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Durante el retorno de su viaje Israel, el actual Papa argentino (Francisco) declaró a la prensa que le acompañaba, su deseo (que en realidad es la nueva visión del Vaticano) de analizar el tema del “celibato”. La verdad es que no hay mucho que analizar. El celibato es una imposición humana originada en el siglo XI por razones políticas y económicas ¡Punto!

PAPAISR

La Palabra Divina (Biblia) en ningún momento exige el celibato a quien es llamado al ministerio. De hecho el sacerdocio católico carece de un sustento bíblico por cuanto en las Escrituras solo hay dos tipos de sacerdocios anunciados y avalados por Dios: el levítico y el de Melquisedec. Para ejercer el primero es deber ineludible ser judío, de la tribu de Leví, pero como este sacerdocio fue removido por el de Melquisedec en el año 33 de nuestra era por el propio Jesús, quien se ofreció a sí mismo en una sola vez y para siempre para redención de los pecados de todos los hombres (Heb 7:15,23-24), el sacerdocio católico queda sostenido por la simple tradición. Y esto en cosas de fe carece por lo general de valor, tanto bíblico como teológico.

La Escritura enumera los requisitos del obispo: “Es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción… pues el que no sabe gobernar su casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?” (1ª Tim 3:2-5).

El celibato se convierte pues en una imposición ministerial hasta el siglo XI d.C. a causa de los ricos europeos, que para evitar el pago de impuestos se hacían “sacerdotes” (esta condición les eximía de sus deberes fiscales); irregularidad que además de empobrecer los reinos del viejo continente, empobreció el liderazgo cristiano al agregar legiones de impíos que no tenían nada que ver con la fe. Al contrario. Se convertirían en tropiezo para muchos; los ciegos guiando a otros ciegos.

Así que el arrebato de “celo” del Papa Francisco para tratar el tema del celibato no tiene nada de original ni de nuevo pues lleva en su contra diez siglos de atraso ¿Será por esta causa la presencia de tanto cura pervertido y pervertidor en el oficio que debería ser el más puro y ejemplar? Dios les decía una y otra vez a los antiguos sacerdotes del linaje de Aarón (hermano de Moisés): “Santos seréis, porque santo soy yo Yahwéh vuestro Dios” (Lev 19:2).

No puede haber nada más incongruente en la vida que un cura abusador de niños y jóvenes. Siendo el celibato una imposición humana, si un cura se enamora no peca, su condición de varón se lo pide, es natural y comprensible. En cambio abusar de un niño además de dañar de por vida la integridad y fe de una persona en formación, comete delante de Dios un gran pecado. A esto se refería Jesús cuando dijo: “Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”. (Mat 18:6)

Esta semana los diarios y la televisión machacaron la nota de un cura de San Luis Potosí que abusó de más de un centenar de niños y jóvenes. De entrada el asunto requiere de varias respuestas. La primera es porqué durante tres décadas el clero mexicano guardó silencio cómplice ante las fechorías de este pervertido ¿tenía que llegar este Papa para que se pudieran ventilar estas atrocidades?

La segunda es porqué no los echan del ministerio a la primera que se conozca, es evidente que individuos así carecen de vocación. Si en las empresas los corren de inmediato ante faltas no tan graves con mayor razón de las cosas divinas. Por último, por qué el gobierno ha disimulado igual número de años y dado un trato de “fuero” a estos delincuentes con sotana, por cuyas desviaciones y delitos, la fe y los buenos ministros de Dios son enjuiciados colectivamente al entrar la desconfianza en la sociedad.

Por si faltara algo a este clima que deja en entredicho en muchos sentidos al clero, el obispo Vera de Saltillo declara “La violencia que se vive en varias entidades del País proviene del Estado…   (que) Joaquín “el Chapo” Guzmán es hermana de la caridad comparado con los “pillos” del gobierno” (Mural, 29/Mayo/2014) ¿En verdad viene del estado? Solo una mente enferma puede considerar que el gobierno es el causante de la violencia actual. De hecho el gobierno de Peña Nieto recibió el país en las peores condiciones desde la época de la Revolución, en todo caso ¿por qué no acusó a Fox y Calderón? Eso por un lado, por otro, como parte del liderazgo clerical ¿cree tener autoridad moral para señalar pecados ajenos? (si es que se pudieran probar). Porque los múltiples casos de curas pervertidos y pervertidores sí son reales.

Por lo que se aprecia, el liderazgo de la iglesia católica se asemeja a los políticos mexicanos, en otras palabras, cada quien hace y dice lo que quiere. Otro cura amante de los reflectores es Alejandro Solalinde, hombre protagónico y ajonjolí de todos los moles políticos (bajo la cubierta de los “derechos humanos”) que ahora se suma a las autodefensas.

Cuando estaba en el albergue para migrantes en algún momento le quisieron llamar la atención sus superiores. Recuerdo haberle visto en la televisión blandiendo el libro “ Lejos de Roma, cerca de Dios” a manera de amenaza a sus superiores. El libro en cuestión recoge el testimonio de 55 sacerdotes que dejaron el catolicismo para integrarse por razones teológicas y doctrinarias a diversas corrientes del protestantismo (Editorial Portavoz ).

La cuestión es que en Solalinde no hay ningún Martín Lutero, Juan Calvino, o Guillermo Farel, cuando mucho un cura protagónico que no conoce a fondo la fe judeocristiana y la confunde con una versión remasterizada de la teología de la liberación (lo mismo pero en más chafa). Por todas estas cosas es de considerar que la chamba del nuevo Papa y su equipo es enorme. Demasiadas desviaciones e incongruencias que además de denigrar la fe ante los ojos del mundo entero, deshonran al Dios santo y justo al que pretenden servir ¿O usted que considera estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Lo sucedido el miércoles 21 del presente mes de mayo en San Bartolo Ameyalco (Distrito Federal), donde más de un centenar de policías resultaran heridos por una turba de salvajes perfectamente organizada, varios de gravedad; no solamente deja averiguaciones criminales que hay que desahogar hasta llegar con los culpables y hacerlos cumplir sus delitos tras las rejas. Lo cierto es que los sucesos desenterraron hechos que creíamos desaparecidos para siempre.

Cuando Hernán Cortes y sus huestes conquistan a los aztecas, entre las experiencias vividas es que se topan con pueblos del centro verdaderamente indomables que aprovechan su llegada para rebelarse contra el imperio local.

Detrás de los conquistadores venían providencialmente los misioneros, muchos de ellos verdaderos hombres de Dios comprometidos con los intereses del Reino de los cielos por encima de los de España, quienes se encargan de predicarles las buenas nuevas de Dios y de su hijo Jesús “el Cristo” (Mesías). Y aun cuando la fe quedó contaminada sincréticamente por causa del paganismo de los lugareños, la verdad es que muchos de ellos creyeron genuinamente en Dios y la paz comenzó a reinar en muchos pueblos y por mucho tiempo.

Lamentablemente los cristianos nominales que por lo general son mayoría o siendo pocos tienen poder, oprimieron por siglos a los diversos pueblos que integran este país llamado ahora México. A principios del siglo XIX Miguel Hidalgo y Costilla, hombre ilustrado y liberal (doctor en teología) se indigna del trato concedido por españoles y criollos ricos a sus trabajadores (les consideraban esclavos) ya que además de condenable era totalmente contrario a las creencias cristianas que decían profesar.

Como todos los mexicanos sabemos, la noche del 15 de septiembre de 1810 adelantan su movimiento y tocan a rebato las campanas de la parroquia de Dolores iniciando así la lucha de Independencia. El problema es que una cosa son las ideas del pensador y otra muy distinta los hechos y acciones de la turba. Las matanzas y degollinas de españoles realizadas por la turba de indígenas en Guanajuato, Morelia y otras ciudades horrorizan a Hidalgo, quien ante el temor de que repitieran semejante conducta criminal se detiene en las goteras de la capital (cerca de lo que es actualmente Santa Fe), prolongando con su indecisión la guerra por una década más.

Hidalgo convoca mediante las campanas de la Parroquia para acabar con la opresión, con los abusos de españoles y criollos (siendo él mismo uno de ellos). Sin embargo la lucha tomó rumbos no calculados por el doctor en teología que muchas veces le sumían en la más profunda depresión al contemplar el salvajismo de los que hasta entonces había conocido como humildes y sumisos, pero que al sentir apenas el aviso de liberación, muchos de ellos sufren una horrenda metamorfosis hasta convertirse en criminales sin entrañas de misericordia. Quien niegue lo anterior es que desconoce nuestra historia.

Las escenas vistas en la televisión ese miércoles, en las que todo un pueblo pertrechado y perfectamente organizado para acabar con algunos centenares de policías (que en la actualidad el gobierno capitalino les ha quitado toda dignidad humana y autoridad, convirtiéndoles apenas en monigotes de feria al que cualquier individuo puede apedrear, golpear u ofender), nos lleva a pensar; cuando menos a quien esto escribe, que al abandonar un gran porcentaje de mexicanos la fe de sus padres y abuelos, retornó el fantasma de las tribus indomables de la época de la conquista.

¡Los genes son los genes y si no hay un espíritu que domine positivamente a un pueblo o sociedad con principios y valores, salen los fantasmas! Lo visto esta semana en la televisión en San Bartolo Ameyalco es escena repetida. La entrada de las tropas norteamericanas a la capital en 1847 así lo demuestra: “La mayor parte de los rebeldes, de acuerdo con los testimonio mexicanos y estadounidenses, habría pertenecido al bajo pueblo capitalino y no a las elites políticas más involucradas en la guerra internacional…  las armas conspicuas de los rebeldes fueron las piedras de los pavimentos metropolitanos, que el gobierno del Distrito Federal había ordenado levantar y situar en las azoteas de la ciudad apenas unos días antes del 14 de septiembre” (Luis Fernando Granados, Sueñan las piedras, Era/Conaculta/Inah, México 2003, pág. 20).

Emboscar a las tropas, piedras y azoteas, es decir, mismo y centenario método. El problema en este caso es que llegaron las fuerzas del orden para evitar el saboteo de una obra social de agua potable. Ninguna tropa extranjera amenazaba a los pobladores de San Bartolo. En otras palabras no existe justificante alguno para semejante rebelión social.

En las averiguaciones ya se habla de los barones de las pipas de agua que vieron con la introducción del agua potable el riesgo de que merme o acabe su millonario negocio. Sea esta o no la causa principal del levantamiento, gobierno y gobernados debemos de hacer un alto y analizar con detenimiento lo sucedido en este poblado capitalino. Conocemos hasta el cansancio la exigencia de las masas a todo tipo de servicios y beneficios sociales y que no existe presupuesto capaz de suplir a tanta necesidad, real o ficticia. Como también conocemos de su violencia y salvajismo de estos pueblos: desde la conquista hasta su reaparición más o menos reciente.

Durante los años de los gobiernos posrevolucionarios hubo paz, como también había temor de Dios entre los mexicanos, y sentido y ejercicio de autoridad por parte del gobierno. Y aunque la mayoría de los mexicanos desconociera el contrato social derivado de la Constitución Política de 1917, de manera tácita cada quien lo entendía y asumía su parte, es decir, sus deberes.

El problema es que de Ernesto Zedillo en adelante, pero sobre todo de Vicente Fox y Felipe Calderón hasta el presente día, la violencia en México ha tomado carta de radicación. Todo mundo exige protección a su persona y bienes, pero pocos quieren asumir sus responsabilidades sociales. Como Nación no podemos permitir que cualquier turba, por muy numerosa que sea, imponga su deseo a los demás por encima de la ley y el orden.

Es tiempo que gobierno, universidades, escuelas, credos religiosos, pero sobre todo las familias, nos demos cuenta de que estamos retrocediendo con rapidez. Que a 500 años de la conquista estamos quedando en las mismas circunstancias ¿Será esto lo que queremos los mexicanos, o es tiempo también de ponernos de acuerdo y revisar el contrato social para que cada uno asuma sus responsabilidades? ¿Usted lector qué opina?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Ningún ciudadano que sea y considere sensato negaría los méritos de los buenos profesores. Todos tenemos gratos recuerdos de algunos o de muchos de ellos. Sin duda que son mayoría, sin embargo y como sucede en otros gremios los que acaparan las notas en periódicos, radio y televisión son los peores. Los mafiosos, los que al amparo de un membrete sindical actúan como si tuviesen patente de corso para cometer toda clase de desmanes y delitos en contra de la sociedad. No se diga en contra del erario y bienes nacionales.

      A partir del gobierno de Ernesto Zedillo el “cartel de los maistros” año con año tomó la ciudad de México de rehén. Al más puro estilo pandilleril, es decir, como somos muchos no nos puedes hacer nada gobierno, la extorsión tomó carta de radicación.Y es que no solo se exigían aumentos salariales. Nada de eso: las cuotas millonarias para el sindicato en sus diversas secciones hizo incluso que nuevos cárteles aparecieran superando las mañas de su mafia progenitora. Es el caso de la CNTE y la tristemente célebre Sección 22 de Oaxaca.

Podrán decir que es “la lucha”, podrán decir lo que quieran y gusten para tratar de simular legitimidad en una causa sin causa, pues lo cierto es que se trata de un simple y vulgar cartel delincuencial. Una caterva de facinerosos alérgicos al trabajo y a la preparación personal, con incapacidad profesional en la mayoría de los casos, por tanto inútiles para la instrucción de niños y jóvenes ¿qué podrían enseñar además del cobre? ¿Clases de vandalismo, de anarquía social, de guerrilla urbana producto de un trotskismo trasnochado?

Lo cierto es que los dejaron ir demasiado lejos. La impunidad gozada y permitida desde el sexenio de Zedillo hasta el de Felipe Calderón han sido un continuo dolor de cabeza para el actual gobierno federal, que no solo se ha tenido que enfrentar a los diferentes carteles delincuenciales en diversos Estados del país, a la enorme pobreza, abandono del campo, deterioro de las Instituciones públicas (a causa de un desaparecido estado de derecho), sino que además ha tenido que cuidarse las espaldas de estas hordas de zánganos que se dicen maestros, cuando son simples “maistros”, parásitos sociales que no aportan nada que no sea su mal ejemplo y mala educación. Carteles semioficiales que se escudan en el sindicalismo (tan necesario para proteger al trabajador) para evitar las muchas cuentas pendientes con la justicia.

¿Cómo podremos calificar los ciudadanos que 7,183 “profes” (la palabra maestro les queda muy grande) ganen más de $100 mil pesos al mes? Que 1442 tengan más de 100 años y cobren aunque ya salió el gremio a negar sus trafiques (quizá los genes de Matusalén se quedaron entre los maistros). Que otros 70 ganen más que el Presidente Enrique Peña Nieto, o que un cínico en Oaxaca, donde abunda este tipo de bribones gane más de $600 mil pesos al mes. Claro que si se le escarba e investiga a fondo, la nómina se reduciría cuando menos un 25% en monto y empleados, toda vez que aviadores y fantasmas desaparecerían ante la luz de la legalidad.

Otra cara de estas mafias pseudo sindicales son las Normales Rurales: fabricas de vándalos que además de carecer de una preparación adecuada a los tiempos de la globalización que exigen una visión posmodernista que nos permita hacer frente a las demás naciones para no ser devorados en ningún sentido; estos inútiles que parecen estar hechos para ranchería cubana o venezolana apenas atinan a dos cosas: 1) a exigir plazas de manera automática ¿se imagina si todos los profesionistas y técnicos que se gradúan de universidades y escuelas del país exigieran lo mismo?, 2) tomar casetas de autopistas, cobrar ellos y presionar al gobierno (siempre de manera impune).

La mayoría de los mexicanos estamos hartos de tanto zángano, de tanto bribón que ha hecho del chantaje al gobierno su modus fregandi, pues a final de cuentas todo incide en menor inversión social, malos servicios públicos, y un peor clima de violencia. Se espera que el gobierno federal siga poniendo orden. Ya les amarró un poco las manos al unificar la negociación salarial. Sin embargo se requieren con urgencia auditorias que saquen a la luz tanto las pillerías y extorsiones gremiales por tantos años permitidas y alentadas; hasta someter a los conocidos carteles pseudo magisteriales. En pocos años México quedó endeudado hasta el infinito y sumido en una gravísima crisis multifactorial que el gobierno actual ha manejado con tacto y prudencia pues nunca ha sido sano hablar de muerte en terapia intensiva. Esperemos pues que no se requiera de un “Comisionado” para atacar este frente, basta que se haga uso de los códigos y la firmeza política.

¿INSENSIBILIDAD Y TRAFIQUES EN LA FIL?

     Sin restar los enormes méritos que se ha ganado a pulso la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, tiene sin embargo como toda entidad pública aspectos poco claros. De entrada habrá de decirse que siendo una promotora natural de la cultura, para la FIL solo los escritores del Distrito Federal valen. Para ellos viajes, viáticos, promoción, etcétera. Los de los Estados (incluyendo Jalisco) no existen, por decreto carecen de talento, no ayudas, vaya, ni siquiera descuentos o coparticipaciones. Ostracismo total.

Eso por un lado. Por otro, el jueves 15 de mayo se cerró el plazo para hacer el segundo pago de Stand (FIL 2014). El pago es en dólares. El problema es que no reciben dólares, se tiene que pagar en pesos y casi un peso por dólar mal alto de cómo se pueden comprar en casas de cambio locales. Y no es que se quiera ser desconfiado, pero “no tenían internet” por tanto no había facturas ¿Hasta cuándo, hasta que se olvide la cotización y no quede huella del trafique? Es pregunta.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Todo gobierno es como una casa: exhibe la autoridad de los padres (si la hay) y la conducta de los hijos. Es un efecto natural e inevitable. Los últimos lustros la ciudad de Guadalajara lejos de tener buenos presidentes en su municipio ha padecido una cauda de ‘próceres’ a cual más de incompetentes; aunque otros han agregado negligencia a su negativo perfil aderezada con una mega corrupción nunca antes vista (en esas dimensiones) que en todos los casos ha quedado impune.

     Díganlo si no banquetas de a millón de pesos, obras multimillonarias sin concluir (Avenida Vallarta es un ejemplo), banquetas con el nivel por abajo del pavimento (no raspado y subido como cerro). En Pedro Moreno entre 8 de Julio y Federalismo, así como en Pavo entre Miguel Blanco y Pedro Moreno cualquiera puede constatarlo. O las construyó un tonto o nos vieron a todos los tapatíos la cara de ídem ¿Y Alfonso Petersen? ¡Muy bien!, quiere incluso ser de nuevo candidato, que en este caso sería candidote, pues no se puede comprender tanto cinismo.

MERCADO CORONA

     El caso del Mercado Corona merece también ser analizado con detenimiento y objetividad, sin apasionamiento ni populismo. La verdad es que el fuego no solo consumió gran parte del edificio, lo cierto es que encendió un sinnúmero de focos rojos en el Ayuntamiento. Uno de estos es la falta de mantenimiento en los mercados municipales, que dicho sea de paso durante 18 años de gobiernos panistas no lo tuvieron. El nulo interés por el pueblo y sus necesidades no permitió que estos centros indispensables de consumo en barrios y colonias fueran rehabilitados y pretender hacerlo ahora de un jalón y de la noche a la mañana, además de imposible es absolutamente demagógico (a no ser que cocinen un nuevo trafique embadurnado políticamente de “obra social”).

Sin embargo entre los otros focos rojos dos merecen la atención. El primero brilló desde la televisora local (Canal 4), donde el conductor del noticiero nocturno tomó la actitud de patrón del presidente municipal de Guadalajara, dándole órdenes y exigiendo lo que se tenía que hacer con los locatarios, que dicho sea de paso, el fuego estaba aún sin apagar y este hombre ya pidiendo ayuda económica para los locatarios, reconstrucción, etcétera. ¡Ver para creer!

El segundo va estrechamente ligado del anterior. Entre las cosas que el vocero de la televisora exigía a nombre de los locatarios, era dinero, ayuda para pérdidas, reconstrucción, ubicación. Su interés, en caso de que fuera legítimo y no producto del siempre peleado “rating” tiene mucho de humano, pero desde el contrato social es imposible. Si tanto es el interés ¿por qué no lo regala la televisora?

Un estado y en este caso el municipio no está para repartir dinero. Su deber es otro, es cubrir y atender las necesidades sociales de manera justa y equilibrada, sin preferencias partidistas o de gremio y siempre sujeta al presupuesto. Por muy grande que sea la pérdida de los locatarios, que también habrá de decirse los locales son patrimonio del pueblo (no de ellos) el gobierno no tiene porqué regalarles nada. Como ente público que busca el bienestar de todos los gobernados puede ayudar a colocarlos provisionalmente (el terreno del antiguo Cine Las Américas es adecuado y actualmente está libre)en tanto que se diseña el nuevo proyecto para el mercado, pero no donde ellos quieran ni por amenazas ni presiones, mucho menos darles dinero.

De ser así, todos los habitantes del municipio podremos exigir cuando nos quedemos sin trabajo, cuando quiebre la empresa o el pequeño negocio, cuando muera un familiar o suceda una desgracia: acudir de inmediato al presidente municipal (claro, acompañado de las cámaras de televisión) y exigir la ayuda económica que consideremos nos merecemos ¿o nomás los votos de los locatarios cuentan o porque salen al apoyo en marchas y demás, es decir, el gremio es el que vale? Si el presidente Ramiro Hernández suelta dinero a estas personas, no solamente enviará una pésima señal a toda la sociedad, sino que abrirá una caja de pandora de la que en lo sucesivo saldrá toda clase de pediches con supuestos “derechos” (no escritos en ley alguna).

     Una cosa es entender que se quedaron provisionalmente sin ingresos (como sucede con todo ciudadano que pierde el empleo o es visitado por la desgracia y nadie le ayuda con nada) y que debe velarse por esas familias con un sentido social, como la reubicación provisional y en el mejor tiempo posible construir el nuevo mercado; y otra muy distinta convertirles en ciudadanos con derechos que los demás no tenemos. Muchos de estos locatarios tenían ingresos muy superiores a los de la mayoría de los ciudadanos y nadie dice nada. Son cuestiones que no se deben disimular. Quizá deban conseguir créditos (FOJAL, por ejemplo) sin interés para que los de menos recursos puedan resurtir, pero no regalar. El gobierno no debe ser un ogro implacable en el cobro de impuestos y con los gremios favoritos un padre complaciente y derrochador (de lo que no es suyo).

GRAN ACIERTO DEL AYUNTAMIENTO

     El fin de semana pasado visité San Pedro (acompañado de mi esposa). Recorrí el Par-Vial por Hidalgo hasta Belisario Domínguez en la que doblé a la derecha. Al llegar y tomar la calle Gigantes, grande y agradable fue mi sorpresa al transitar por una rúa totalmente nueva al igual que las banquetas, todo de concreto (se ve maravilloso). Seguí por Gigantes hasta el jardín de San Andrés y al doblar a la derecha en la calle Chamizal la enorme obra de concreto continuó hasta la Av. Revolución ¡Bien por el Ayuntamiento de Guadalajara! En treinta o cuarenta años no se requerirá de “pavimentos” de asfalto: un barril sin fondo del erario ¡En esto sí merecen un gran aplauso!

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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