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En la obra clásica de Shakespeare, en Hamlet para ser precisos, uno de los guardias deja salir su criterio personal a su compañero durante su rondín reflejando en su sentir lo que sucedía en el reino: “¡algo huele a podrido en Dinamarca!” Las elecciones del 7 de julio pasado en Baja California han dejado por cierto un olor semejante en México

n la obra clásica de Shakespeare, en Hamlet para ser precisos, uno de los guardias deja salir su criterio personal a su compañero durante su rondín reflejando en su sentir lo que sucedía en el reino: “¡algo huele a podrido en Dinamarca!” Las elecciones del 7 de julio pasado en Baja California han dejado por cierto un olor semejante en México.

       Extrañas alianzas políticas ocurrieron, pero más extraños todavía los resultados electorales, sobre todo para la gubernatura del Estado norteño referido.

El negocio de esas franquicias políticas llamadas “partidos políticos” se mostró con crudeza y total cinismo, aventando al basurero de la historia toda máscara de dignidad para exhibir el verdadero rostro de los actores.

Por cierto un rostro carente de maquillaje ideológico que permitió ver a meros bucaneros peleando por las naves que llevan los tesoros públicos que en lugar de ser destinados al bienestar social, de unos años a la fecha ni siquiera alcanzan para una elite gubernamental que se hace acompañar de una corte burocrática obesa y parasitaria, lo que les ha llevado a vivir del fiado esclavizando con el FMI y el BM a las nuevas generaciones de mexicanos, sin que la mayoría de la llamada prensa “grande” diga cosa alguna.

Sueldos de reyes y príncipes (además de los “extras”) son el sello de esta monarquía huehuenche que asegura a todas horas y como loros que son demócratas. De acuerdo a sus hechos Alexis de Tocqueville les resulta un perfecto desconocido, aunque las memorias del tenebroso José Fouché parecen ser su libro de cabecera. Un manual que les permite salir airosos de todo trance y adversidad política ya que de acuerdo a su pragmática visión política no hay principios, no hay ideología, no hay pueblo al cual servir, quedando en todo caso ambiciones personales y de grupo (en este caso de la franquicia política) que parecen no llenarse nunca.

¿Cómo explicarse que el supuesto partido de “izquierda” llamado PRD se alíe con la corrupta ultraderecha llamada PAN para la gubernatura de Baja California y algunas presidencias municipales? Si en el terreno natural agua y aceite no se mezclan, se repelen, en el nauseabundo sistema político mexicano “izquierda” y derecha sí se mezclan al grado de parecer un auténtico matrimonio de convivencia. Es decir, casi todos los días se pelean delante de todos y se dicen las peores cosas, ¡ah, pero si se trata de alianzas donde hay dinero para colocar sus huestes de bribones se aman, se abrazan y festejan por todo lo alto la llegada de las riquezas públicas!

Desgraciadamente para México y los mexicanos las sorpresas todavía son mayores y el partido que debería mostrar congruencia y dignidad republicana (aunque es deber de todos) de pronto se mira envuelto en la nube de la duda y el descrédito. Nos referimos al PRI.

La noche del domingo 7 de julio el presidente nacional del PRI apareció ante los medios declarando el triunfo del candidato de su partido para gobernar Baja California, sosteniendo su dicho en el conteo de las copias de las casillas. Es decir, en estadísticas reales. El sobrino nieto chillón y berrinchudo del esotérico héroe de apellido Madero (que en lo personal no me resulta héroe de nada), grita, vocifera, se desgarra las vestiduras ante la pérdida del botín del Estado norteño al grado incluso de compararse con la actriz Greta Garbo???

El problema es que una semana después el candidato ganador del PRI a la única gubernatura aparece “disciplinado” y de manera sumisa reconoce ante los medios inexplicablemente su derrota” ¿Qué pasó? ¿Quién le dijo que entregara lo que una semana antes había ganado en las urnas, la decisión soberana de los bajacalifornianos? ¿De Los Pinos vino la orden?

Porque el torpe señor de apellido Madero que controla la multimillonaria franquicia llamada PAN, incapaz de mostrarse como político de altura, devorado por las ansias una semana después de que el candidato del PRI anunciara su “derrota” aparece en los medios con la plana mayor de su partido (incluyendo a expresidentes) para declarar que el PAN está de acuerdo en una Reforma Energética incluso con reformas constitucionales.

En su cinismo el sobrino nieto del presidente que en las noches preguntaba a los muertos como gobernar a los vivos, se lanza contra su marido político el PRD y le dice que no lo necesita, que se ha encontrado un nuevo amor (PRI) con el cual sacará esa reforma. Ante esto solo nos queda preguntarnos a los ciudadanos ¿La Reforma Energética tuvo como costo entregar la gubernatura de Baja California a los panistas? De ser así México ha quedado sumido en una simple farsa democrática. El tiempo nos mostrará la verdad.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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