Opinión
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Aunque se les quiera conceder el beneficio de la duda, los gobernantes y los políticos mexicanos son exhibidos por sus hechos, muchos por cierto son verdaderos pájaros de cuenta. Doblemente pillos por cuanto a sus ilícitas acciones agregaron la traición a los mexicanos, ya que protestando cumplir y hacer cumplir la ley (que en su caso no es la Constitución ni las leyes que de ella emanan), solo aplican la de “Herodes”.

     Esta semana el gobierno francés ofreció al mundo entero una lección de auténtica democracia, deteniendo al expresidente Nicolás Sarkozy para responder ante la justicia por los cargos de corrupción activa, tráfico de influencias y encubrimiento de violación del secreto profesional. En Israel, el ex primer ministro Ehud Olmert ya había sido enjuiciado y condenado a seis años de prisión por dos cargos de soborno de cuando era alcalde de Jerusalén, mientras que Uri Lupolianski (también ex alcalde de la ciudad eterna) recientemente fue condenado a seis años de cárcel por aceptar sobornos (pena que se la hicieron afectiva aun cuando se encuentra enfermo de cáncer).

Pero eso sucede en países donde la democracia es una realidad, que aunque tienen las mismas pasiones e inclinaciones que los políticos mexicanos, allá el estado de derecho no es retórica para adornar discursos sino una realidad que hace posible el avance y solidez de estas naciones, sometiendo todo acto delictivo al brazo de la justicia aun cuando el que lo cometa haya llegado a la punta de la pirámide. En México todo se finge, la aplicación de la ley es selectiva y generalmente se aplica en pobres y en ciudadanos poco problemáticos (y fáciles de detener).

La fortuna lograda por Vicente Fox durante su desgobierno además de ilegítima es verdaderamente escandalosa. En mi libro “EL HOMBRE QUE NUNCA DEBIO SER PRESIDENTE” se hace un recuento de los ilícitos y abusos de poder para beneficio personal y de la familia Fox, como de una legión de allegados que hasta ahora ninguna autoridad en ningún nivel ha llamado a cuentas. Por tanto la aplicación de la ley es letra muerta para tanto saqueador.

     Un rancho destartalado en San Cristóbal (San Francisco del Rincón, Gto) que el Banco no quiso recibir en 3 millones por no valerlos, durante el foxiato creció en cientos de hectáreas, edificaciones, pozos, bueno, hasta Centro de Convenciones sin que ninguna autoridad haya abierto la boca. Impunidad total. Porque no se puede decir que de su sueldo se hizo de semejante fortuna, además de que las cuentas no resultarían, se supone que tenía gastos el hombre que cobraba como presidente (sin serlo jamás).

     El cinismo y la ambición eran de tal magnitud, que dos meses antes de asumir el poder, Fox es capaz de obligar al presidente municipal del pueblo para que “done” 7 millones de pesos para remodelar su rancho con el pretexto de recibir al presidente Bush ¿No había sitios públicos para hacerlo, no cabían en Palacio nacional o la silla presidencial le hubiera quemado los glúteos? ¿Las ansias de apoderarse del erario no podían ser frenadas? Este por desgracia sería el sello de la casa, el único, sumiendo al país en el caos, en el crecimiento estratosférico de la deuda pública y el desmantelamiento de las Institucionales nacionales. Punto.

Sus hijos adoptivos se convirtieron de facto de toda la Nación, encumbrando a chamacos que en su vida habían imaginado semejante poder y riquezas. Un buen número de libros de valientes escritores y periodistas dejaron constancia de los mega latrocinios del clan Fox. Impunes todos hasta ahora, incluyendo por supuesto los de los hermanos Bibriesca en Oceanografía, igual metidos en toda clase de saqueos barnizados con una capa de “legalidad” aunque saqueos al fin y al cabo. Parientes y amigos vieron en Foximiliano la puerta que les abría el ingreso a los dineros nacionales con toda libertad y complacencia oficial. Cero auditorías, cero averiguaciones, cero consignaciones, cero recuperación de los bienes y dineros saqueados.

En Jalisco como hemos dicho en múltiples ocasiones en esta columna y desde el año 1995, los panistas llegaron ganosos, aunque su desbordamiento sa da durante el desgobierno de Emilio González Márquez, que como se ha dicho con frecuencia desde esta columna y algunos otros medios (pocos por cierto) se gasta 74,000’000,000.00 (setenta y cuatro mil millones de pesos) de manera discrecional, es decir, sin rendir cuentas a nadie, caso insólito en la historia nacional, y el gobierno callado. Hizo alboroto por 7,500 millones que le fincaron responsabilidad por mal uso, pero hasta ahora la impunidad ha sido total ¿Cuál democracia, cuál estado de derecho?

     Mientras los ciudadanos no veamos que la justicia se aplica también a los funcionarios (o ex) que traicionando la confianza de los mexicanos se hicieron de manera ilícita de bienes o dineros públicos, o ambas cosas, y son llevados a la cárcel sujetos a un proceso criminal, seguiremos considerando que la democracia en México es una farsa simulada. Un opera bufa integrada por malos actores con peores conductas. Una especie de monarquía huehuenche donde los votos son apenas una máscara ante el mundo para aparentar lo que no se es.

No podemos cegarnos al respecto, la cuchara saca lo que hay dentro de la olla, y los gobiernos se forman con sus propios ciudadanos. Sin embargo no debemos avalar jamás sus latrocinios, pues aunque los corruptos son millones, también hay ciudadanos capaces y honrados, personas íntegras como las ha habido en tiempos pasados. Los liberales mexicanos nos pueden aportar todos los ejemplos necesarios.

El problema actual es la ausencia absoluta de valores y principios, de integridad. Una administración pública en sus tres niveles saturada por individuos que además de no entender el significado del servicio público, ven en los bienes y dineros del pueblo el botín para mejorar su condición personal sin importarles un comino el pueblo, la ley, y su ilícito proceder.

México no puede ni debe permitir que continúe la impunidad de los funcionarios corruptos. El Presidente Enrique peña Nieto tiene la oportunidad histórica de retornar el país al estado derecho. No solo Francia e Israel lo pueden hacer, nosotros también lo podemos lograr pero se requiere de voluntad, de amor por la legalidad y al país que se protestó servir. El Presidente Peña Nieto y el gobernador Aristóteles Sandoval tienen la palabra.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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