Opinión
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Ya lo decíamos la semana anterior que somos una sociedad extraviada en casi todos los órdenes. Y para muestra dos botones, dos notas periodísticas que exhiben sin retoque la condición de una sociedad agotada por la incredulidad, el materialismo y el hedonismo. Cóctel al que se agrega la ignorancia de no pocos en los medios (así como la irresponsabilidad ‒o comercio descarado‒ de los empresarios del ramo).Ni qué decir de la esquizofrenia, resultado de tanto choque de pensamientos y conductas encontradas que alteran la realidad. La de los comunicadores, aunque con intención de alterar la social.

El primer caso es la nota firmada por Fidel Orantes, derivada de su comentario a una serie televisiva, en la que sin más argumento histórico que su ignorancia manifiesta, asegura que nuestro gobierno “invadió” su propio territorio en el norte  molestando a los aventureros anglosajones a los que se les había permitido entrar con las advertencias necesarias a causa de su origen extranjero. ¿Acaso el señor Orantes nunca supo en la escuela primaria que Tejas, así, con jota, era territorio nuestro y del cual fuimos despojados por nuestros vecinos a la mala y a la brava?

En septiembre de 1823, el presidente yanqui John Quincy Jones nombra como ministro plenipotenciario en México al nefasto Joel R. Poinsett, quien recibe órdenes precisas del secretario de Estado Henry Clay para apropiarse de Texas a como diera lugar y al precio que fuera. En sus memorias el presidente Jones así lo expresa: “al principio de mi administración nombré al señor Poinsett ministro en México, y Clay le dio instrucciones para la compra de TexasMéxico declinó la propuesta, que dos años después fue renovada y rechazada entonces con resentimiento” (Gastón García cantú: Las Invasiones Norteamericanas en México, FCE, págs. 120-121).

La nota del señor Orantes, que no se sabe si es producto de la ignorancia o del entreguismo, dice textualmente: “En 1936, Texas era un infierno en la Tierra, asediado por la armada mexicana y las tribus Comanche (sic). Pero la valentía del general Sam Houston llevó a la independencia del territorio. Contra todo pronóstico, los icónicos Rangers de Texas se alzaron victoriosos ante las fuerzas del general Antonio López de Santa Anna…” (Mural, Sección Gente, 15/Feb/2016).

En verdad que se necesita ser un caradura o un cínico para afirmar semejante cosa, a no ser que se trate de un ciudadano extranjero al que la historia y destino de México le importe un bledo.

La segunda nota la concedió el Papa Francisco en Chiapas, quien en un ataque de amnesia olvidó que los jesuitas ‒y él es el mandamás de esta orden‒ fueron los que estuvieron detrás del EZLN desde antes de su aparición pública el 1 de enero de 1994, pero como dice el comercial, “esa es otra historia”, así que pasando por alto la historia de la iglesia católica, la de los jesuitas, la de México y, por supuesto, La Biblia y la Constitución Mexicana: el argentino soltó una de sus muchas frases demagógicas ante los indígenas chiapanecos (con mera intención mediática; uno de los puntos fuertes de esta orden anti reformista, enemiga de la sana doctrina y defensora del estatus eclesial y clerical pues para eso fueron creados):

‒”Muchas veces, de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!… Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras”.

El problema es que las palabras implican significados, no se diga en un hombre con su influencia pastoral en las masas ¿En verdad quiere que le devuelvan las tierras a los naturales de cada pueblo o nación? (pedir perdón sin arrepentimiento y de ser posible resarcir, es lo mismo que nada). Si esta es su posición que vaya de inmediato a su tierra (Argentina) y que devuelvan el país a los pocos nativos que dejaron con vida entre españoles, italianos y alemanes. Luego vaya a Estados Unidos y a nombre de las diferentes tribus pida a los norteamericanos que devuelvan ipso facto esas tierras que no les pertenecen. Según el criterio del Papa jesuita.

Acto seguido y por mera congruencia, que se levante como celoso defensor de Israel, pues más que nadie él sabe que ese pueblo es dueño de su territorio, primero por dación divina, y él dice representar a Dios, y segundo, porque 4,000 años de historia así lo avalan. Así se sencillo.

En nuestro México la historia se remonta a poco menos de 500 años, en Israel a 4,000. No hay punto de comparación, la cuestión es que cuando los árabes y los europeos se levantan y condenan a Israel porque defiende a su pueblo y pequeño territorio de los terroristas, el Papa se queda callado ―como siempre lo han hecho sus antecesores― ¿Por qué no habla como lo hizo aquí en México?

Así que un joven que se dice periodista escribe que “el gobierno mexicano invadió Texas” siendo legalmente territorio nuestro (para exaltar un filme seriado) y que el Papa pida de manera poco velada que devuelvan las tierras a los indígenas; lo cierto es que nos encontramos ante un cuadro manifiesto de esquizofrenia, en el que cada quien acomoda las cosas a su gusto y criterio, pasando por alto verdad, leyes, historia, contexto, economía, circunstancias y demás elementos que nos indican que además de irresponsabilidad en medios y líderes sociales, la ignorancia campea retadora contra la verdad y la realidad; situación que de continuar entregará pueblos y naciones al yugo de cualquier dictador como tantos que han aparecido en el curso de la historia humana. El problema es que circunstancias y tecnología indican que sería el último ¿o usted que opina, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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