Opinión
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¿Cuándo sería la última vez que un presidente de México recorrió en automóvil la ruta México – Acapulco o la vía Guadalajara -Puerto Vallarta? Al ciudadano le queda claro que desde que los gobernantes viajan en avión o helicóptero ignoran casi totalmente el estado de conservación de la mayoría de las carreteras del país, como también ignoran el calvario que sufren los viajeros.

Se han alejado tanto de ese pueblo que aseguran gobernar que creen realmente la fantasía que a diario les fabrican la corte faraónica que labora para la Presidencia. Viajes, acarreados para la ocasión, elegantes y costosos foros que a diario son desechados, tarde que temprano les hacen creer una realidad virtual que poco o casi nada se parece a la verdadera realidad.

Perdidas en esa fantasía de magníficos escenarios han quedado la mayoría de las carreteras del país. La retórica oficial ha quedado a distancia de años luz de lo que se dice hacer con lo que existe. El turismo es un ejemplo. Sumido el país en una una crísis económica que parece no tener fin, pero que Fox y Calderón escondieron detrás de las cifras macroeconómicas (ocultando perversamente la exhorbitante deuda pública externa e interna), el pueblo agobiado por la fauna criminal, la economía, los altos impuestos y demás problemas sociales ha encontrado en el vacacionar una manera de descansar y salir de tanta tensión.

Las autoridades de Turismo sexenio tras sexenio aseguran hacer todo por mejorar y aumentar el turismo, sin embargo sus declaraciones por lo general carecen de sustento. En días pasados un conocido diario de Guadalajara criticaba al turismo nacional que visita Puerto Vallarta calificándole de “galletero”. Es decir, que se traslada de todo el pais al puerto por carretera (y no en avión como los gobernantes y la realeza local).

Una familia que paga entre $1,500 y $3,000 pesos diarios de hotel pero que no frecuenta los restaurantes y hace la mayoría de sus comidas en la habitación, además de ser despreciado todavía es ofendido: ¡galletero! ¿Considera sensato el sector turístico semejante trato para el que les da de comer? Sí, porque con el turismo extranjero y el reducido sector que viaja en avión simplemente no se sostendrían sitios como Puerto Vallarta y Acapulco, por señalar algunos.

Sin embargo nos faltan los horrores del camino: aportación que corresponde en exclusiva al gobierno. Sexenios van y vienen y la ruta Guadalajara – Puerto Vallarta continúa casi como hace cuarenta años. Los pocos tramos de “autopista” se reducen a breves trayectos de peaje costosísimo con servicios casi nulos, sin patrullas de vigilancia, ni vehículos que presten ayuda al viajero y con sanitarios en las casetas que son verdaderas cloacas ¿Los concesionarios llevarían al presidente Peña Nieto o al gobernador Aristoteles Sandoval a sus inmundas y hediondas letrinas?. ¿Este es el “esfuerzo público” por mejorar y promover el turismo? Ni qué decir de los precios en sus tiendas.

Una ruta que se podría transitar en dos horas y media se realiza en seis en una carretera vieja y de un solo carril, lo que imposibilita rebasar por la abundante zona montañosa y lo añejo del trazo. Filas de hasta 70 u 80 vehículos convierten las vacaciones de un pueblo agobiado en un asunto terrorífico.

Pero no es todo, los señores que dicen mantener en buen estado las carreteras siempre se les ocurre hacerlo durante las vacaciones lo que aumenta hasta en dos o tres horas los trayectos ¿Habrían de vacacionar y disfrutar los agobiados mexicanos? No, por supuesto que no. Para eso tienen a sus gobernantes, para hacerles sufrir incluso en las vacaciones, y si no pregúntele a cualquier defeño sobre los “maistros” o cualquier grupo que haya tomado la autopista del sol; o a cualquier jalisciense o de los estados vecinos que haya viajado este mes a Puerto Vallarta.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Correos recibidos: Maria Elena Gómez M., considera también que las elecciones en Baja California fueron una farsa democrática. El Ing. Manuel Coronado escribe molesto por el comentario de su servidor por la limpia que los brujos le hicieron al Papa Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe. Mi amigo el Embajador Manuel Martínez del Sobral se indigna también ante “tanta desigualdad entre gobernantes y gobernados en materia de ingresos”. Lic. Yolanda Guzik, gracias por sus palabras de felicitación.

e.mail: mahergo50 hotmail.com

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