AEROPUERTO: ¿DEUDA O SIMPLE EXTORSIÓN?

Con eso de que el cobro de piso se ha vuelto tan usual en este país, ya cualquiera (a causa de la impunidad) se siente con derechos para reclamar cualquier cosa, con o sin derecho, real o imaginaria, incluso fuera de toda lógica y cordura. El asunto de las tierras del Ejido “El Zapote” que utiliza el Aeropuerto de Guadalajara desde siempre y que reclaman los ex ejidatarios al gobierno federal, no es del todo claro. Conlleva demasiadas sombras legales como para no ser tomado con la debida seriedad, pues aparte de la estratosférica suma que piden los “supuestos” dueños, se trata de un bien público necesario para toda la sociedad y la vida económica.

De hecho para cualquier litigante viejo y con experiencia, el asunto de entrada se mira turbio. Para empezar es muy probable que ya haya operado la PRESCRIPCIÓN ―sin conocer los detalles―, y es que se trata de tierras expropiadas en los años setenta y que en su momento se les pagaron. Si ahora se les hace poco es otro asunto. Antes los abusivos se la pensaban para querer engañar o extorsionar al gobierno, pues se trataba de gobiernos de verdad que entendían y cumplían su parte en el contrato social.

Cabe recordar al respecto que a los ejidatarios de El Zapote esas tierras no les costaron nada, fueron regalo de la Revolución Mexicana (expropiadas a otros, a los hacendados), de manera que sus airados reclamos con tantos decibeles (amplificados extrañamente por algunos medios)no corresponden a la realidad histórica.

Entorpecer o bloquear la carretera a Chapala, única vía de acceso al aeropuerto de la capital de Jalisco, más parece una acción de Al Qaeda, o cualquier otro grupo terrorista, que el reclamo de un derecho legítimo ¿O es que sin ese tipo de chantajes saben de antemano que su causa es insostenible y jurídicamente ya está perdida? Es una pregunta.

Durante meses cientos o miles de pasajeros han perdido sus vuelos, otros han llegado tarde y con los nervios hechos trizas, se han apoderado del estacionamiento (que dicho sea de paso es un verdadero atraco lo que cobran), han impedido que los envíos (carga) lleguen a tiempo, que la recepción de pasajeros o parientes se entorpezca. Más todavía: a quienes transitan rumbo a Chapala, la Ciénega o Michoacán los constantes bloqueos se han convertido en una caldera de irritación social.

¿Puede un puñado de personas, con o sin causa, adueñarse de las carreteras, impedir el tránsito de quienes circulan por ahí y paralizar un sitio estratégico para la vida social y económica de Jalisco como es el aeropuerto? ¿La ley les concede semejante abuso que no es otra cosa que vil chantaje y afectación a los derecho de miles y miles de ciudadanos que nada tienen que ver con su negocio o como se llame?

La participación de jueces con sentencias de dudosa imparcialidad y posible parcialidad, así como el manejo de nombres de litigantes y exfuncionarios de la universidad pública local asesorando a los ejidatarios, abona a que el asunto se mire con total desconfianza. Con un tufo de mega “negocio” aprovechando la ignorancia de las masas, el apoyo de ONG’S que todo lo que sea contra el gobierno lo apoyan, sin faltar los “quijotes” de las redes sociales que todo apoyan (sin saber siquiera que apoyan): se han lanzado contra un gobierno que teme a la críticas de los medios, de los “derechos humanos”, de los agitadores y anarquistas profesionales; intentando los ejidatarios en su notorio atrevimiento doblegarlo ante la opinión pública para llevarse una millonada de los dineros del pueblo.

Por tanto es necesario que intervenga la PGR (la SCJN mejor que ni se meta, quien se atreve a cobrar de sueldo mensual más de medio millón de pesos en un país que la mayoría gana entre  4 y 6 mil pesos es obvio que su sentido de justicia está totalmente torcido) y a través de sus asesores jurídicos analice si se trata de un derecho real o de una mera y vil extorsión.

Algunos ciudadanos poco reflexivos (otros totalmente desinformados, incluso, y con pena lo escribo, tontos) piensan que el gobierno tiene alguna especie de cofre inmenso para pagar cuanta cosa le cobren. No es así y no ha sido así nunca. Como tampoco sale un solo peso de la bolsa de los funcionarios públicos, pues gran parte de ellos entran a ver que se llevan, no a ver cuánto le ponen. De manera que todo pago sale del dinero del pueblo, del dinero que se recauda de los bolsillos de todos los ciudadanos y contribuyentes, por tanto, no podemos admitir que dineros que se requieren en hospitales o escuelas vayan a parar en un probable intento de delito. No se asegura, pero se requiere de aclarar a fondo y sin chantajes ni amenazas (que es lo que ha hecho el asunto sospechoso desde al principio).

JUNTA DE CONCILIACIÓN: UN VERDADERO HORNO

     Pasó ya una semana y el Gobierno de Jalisco y los funcionarios que cobran de jefes en la Junta Local de Conciliación no han movido un solo dedo para revertir el horrendo calor que se produce en ese enorme invernadero. Luego de las 12 del día la temperatura va subiendo de manera que para las 3 ó 4 de la tarde, aquello es un verdadero infierno. ¿Qué esperan, que empleados, visitantes o litigantes azoten de algún golpe de calor o una deshidratación? No es asunto de juego ni para hacerse disimulado, es un asunto grave que requiere la intervención inmediata del gobierno (está más fácil hacer adecuaciones y poner aire acondicionado, que pagarle a los ejidatarios del Zapote la millonada que sospechosamente exigen).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

CONCILIACIÓN: ¡EN CAÍDA LIBRE!

El gobierno de Jalisco, así, con minúscula, comprueba ante la sociedad una y otra vez su limitada visión política, ni qué decir entonces de su ejecutividad, pobre visión y compromiso con la sociedad, una visión cercana a la indigencia y alejada del todo de la grandeza vivida en Jalisco en épocas pasadas.

Auto engañados con logros publicitados por ellos mismos en los medios, con costosas certificaciones a modo (el cliente paga) y sin una sana autocrítica que les ayude a corregir y tomar el rumbo correcto, Jalisco se hunde en problemas mientras que su gobierno declara triunfos en no pocas áreas.

     En tanto pues que el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto ha mostrado con firmeza su deseo de poner un alto al escándalo en que se convirtieron la mayoría de las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje en el país, muchas de las cuales además de permitir saqueos millonarios en contra de la Planta Productiva nacional, se amafiaron con grupos de litigantes para literalmente extorsionar a las fuentes de trabajo a través de juicios amañados y plagados de cuanta irregularidad jurídica pueda existir. En Jalisco tal parece que no se entendió el mensaje pues las cosas siguen igual o peor.

A tal punto llegaron las quejas al Ejecutivo Federal a causa de despachos más ladrones y nocivos que los mismos cárteles (peor aún: con la anuencia y apoyo de los Tribunales Laborales) que el Presidente con el apoyo del Senado realizaron grandes reformas en materia Laboral.

El criterio de los legisladores es detener y solucionar a través de una verdadera Conciliación los problemas obrero-patronales; conciliación que a manera de filtro frene al máximo la tramitación de juicios y ponga un alto a esa clase de “trabajadores” que en realidad son meros vividores o simples extorsionadores.

En Jalisco ha sucedido al revés. En lugar de poner un alto a tanto abuso de despachos de abogados dedicados al negocio de los juicios laborales (en los que gran parte de los trabajadores son mera mercancía; ganado con fierro propiedad de los litigantes ―que la mayor de las veces no saben siquiera que su juicio sigue, que se toman decisiones siempre por encima de su deseo y que aunque en teoría son “clientes”, en realidad son mercancía para hacer un negocio ilegítimo barnizado de “legal”―) además de no detener la marejada de nuevos juicios, lo cierto es que construyeron un local más grande para el Tribunal Laboral del Estado (Conciliación, pues).

Se trata de un bodegón proyectado muy probablemente por algún ingeniero agrónomo, pues su diseño es más propio para un invernadero que para un edificio que albergaría los juzgados laborales (llamados Juntas).El calor es verdaderamente insoportable por lo que es de esperar que desmayos y deshidrataciones se pongan a la orden del día.

Ciertamente el bodegón es grande (y feo, muy feo, pero para que no derrochen más dinero público que así le dejen), lo cual lejos de inhibir nuevos juicios laborales pareciera que la intención es estimularlos. La oficina para liquidar trabajadores parece Central Camionera en época navideña ¡Llena a reventar!, situación que anuncia el empobrecimiento de muchas medianas, pequeñas y micro empresas, y no solo eso, la baja de sueldos ante el temor de que esta plaga de juicios y reclamos (la mayor de las veces injustos e innecesarios) les llegue.

A todas estas irregularidades y pésimas decisiones del gobierno estatal, habrá que agregar que el bodegón que alberga la Junta Local de Conciliación y Arbitraje se encuentra en una zona de bodegas abandonadas. Se trata de la calle Palmas, en la parte trasera del Parque Agua Azul, una zona horrible, sucia, totalmente abandonada, sin lugar para estacionar los autos de quienes acuden a la Junta y por si fuera poco, super poblada de drogadictos, parias, vagabundos y vándalos, de ahí que el primer día de su funcionamiento antes del mediodía varios asaltos ya se habían cometido ¿Policías? No es posible, el presidente municipal de Guadalajara, aunque todo recibió de los gobiernos del PRI, está en lucha contra sus amigos de toda la vida, quedando el pueblo en medio de las medidas inapropiadas de uno y de los berrinches absolutistas del otro.

Es tal el cuadro surrealista de la zona, que hay un carril para “bicis” cuando es posible que tenga años de no circular una por esa zona. ¿No habrá en todo el gobierno del Estado y en el municipio una sola persona con sentido común que quite de inmediato ese carril, adapte el estacionamiento en batería (que triplicaría espacios) y de paso mande patrullas que sometan al orden a los vándalos que viven en esa calle abandonada, si no de la mano de Dios, sí de las autoridades. Se gobierna para el pueblo, no para regodearse en el poder.

Otro aspecto del terrible caos que se vive en la Junta Local es el desahogo de audiencias. Si la audiencia está fijada a las 12:00 a.m., puede iniciar a la 1:00, 2:00 o incluso a las 3:00 p.m., con el descaro de poner en el acta que se inició a tiempo ¿Acaso piensan que el ciudadano no tiene otras actividades y compromisos que cumplir? Es absurdo semejante abuso, total, si no se pueden celebrar que se fije nueva fecha y se meta en cintura a tanto abogado bribón cuyas listas parecen las del Juicio Final y no un mero cuestionario sobre los hechos principales de la Litis. Punto.

Urgen al respecto un sinfín de cosas. Primero que se ponga un filtro efectivo que disminuya de inmediato el número de demandas y juicios. Segundo, se ponga un alto a tanto despacho de litigantes al estilo “talibán” que ha hecho de la justicia laboral una sucursal de la “Cueva de Ali-babá y los 40 ladrones” (aunque en la JLCyA sean por cientos). Tercero, se remedie el efecto invernadero del edificio antes que las deshidrataciones y desmayos cobren facturas innecesarias. Cuarto, se adecúe la calle para el estacionamiento en batería (a la vez que se promueva entre las bodegas vacías que se habilite algún estacionamiento público). Quinto, se ponga orden en el asunto de las audiencias y se obligue a los abogados a que presenten a los trabajadores a dichas audiencias (y de ser posible terminar los juicios y no alargarlos mañosamente). Y sexto: se envíe de inmediato policías a la zona que metan en cintura a las bandas de merodeadores que viven en las banquetas.

Téngalo por seguro que quienes laboran en el nuevo bodegón de la JLCyA, visitantes y abogados, tendrán muchas otras cosas que aportar, aunque para hacer conciencia al gobierno de sus cuestionables decisiones es de considerar que ya se dijo mucho ¿o usted que considera lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

SOCIEDAD: POR ESA RUTA FRACASARÁN

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     A nivel local la sociedad a coro reclama justicia; protección inmediata ante tanta violencia. Sin embargo desde los escritorios de algunos llamados “académicos” se defiende a capa y espada un modelo penal que en México no sirve para nada, excepto para fomentar la impunidad. ¡Nada más! ¿En qué cabeza cuerda se cree que el mexicano se comportará como el anglosajón? Y es que mientras para el nuestro la mentira es de las primeras cosas que aprende en la vida hasta hacer de ella uso cotidiano (refinado en muchísimos casos), para el vecino es perjuro.

Agréguele a eso que quienes imparten justicia: llámese penal, civil, familiar, mercantil, laboral (ni qué decir de este lodazal), etcétera, lo hacen como un simple empleo y no como lo que debería ser, y se entenderá porqué la justicia se niega en Jalisco. La mayoría de los juzgadores carecen de conciencia de su importantísimo trabajo, y al no buscar ni impartir la justicia, el escudo fácil de los códigos los saca adelante, sumiéndose la sociedad en la desesperación.

En conocida cadena de tiendas que empiezan con O y terminan con XO (para preservar su privacidad) localmente están padeciendo un promedio de 300 asaltos por mes, todos impunes, o casi todos. ¿Cómo desconfiar de la palabra de un bribón?, de un parásito social que menosprecia el estudio y el trabajo y decide el camino fácil de la violencia para allegarse lo que desea. No importa que se haga del fruto del trabajo ajeno, que lesione o incluso asesine, para eso tiene a sus defensores oficiosos de ONG’S y “académicos” de escritorio. Para que digan ante la prensa que son “víctimas” de la vida (lo cual es totalmente falso). Cada quien en lo individual decide el camino a seguir.

Quien esto escribe nació en el populoso barrio de San Juan de Dios, luego vivió toda su juventud en el barrio de San Andrés, pudiendo ser testigo que la mayoría de sus amigos y jóvenes fueron gente de trabajo o de estudio (o ambas cosas). Pocos en realidad los que rechazaron el camino correcto, y todos, sin excepción, sabemos en el fondo lo que es correcto y lo que no (la conciencia nos lo dice).

A nivel Nacional vemos las bandas familiares a manera de tribus salvajes robando combustibles, sembrando amapola y mariguana, vendiendo drogas, pseudo sindicatos violentos y mafiosos (como la CNTE) controlando el enorme presupuesto educativo de varios Estados. Lo peor del caso es que exigiendo “derechos”, con el apoyo de ciertos sectores, incluso entre los medios, de otra forma resulta inexplicable que con el machacón asunto de los 43 ayotzinapos asesinados por los cárteles de la droga en Guerrero todavía les apoyen, cuando todos sabemos que andaban de vándalos y habían cometido una serie de delitos graves.

Ven que a jóvenes y niños los están envenenando los delincuentes y en lugar de defender a los niños de estas bandas de chacales sin entrañas, defienden a los delincuentes porque no se les “respetan sus derechos” y cuanta tontería se pueda imaginar en esta pesadilla social al estilo Kafka, donde lo absurdo es lo real.

Reclamar en las calles el “orgullo homosexual” (con gran apoyo de los medios, que por lo general cierran sus puertas a causas justas) es muestra patética del estado que guarda la sociedad, o cuando menos en algunos sectores. Con la apatía, temor o indiferencia de casi todos los demás.

Si crecemos la lente a nivel mundial las cosas no están mejor. Terrorismo;  injusto reparto de la riqueza a causa de la ambición de los pocos; pereza e improductividad de muchos en las nuevas generaciones (Ortega y Gasset les calificaba en los años ’30 como los “señoritos satisfechos” de la historia); modelos educativos que se aplauden cuando apenas están en fase experimental; fanatismo religioso (el cual sí se tolera y la fe judeocristiana es vista con menosprecio y  atacada continuamente con virulencia, cuando es justamente esta fe en el Dios creador que se revela al hombre caído la que nos ha sostenido por miles de años); promiscuidad sexual y rechazo a la familia tradicional: son parte del rostro deformado de la sociedad posmodernista y posteista.

La política y los políticos del presente ni se caracterizan por su capacidad ni por su sentido de justicia, mucho menos por su fe y valores, que no los tiene la mayoría. En cambio se caracterizan por laxos, mentirosos, “tolerantes” con malvados y violentos, indiferentes ante las necesidades sociales y los reclamos de justicia, corruptos (hasta lo irracional) y muchas cosas por el estilo.

      Ahora bien, todo gobierno se nutre de sus ciudadanos situación que se refleja en sus acciones públicas, de manera que el repudio a la autoridad y a responder por las consecuencias de las acciones delictivas cometidas, no nacieron en los estados, sino en los hogares y de ahí fueron llevados a los gobiernos. No a la inversa.

Una sociedad sin frenos de ninguna especie se detendrá forzosamente ante el muro de sus excesos (con consecuencias desastrosas, téngalo por seguro). Se piensa que por ser ideas posmodernas todas son buenas y que lo que nos funcionó por miles de años ya no sirve ¡Falso!

La iglesia, que derivada del hebreo Kehilá (congregación) pasó al griego como ekklesia, entendiéndola desde sus raíces bíblicas (y no clericales con sede en Roma), no ha estado haciendo su deber ante la sociedad global. Rabinos, sacerdotes y pastores han guardado silencio ante un modelo social que nos está llevando a todos al abismo.

El teólogo R.C. Sproul escribe en alguno de sus libros una fuerte crítica en este sentido y con esto concluimos: “En la cultura contemporánea post cristiana la religión es relegada a la espera privada. Si los dirigentes de la iglesia se levantan y denuncian la falsedad al momento de verla. El mundo suelta una rabieta: ‘¡Cómo se atreve usted a imponerme sus creencias? ¡Usted puede creer en la religión, si lo desea, pero hágalo en su propia casa!’ Así le ladra el mundo a la iglesia hoy…Lo que debería sorprendernos es la timidez con que la comunidad cristiana ha recibido su relegación… Nuestra responsabilidad es levantarnos… hemos comprado la mentira moderna de que la iglesia no tiene nada válido qué decir al mundo” (Cómo defender su fe, págs.. 85-86). Me limitaría agregar que sólo Dios tiene las verdaderas respuestas ante la vida y ante la eternidad, además de que también los creyentes tenemos el mismo derecho de expresar nuestras opiniones.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

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VIALIDAD: ¡O FUNCIONA O DESAPARECE!

Ser o no ser, ya lo dijo Shakespeare. En el caso de la Secretaría de Vialidad Jalisco (Tránsito, pues), el problema, y grave a manera de desahucio, es que no es. No funciona en absoluto. La sociedad le considera muerta o cuando menos desahuciada y quienes cobran por mantener esa Secretaría supuestamente viva, lo hacen a la manera de la leyenda del Cid Campeador (que ya muerto es montado sobre “Babieca” para intimidar al ejército moro). No se quieren enterar, mucho menos aceptar, que no sirve para nada, que carece de toda función social; si acaso recaudatoria.

Bastaría con que salieran a la calle el Jefe, directores y demás personal que cobran la nómina de esa Secretaría (que son muchos millones), no en patrullas ni con escoltas, solos, conduciendo sus autos como cualquier mortal para darse cuenta que la zona metropolitana de Guadalajara (integrada por varios municipios) es un verdadero caos. Un odioso estacionamiento ya casi a todas horas.

Entre las cosas que quedan claras, es que el negocio de las licencias es eso, negocio, una simple manera de recaudar. Y es que no todas las personas tienen la capacidad de conducir tomando en consideración las reglas de la ley, el tráfico, mantener cierta velocidad, etcétera. Téngalo por seguro que cuando menos un 15 por ciento de los conductores de Jalisco en Estados Unidos, por poner un ejemplo, no obtendrían la licencia. En cambio aquí mientras cubran el importe no hay problema (los problemas lo causan esas mismas personas a diario en las calles).

Mientras que en los años 60 y 70, luego de un choque que por supuesto no había tantos, el agente de tránsito en 5 o 10 minutos ya estaba, que si bien no siempre llegaba en la mejor disposición, había un representante de la autoridad que levantaba de inmediato el croquis y pormenores para luego resolver en la Secretaría.

Hoy en día suceden cosas no extrañas, sino detestables. En primer lugar luego de un choque es más fácil que pase por el sitio un astronauta venido de la Estación Espacial a que llegue un oficial de Vialidad para resolver el problema. Pueden pasar literalmente horas (en López Mateos, Lázaro Cárdenas, Vallarta, o la que usted guste), el tráfico volverse lento e insoportable y la autoridad jamás aparece. El tráfico desquiciado, los automovilistas con el calor, la lluvia o el frío a punto del colapso, y el gobierno que le cobra impuestos por todo, incluido por transitar su auto (refrendo), le abandona a su suerte.

Si alguno de los involucrados tiene seguro, llegará un particular a nombre de la empresa aseguradora y tomando atribuciones que la ley no le concede, como si fuera funcionario público se considera señor de horca y cuchillo para resolver. Y como Vialidad en la práctica ya no existe, pues el susodicho particular hace y deshace como le viene en gana. ¿De qué sirven tantos teléfonos con cámara si no son utilizados de manera auxiliar y poder mover los autos para que no estorben?

Nadie respeta la ley y los conductores que lo hacen son vistos como “tontos”, de manera que muchos se pasan el alto, dan vuelta en lugar prohibido, se estacionan donde no se debe y hasta en doble o triple fila. No pasa nada. Vialidad ya no existe.

Miles de conductores tortuga violan a todas horas la ley (ir demasiado despacio también es infracción) van por el carril izquierdo y no se mueven por nada, ocasionando no solo accidentes a causa de su necedad, sino filas kilométricas que a manera de cortejo fúnebre les siguen hipnotizados produciendo mayor contaminación. Y no hay quien les llame la atención, que les obligue a mantenerse en el carril derecho (pues no hay muchas opciones). Desde los gobiernos de Alberto Orozco Romero, Flavio Romero de Velazco y Guillermo Cosío Vidaurri no se han vuelto a construir grandes avenidas y calzadas. Al contrario, las han reducido para las bicicletas ¡Asómbrate Ripley!.

Las motos de baja cilindrada que no pueden circular por los carriles centrales de López Mateos y Lázaro Cárdenas, todos los días y a todas horas zigzaguean ante el horror y temor de los automovilistas, sin que nadie se los impida. Lo dicho, Vialidad ya no existe.

En el corrupto gobierno de Emilio González Márquez (que hasta este momento no ha rendido cuentas) se inventó el asunto de las “fotoinfracciones”, lo cual no está mal, es un factor disuasivo. Sin embargo y como casi todo lo que tocan nuestros gobiernos, de inmediato perdió el sentido de su creación convirtiéndose en mero asunto recaudatorio, lo que es peor, no para engrosar las arcas públicas sino como negocio de particulares. Es inadmisible semejante cosa.

Por si no fuera suficiente tanta adversidad para el ciudadano, el presidente municipal de Guadalajara Enrique Alfaro se ha sumado con sus absurdas medidas a este terrible cóctel letal, cuando menos para los habitantes de la capital de Jalisco. Entre sus ocurrencias y queriendo quedar bien con los jóvenes ciclistas le ha quitado a la ciudad cientos de kilómetros de carriles de autos, dejándolos exclusivos para bicis (tirando en eso una millonada que en Salud se requiere).

En su desatino este absolutista del siglo XXI, en lugar de exigir a los grandes negocios que aporten el estacionamiento para sus clientes, se ha ido a la yugular de los vecinos de esos negocios que al perder sus espacios en la calle tienen que estacionarse en la rampa de sus propias cocheras. No en el espacio peatonal (banqueta) sino en el espacio de la rampa, lanzando sus mastines con folios de $3,200 pesos por estacionarse en su propia casa, aumentando la angustia de los ciudadanos que no ven en sus gobernantes sino a meros opresores que les han despojado de toda libertad, mientras que en las calles no hay quien ponga orden (robo de autos, autopartes y cristalazos a la orden del día).

Tal parece pues que lo que sucede con la Secretaría de Vialidad es un reflejo de la disfuncionalidad e incapacidad de los gobiernos posmodernistas. Duele decirlo pero aun sus discursos son de poca sustancia (para decirlo de manera suave), exhiben su falta de capacidad, conocimientos, compromiso y visión de estado. El valioso y necesario campo de la política ha sido asaltado por toda clase de bucaneros, filibusteros, e improvisados ambiciosos..

Jalisco, pues, está urgido de una Secretaría de Vialidad que funcione en las calles y le resuelva al ciudadano el caos que se vive en calles y avenidas. Que deje de estar fastidiando al gremio camionero (ha enviado ya a la quiebra a la muchos de los dueños con una tarifa tan baja y combustibles tan caros) y procure resolver también los problemas de ellos, que también son ciudadanos, de lo contrario otro gran problema estaría próximo a estallar. Lo dicho pues ¡O funciona Vialidad o desaparece! ¿Qué considera usted, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com