampo, liberal íntegro y mártir de la Patria, con la anuencia de Juárez dejó establecido en su famosa epístola: “Éste es el único medio moral de fundar la familia, de conservar la especie…  El hombre cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando este débil se entrega a él, y cuando por la Sociedad se le ha confiado”.

Así que estas mentes desviadas por una “sapiencia” quizá aprendida del pervertido Julio César o en la Universidad de Sodoma, de pronto negaron a Dios y miles de años de pensamiento judeocristiano en el que se formó nuestra civilización. En su entenebrecido pensamiento -eso afirman las Sagradas Escrituras en el primer capítulo de la Epístola a los Romanos-, los ministros consideran que un hombre con otro pueden formar “una familia” ¿En verdad creen semejante disparate? De ser así la humanidad hubiese quedado en la generación de Caín y Abel.

Sobran los argumentos bíblicos, teológicos, filosóficos, biológicos y demás para tirar al instante esta aberración, promovida con todo por un sector de los medios y de la clase política (a nivel mundial), pero que jamás dejará de ser un disparate. Peor todavía, este empecinamiento rebelde al señorío de Dios se enfrenta a la advertencia divina: “Porque como Sodoma publican su pecado y no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí”(Isaías 3:9).

Hace unas semanas, un rabino llamado Jonathan Cahn, lanzó al Presidente Obama y a los ministros de la Corte de su país (Estados Unidos de Norteamérica) la siguiente acusación y advertencia, nada menos que en un abarrotado salón del Capitolio: “Jueces de la Suprema Corte ¿pueden ustedes juzgar los caminos de Dios? ¿Pueden ustedes, con veredictos artificiales, anular las leyes eternas de Dios? Hay otro Tribunal y hay otro Juez, y ante Él todos los hombres y todos los jueces rendirán cuentas. Si la Suprema Corte de una nación juzga al Todopoderoso ¿Debe sorprenderles que el Todopoderoso juzgue a ese tribunal y a esa nación?  …Y desde este lugar hacemos esta declaración: No doblaremos nuestras rodillas ante Baal. No vamos a postrarnos ante la corrección política. No vamos a arrodillarnos ante una moral tan cambiante como la arena del viento. No vamos a postrarnos ante las leyes y preceptos de rebelión o ante las vacas sagradas de la apostasía moral… Doblaremos nuestras rodillas solamente ante el Señor, nuestro Dios, pase lo que pase…  algunos confían en los Tribunales Supremos, y otros confían en Casas Blancas. Algunos confían en los gobiernos, otros confían en Wall Street. Algunos confían en los poderes y otros confían en los ídolos. Pero nosotros vamos a confiar en el Nombre del Señor nuestro Dios el Nombre sobre todo nombre, por encima de todos los reyes, por encima de todos los poderes… Vamos a confiar en el Nombre de Yeshua ha Mashiach, Jesús el Mesías, el Rey de todos los reyes, el Señor de todos los señores, el Juez de todos los jueces, la Luz del mundo, la Gloria de Israel, la piedra angular sobre la cual esta nación fue fundada, y la única respuesta, la única posibilidad y la única esperanza que tiene Estados Unidos para poder brillar una vez más con la luz del fuego con la presencia y gloria del Dios vivo, y no ir al infierno ¡Ayúdanos Señor, gracias!.”

(youtube: https://www.youtube.com/watch?v=b9P_PqxZ3kc

Los mexicanos que amamos y creemos en Dios (judíos y cristianos de las diversas corrientes y que somos cuando menos el 70 por ciento de la población) estamos indignados y sorprendidos ante la actitud de los ministros de la SCJN. La torpeza, ausencia de sabiduría, justicia, sentido común y respeto por la mayoría de los mexicanos, ha quedado implícita en esa resolución. Es de sabios rectificar y millones de ciudadanos esperamos que así suceda y se vuelva a la cordura ¿No lo cree usted?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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