LA INGENUIDAD DEL MUNDO

Los defensores radicales de la razón tienen también su lado peligroso. No por belicosos, al contrario, por su absurda ingenuidad, por no entender ni aceptar el peligro. A partir del ataque y destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York, de derribar parte del otrora indestructible Pentágono y del avión que estrellaran en Pennsylvania con todos sus ocupantes, las hordas de asesinos engendrados por el Islam radical han continuado con su escala de horror a la que se suma la reciente matanza de Niza, en la que 84 inocentes perdieron la vida y más de 200 quedaran heridos por un demonio que en el nombre de “Alá”, el dios de los musulmanes, ─que no es el mismo Dios de judíos y cristianos (el dios del islam es inventado por Mahoma, mientras que el Dios del judeocristianismo se revela al hombre caído para restaurarle)─ les asesinara con maldad y crueldad manifiesta. Ni qué decir de su repugnante cobardía; cobardía presente en todos los yihadistas, pues no es lo mismo enfrentarse a soldados o policías armados, que atacar a civiles inocentes y desarmados, ajenos a su mundo y pensamientos de odio y maldad,

 

A la larga lista, en la que por cierto la aldea global no anota los ataques yihadistas contra el pueblo judío en Israel, podemos recordar los ataques en el Metro de Madrid, en el de Moscú y el de Londres, así como los crímenes que cometieron contra el personal y directivos del diario francés Charlie Hebdo y un supermercado Kosher de Paris, por señalar algunas de las fechorías de estos asesinos endemoniados. Sí, endemoniados, no es posible que un ser humano, ¡humano!, sea capaz de asesinar a personas inocentes, a miles de ellas, que ni siquiera perciben o esperan peligro alguno. Que no se defienden porque no están conscientes del peligro. Agredidos por perturbados que se atreven a matar y matarse en espera de mujeres en otra vida futura, porque en la presente su religión de odio y prejuicios les enseña que judíos y cristianos son sus enemigos, contra los que se autoriza en el Corán el uso de la violencia e incita a matarles.

 

Así que este es justamente el problema de Occidente. Su ingenuidad a toda prueba. Un teólogo inglés, John Wesley, fundador de la iglesia metodista escribió en el siglo 18, que “La pasión y el prejuicio gobiernan al mundo, pero bajo el nombre de la razón”. ¿Querer demostrar que el hombre es “bueno” porque todo lo razona, no se ha convertido acaso en una pasión absurda, malsana, y casi suicida?

 

Habiendo la culta Europa apostatado de Dios, entronizó la razón y el hombre suplantó a Dios, usurpando la criatura el lugar del Creador. Lo peor del caso es que desde el siglo antepasado ha continuado en su necedad, empecinándose y afirmando a todas horas que el hombre es “bueno”, por lo que le creó de manera absurda una protección a manera de muro llamada «derechos humanos», No importa que dos grandes guerras mundiales les hayan derrumbado al ídolo y mostrado al hijo del rebelde Adán tal cual es. Un hombre caído cuya razón apartada de la gracia Divina ha resultado violento, torpe, incapaz siquiera de distinguir el peligro real, como sucede en este momento.

 

En lo personal la actitud de los líderes del mundo me recuerda al gran intelectual alemán Walter Benjamín, que capaz de analizar las profundidades del pensamiento filosófico, de desmenuzar los sistemas políticos y comprender los porqués de la historia, no pudo en la vida real distinguir que el guardia español que le retuvo esa noche en la frontera, solamente quería (corrupto como los “covachuelos” de Madrid que señalaba nuestro querido Fray Servando Teresa de Mier) sacarle algo de dinero para que continuara su huida hacia América (a causa de su origen los nazis le querían asesinar como a todos sus compañeros intelectuales judíos que iban en ese grupo).

 

     Al no discernir la corrupción del guardia que solo quería sacarle unos pocos billetes, Benjamin prefirió suicidarse. Algo así les está sucediendo a los defensores radicales de la razón. No quieren ver, mucho menos aceptar, que llenaron Europa de criminales musulmanes. Pensar que por vivir en el continente de la razón por alguna especie de osmosis se les pegaría a sus fanáticos y cerrados huéspedes su manera de entender la vida, raya en la ingenuidad absoluta, por no decir estupidez.

 

A diferencia del judío y del cristiano, que cuando lee la Biblia buscando a Dios hay una transformación positiva del creyente, en el Islam sucede exactamente al revés. Puede ser un musulmán pacífico y tolerante mientras no lea el Corán, pero una vez que lo lee y se entera de sus enseñanzas, del odio y belicosidad de Mahoma contra judíos y cristianos (contra los que se incita y autoriza el uso de violencia, incluso la muerte) aparece la furia y el odio que el llamado «terrorismo» ha impreso como marca en el siglo de la posmodernidad, dejando en Occidente una estela de muerte y destrucción.

 

De continuar el mundo con esa actitud estúpida de ingenuidad, los crímenes del Islam belicoso (llámese ISIS, Boko Haram o como sea) no solo continuarán, sino que irán en aumento. El hecho que una persona, un pueblo o una nación no sea belicosa, no significa que no se tenga que defender o tomar medidas contra un peligro inminente. Europa y América del Norte abrieron sus puertas de par en par al mundo musulmán y ahora tienen el enemigo dentro de casa. Un enemigo que no quieren ver, pues la razón que les enorgullece se ha convertido en simple sinrazón.

 

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

 

 

Email: mahergo50@hotmail.com

¿EL PEJE TAPATÍO?

Las comparaciones por lo general no gustan, chocan, sin embargo hay personajes y situación cuyas semejanzas resultan asombrosas. Un caso. En la ciudad de México y entre las hordas de maistros de la CNTE, el eterno candidato de los anarquistas (no de las “izquierdas”) como todos sabemos, es Andrés Manuel López Obrador.

Un individuo de pocas luces, pésimo estudiante (fósil, pues) alérgico al trabajo y poseído por cierto espíritu que le hace creer que es el salvador de la Patria, aunque en su caso se trata de una patria imaginaria; no el México de todos nosotros, puesto que la mayoría no tenemos ningún punto de coincidencia con este iluminado, que entre sus abundantes defectos está soberbia, la ira, la prepotencia y el maniqueísmo. La verdad absoluta le pertenece a él, solo a él y a nadie más. Cualquiera que no comulgue con su primitiva manera de pensar es su enemigo, de la mafia, de los malos, de los que le organizan “compló”.

Sucede que en Guadalajara tiene un discípulo, que consciente o no, sigue fielmente sus pasos. Adivinó, lector, se trata de Enrique Alfaro Jr.. Heredero y usufructuario de las bondades de los gobiernos del PRI y miembro por años de ese partido (como el Peje en su tiempo), Alfaro traicionó al PRI para obtener la presidencia municipal de Tlajomulco, aunque con la franquicia del PRD, o de alguno de esos negociantes del poder que abundan en México.

Es obvio que no podía ser presidente de ese municipio, toda su vida ha residido en Guadalajara. No importa, al fin y al cabo para nuestra clase política la ley es solo para los pobretones, para los jodidos, para los sin fuero, para los que no están afiliados a ninguna franquicia política. Igual lo hizo el Peje en el Distrito Federal, él es tabasqueño y residente tabasqueño, pero que más da, con la ayuda de su pandilla, banda, camaradas o como se llamen, se lanzó la presidencia municipal de la capital, regencia, jefe de gobierno, o como se llame la silla (que dicho sea de paso concede un enorme poder y recursos multimillonarios a su alcance).

En el caso de Enrique Alfaro Jr., luego que utilizó los mejores publicistas de imagen y su equipo de colaboradores en Tlajomulco (la mayoría amigos incondicionales desde la prepa, es decir, líderes estudiantiles; experiencia heredada y muy bien), se fue de diputado local haciendo grandes migas con Emilio González Márquez (que hasta este momento no ha entregado cuentas de los $ 74 mil millones de pesos que se gastó de manera irregular). Emilio supuestamente era del PAN, aunque antes era el jefe de los sinarquistas. Pero como entre los chaqueteros se entienden ―nombre con el que Guillermo Prieto calificaba a los que cambiaban de bando político en el siglo XIX―; el que antes era del PRI y luego del PRD, se lanzó con la ayuda de su amigo Emilio por la gubernatura de Jalisco, misma que perdió.

Pero como es hombre terco ―igual que el Peje― a los tres años se lanzó por la presidencia municipal de Guadalajara (en nuestro sistema político no existen ni los alcaldes ni las alcaldías) misma que ganó con la franquicia de Movimiento Ciudadano (propiedad del señor Dante Delgado Ranauro).

     A semejanza del Peje, para Enrique Alfaro Jr., todos son corruptos, excepto él, todos son malos junto a él, capaz de cruzar largos pantanos sin manchar su blanco plumaje. Es tal su fuerza que pudo levantar la falda de la estatua de la horrenda Minerva (la de la glorieta) y ver que traía varices y quien sabe cuántos achaques más. Los expertos no saben qué tiene la estatua y le están introduciendo aparatos para ver cómo está y poder repararla, pero Alfaro ya dijo que está mal y requiere de gastársele, con eso es suficiente. Así que sus allegados y medios que le siguen le han aplaudido (como todo lo que hace), pues cuando Alfaro dice una cosa así es, ¡infalible!

Cuando llegó al ayuntamiento de Guadalajara, criticó hasta el cansancio la construcción del Mercado Corona, pero ya que notó que a la gente le gustó, le gastó una millonada a la banqueta de enfrente y con eso se colgó una medalla que le correspondía a su antecesor.

Le gusta gastar, quizá preparando su campaña próxima a la gubernatura (dicen los que saben de esas cosas). Por ciertos rumbos de la ciudad ha gastado una enorme cantidad de millones de pesos en estacionamiento para bicis, los cuales en realidad a nadie le sirven (siempre están totalmente vacíos). ¿No hay necesidades en Guadalajara como para gastar en esas tonterías? ¿La salud de los tapatíos está por debajo de los compromisos con los amigos a los cuales hay que premiar con obras?

Apoyado con el discurso de ser justo y celoso por la ciudad, en el fondo lo único que ha hecho es allegarse recursos y votos futuros. Inició una campaña de “banquetas libres” en la colonia Chapalita y lo único que ha hecho es fastidiar a los vecinos, que hartos de tantos negocios a los que Alfaro y compañía no obligan a tener cajones de estacionamiento para sus clientes (como marca el Reglamento Municipal), tienen que estacionarse en las rampas y entradas de sus propias casas.

¡Ah, pero llega Alfaro el celoso guardián del orden, del político, claro está, y levanta folios a los vecinos con multas de $ 3,276.00 pesos (haciéndoles dobles víctimas). Sí, porque a negocios como Aseguradora Quálitas de López Mateos y La Purísima que deja en las casas de los vecinos de la zona entre 20 y 25 autos, más los de sus clientes, y la plaga de autos invasores llega cuando menos a 50 ¿Y contra quién se va el celoso presidente municipal? Pues contra los vecinos, total, ya están viejos y él es el candidato de los jóvenes (frívolos e insensibles, me imagino, pues si fueran más inteligentes y reflexivos ya hubieran conocido al Dr. Jekyll).

Y es que su astucia ―y la de sus incondicionales― no tiene límites. Esta semana se publicó en un diario local que un palero, perdón, un ciudadano al que las huestes de Alfaro le levantaron supuestamente un folio por estacionarse en banqueta, acudió a tomar “curso de conciencia vial” porque le reducirían la multa a $1,638.00 pesos. ¡Qué ofertón! ¿Es lo menos?, porque una falta semejante en Tránsito del Estado (Vialidad) no debe pasar de $ 300.00 pesos.

No es justo ni puede el ciudadano quedarse callado con tanta simulación, con farsas con las que se le quiere engañar como si careciera de la mínima inteligencia. Si con las posturas arrogantes y anarquistas del Atila de Macuspana la mayor parte de los mexicanos está harta; en Jalisco no podríamos continuar con otro prócer semejante, que aunque con matices propios, a final de cuentas tienen madera de potenciales dictadores, cuya palabra y visión es la única. En la que los demás deben plegarse, por la buena o por la mala. Ni la vida ni la política son ni deber ser así ¿O usted que opina, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

CAMPUS PARTY: ¿PARA TERMINAR EN CONCILIACIÓN?

Los gobiernos de los últimos años (en todos los niveles) viven alejados de sus gobernados y de la realidad. Sus acciones públicas lo denotan. Son rehenes de consejeros fantasiosos y ni qué decir de aspiraciones políticas, ya sea hacía arriba o buscando un espacio en la historia. El primero con facilidad lo pueden lograr, el segundo también, aunque no necesariamente por el camino que ellos quisieran.

Un caso concreto. Mientras que el Presidente Enrique Peña Nieto lanza el jueves 7 de julio las campanas al vuelo y anuncia que durante su mandato se han creado nada menos que 2 millones de empleos (lo cual es fabuloso), en Jalisco unos días antes, Aristóteles Sandoval embriagado por el mismo elixir, declaraba en el llamado “Campus Party 2016” que el futuro económico estaba prácticamente en manos de estos jóvenes emprendedores.

Parcialmente tienen razón. La creación de empleos es una bendición para cualquier país, una gran oportunidad que muchos pueblos de la tierra desean, pero que no la tienen. El problema es otro. Es mantener con vida las fuentes de trabajo, de crearles el estado las condiciones para que no solo mantengan los empleos, sino para que crezcan y creen nuevos puestos y de ser posible mejor remunerados.

    Pero… ¡los malditos peros! ¿Cómo mantener con vida las fuentes de trabajo sin que nadie ponga orden en esa cloaca llamada Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Templo farisaico de un legalismo torcido y contaminado hasta la médula por toda clase de carteles de pseudo abogados (el verdadero abogado resuelve problemas, no los crea) que han hecho del edificio de la calle Independencia y Humboldt una verdadera cueva de ladrones. Donde la maravillosa LFT de 1970 ha sido torcida en su interpretación hasta convertirla en un arma para extorsionar a cuanta fuente de trabajo conviertan en su víctima. Claro, con la complicidad o indiferencia de la autoridad (que no ha puesto freno a semejante negocio ilegal).

Desde hace muchos años, para ser exactos desde que llegó el PAN al gobierno de Jalisco, el derecho laboral se alejó de su función original (que es proteger al trabajador del abuso de un mal empleador) para convertirse en simple negocio de vivales, que en complicidad o indiferencia de los funcionarios de las Juntas han estado utilizando los Laudos como mera arna de despojo y extorsión, transformando derechos de 10 o 15 mil pesos, en cientos de miles, acabando en primer orden con el estado de derechosiguiendo el patrimonio de los que se arriesgan a invertir creando fuentes de empleo y concluyendo con la salud y vida de no pocos que han caído en las garras de estos delincuentes.

Porque si no se detiene este torcido y pervertido negocio y se pone orden en este palacio de extorsiones al “amparo de la ley”; los emprendedores de campus party y todo aquel que se atreva a invertir en Jalisco, tarde o temprano terminará en esa cueva donde lo que menos impera es la ley, mucho menos la justicia. Donde el derecho se utiliza para todo lo chueco, donde la interpretación torcida y amañada de la ley se ha convertido como ya se dijo en arma «legal» para asaltar a cuando patrón o fuente de trabajo caiga en sus feroces garras.

Para que el lector se dé una idea de la magnitud del problema, los juicios que se reclaman actualmente contra las fuentes de trabajo locales, la cantidad es semejante al presupuesto de Guadalajara, Zapopan, San Pedro y Tlajomulco juntos (El Diario NTR, 8/Feb/2016).

Ya se dijo en artículo anterior, la verdad no es patrimonio de los trabajadores, como tampoco de los patrones. Hay trabajadores buenos, regulares, malos y muy malos. Igual es en el gremio de patrones. Así que corresponde a la autoridad procurar que la verdad  salga durante los procesos, no puede permitirse continuar con ese vicio maniqueo ¡DE NINGUNA MANERA!, en el que solo el dicho del trabajador ―que puede ser mentiroso por costumbre o aconsejado por su abogado―, sea palabra pura y prístina ajena a toda maldad, y la del patrón todo lo contrario ¡La vida no es así y el ser humano tampoco!

El día que la Junta Local de Conciliación y Arbitraje comience a exigir dentro de los procesos que se apeguen las partes a la verdad de los hechos, que no permitan que se falseen NI SE AUMENTE EN LA DEMANDA EL IMPORTE DE LOS SUELDOS Y PRESTACIONES PARA ROBAR A LA FUENTE DE TRABAJO, que no permitan a notificadores levantar falsas notificaciones que desemboquen en cuantiosos Laudos (que acaban con las fuentes de trabajo y su capital), que vigilen a litigantes mañosos que han hecho del derecho laboral una tapadera para sus ilícitos, y que se dicten (ahora sí) Laudos justos en los que los hechos y argumentos de ambas partes sean considerados y ponderados con justicia; gradualmente bajará la carga de trabajo y el nuevo edificio que reclaman será innecesario, pues la carga de trabajo obedece a tanto delincuente con cédula profesional, como también a tanto trabajador “torero” que ha hecho de las demandas su “modus fregandi”.

Sin desatender claro está, la limpia de funcionarios corruptos, valga señalar que en días pasados la Policía Ministerial se llevó a una Presidenta de una de las Juntas, hecho que nos corrobora el estado de putrefacción de ese organismo público (tan necesario para el equilibrio económico y social)

En conclusión: la alegría del titular del Ejecutivo de Jalisco es tan frágil como una pompa de jabón. Gobernar no es salir a declarar triunfalmente a los medios. Gobernar es enfrentarse y resolver los problemas que afligen a los ciudadanos, que como ya se dijo, poner orden en la JLCyA es uno grave y de urgente intervención, pues en ello se va la estabilidad y el futuro económico de Jalisco ¿Acaso creen que quienes invierten y crean fuentes de trabajo no saben lo que está pasando?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

SOCIEDAD SIN DIOS: CONSECUENCIAS

Desde que el hombre existe en la faz de la tierra, creer en Dios era la opción correcta, la que concedía la razón de ser. En ese largo tránsito los seres humanos han respondido en mayor o menor medida a la voz del Creador, voz que fue cobrando forma escrita en la medida que la revelación iba dándose a través de patriarcas y profetas, hasta llegar a los tiempos del autor de la vida y del mensaje revelado ¡YESHUA HA MASHIACH! (Jesús el Mesías).

La Biblia misma nos narra que en la medida que el pueblo de Dios vivía acorde al mensaje divino, paz y bendiciones se reflejaban en el vivir cotidiano, como también en la estabilidad y prosperidad. No así cuando le daban la espalda al Creador o cuando la fe se concretaba a una simple tradición heredada, a ritos y fiestas sin sentido espiritual alguno, haciéndose réprobos delante de Dios y de los hombres.

Nunca los fanáticos religiosos han sido aceptos ante el trono Divino, su desconocimiento de la fe que dicen profesar, su ignorancia de las doctrinas fundamentales, casi siempre han llevado a la humanidad a etapas de horror y oscuridad. A tinieblas en las que el nombre de Dios es utilizado de manera blasfema y blasfemado por otros a causa de los impostores de la fe.

Y es que no es lo mismo decirse creyente que ser creyente. Jesucristo desnudó este tipo de conductas echando abajo las máscaras: “¿Por qué me decís Señor, Señor, y no hacéis lo que yo os digo?”.

Cierto, sin la obra y gracia del Espíritu Santo se carece de la capacidad para vivir la fe, pero cuando el corazón realmente está rendido a Dios, su Espíritu se encarga de conceder las fuerzas. Podemos fracasar una y otra vez, pero siempre será mejor vivir intentándolo que permanecer en la zona sin compromiso de la mera teoría.

Los religiosos fanáticos y sin santidad, han sido a lo largo de los siglos causa y efecto del rechazo de otros a la religión al asociar ésta con la intolerancia y la ignorancia. De ninguna manera se justifica su descreimiento, pero se entiende el tropiezo recibido de quienes debieran ser luz y han sido tinieblas.

El problema es que tales tinieblas a partir del siglo XIX, pero sobre todo después de la segunda guerra mundial en el XX, han crecido a tal forma que en lo que corre del XXI son tan espesas que impiden toda visión futura, llenando de temor a muchos y entregando a otros tantos en brazos del materialismo y el hedonismo.

Ya no se trata del ateísmo producto de la dialéctica marxista. Ni siquiera de las filosofías existencialistas de Sartre, Camus y camaradas de la rebelión espiritual que influyeran a varias generaciones de europeos en los años ’60. No, el actual ateísmo es producto del vacío espiritual absoluto en el que se han formado la mayoría de las personas en el mundo posmoderno. Para ellos no hay Dios, no hay Biblia, no hay Mesías, no hay Mensaje, no hay eternidad, ni cielo ni nada.

Viven el ahora sin frenos pero también sin esperanza ¿Podría estar la sociedad humana en buenas condiciones? Es ingenuo considerar que sí. Los estragos múltiples de la drogadicción, la violencia sin freno, las ambiciones desatadas, los asesinatos de mujeres, la corrupción y abuso de niños, la homosexualidad desbordada y demás expresiones de una sociedad hasta ahora desconocida, son por cierto las consecuencias de vivir sin Dios.

El sociólogo Lipovetsky con su narrativa descarnada reconoce y expresa que aun a los que la sociedad considera “ateos” (que no necesariamente lo eran) y cuyas vidas han sido tomadas como ejemplo para negar la eficacia de la religión, estos afirmaron públicamente el valor social de la fe: “Con seguridad, todos los puentes entre moralidad y teología se hallan lejos de estar cortados ya que la mayoría, incluidos Voltaire y Rosseau, reconocen en la idea de un tribunal divino –aunque sea fuera de la Iglesia cristiana- la más sólida garantía de una moral viable” (El crepúsculo del deber, Anagrama, pág. 29)

Así que el vivir sin Dios de gran parte de las sociedades posmodernas ha traído consecuencias catastróficas, haciendo de la vida un suplicio en lugar de una bendición como lo fue por siempre. Fuimos hechos para estar en comunión con Dios, nuestro Creador, y en esta comunión radica la verdadera felicidad. Felicidad que no tiene nada que ver con veladoras, rezos, procesiones y demás expresiones, sino en conocer a Jesucristo como autor y consumador de la fe, quien con su vida y sacrificio en la cruz del Calvario reconcilió al hombre caído con Dios el Padre.

En su mensaje revelado (Biblia) está el manual del fabricante, que aunque puede ser consultado en cualquier computadora, paradójicamente es desconocido por millones de jóvenes y niños en las nuevas generaciones. Desconocimiento que se refleja en las calles de México y de todo el mundo ¿o usted qué considera estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com