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Gobiernos federales y estatales van y vienen y ninguno hace algo efectivo para solucionar este viejo problema que afecta, y de manera grave, al polo turístico más importante de Jalisco y uno de los principales en el país: ¡Puerto Vallarta!.

Hace más de cuarenta y siete años recorrí por primera vez esta ruta y los cambios de ninguna manera son acordes a la realidad y la necesidad. Fuera de evitar la entrada a Tepic y el tramo de autopista que construyó el presidente Carlos Salinas (para evitar el galimatías de Plan de Barrancas), los demás gobiernos han dejado la ruta tal y como la encontraron. Rectifico. Peor que como la encontraron, pues al promocionar Puerto Vallarta sin crear la infraestructura carretera acrecentaron el problema.

Valga recordar lo que todos los viajeros padecemos: que desde que se abandona la autopista a Tepic para salir al poblado de Chapalilla, la pesadilla comienza. Un camino sinuoso y angosto permanece igual que desde los años setenta, de hecho la llamada “supercarretera” de Chapalilla a Compostela no es sino un fraude al viajero ―de los muchos que padecemos los mexicanos― en el que una vieja carretera de un carril por sentido es cobrada (y padecida por todos los viajeros).

     Sumidos como estamos los mexicanos en un pantano de violencia y criminalidad impune, los sitios para vacacionar en paz son cada vez más escasos y por tanto requeridos. La cuestión es que para llegar a algunos, como es el caso del puerto jalisciense, las cosas se complican y las vacaciones se pueden convertir en martirio, incluso en tragedia a causa de la sinuosidad y caducidad de la carretera. En una era en la que las autopistas son parte normal y evidente en el desarrollo de las sociedades, Jalisco ofrece su mejor sitio turístico con una carretera creada por el Presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Una carretera que a partir de Compostela hasta llegar a Bucerías (Nayarit) se convierte en un auténtico suplicio, en el que la fila de autos detrás de un camión de carga puede medirse por kilómetros y circular a 20 o 30 kilómetros de velocidad, que pudiéndose recorrer en una hora el trayecto, por lo general dura 2 y media y hasta 3 horas ¿Importará esto algo al gobierno federal y al gobierno de Jalisco? Para el ciudadano que utiliza la carretera es obvio que no, entiende que sus gobernantes han perdido contacto con la realidad y con los gobernados ¿En el avión se sufren los tediosos retrasos detrás de las kilométricas filas o cuando se detiene totalmente a causa de alguno de los frecuentes accidentes? Es obvio que no. El tiempo y las angustias de los ciudadanos que dicen servir no son considerados en absoluto por los gobernantes.

Es tan notoria esta situación que la tan cacareada ruta corta a Puerto Vallarta (Vía Jala) en la que se anunció hace un par de meses que ya estaba lista en su primer tramo, pues hete aquí lector que no, y en pleno temporal de vacaciones la volvieron a cerrar obligando a los viajeros a utilizar la de siempre. El pretexto fue supuestos “deslaves”, pero conociendo a nuestros políticos, no pocos piensan si fue una medida para “recaudar un dinero extra con las dos casetas de Chapalilla y Compostela”. ¿Piensa mal y atinarás?

El viernes 28 (julio) el diario Mural de Guadalajara publicó una nota en la que se denuncia el estado crítico de muchas de las carreteras de Jalisco. Incluso la televisión local denunció un trafique con la construcción de un puente en la región de los Altos de Jalisco, nota en la que se entrevistó a un hombre que dijo ser delegado federal de la secretaría del ramo.

Al ver la imagen del individuo que hablaba me pregunté de inmediato si en verdad era ingeniero, pues no basta ser algo, también hay que parecerlo, ya que tal parece que en el gobierno de Jalisco hay déficit de profesionistas viejos, sabios y experimentados, pues por lo que hemos visto los gobernados en todos estos años, una galería de novatos (con una pobreza de léxico y profesional) define el perfil del gobierno estatal. Ya vendrán tiempos mejores, al menos eso esperamos.

A propósito del gobierno de Jalisco: ¿Irán a construir la autopista a Puerto Vallarta ya que por la ruta actual satisfagan y beneficien hasta saciarse a todos los pueblos y balnearios de Nayarit? Sí, porque de seguir como van las cosas, y ante la pasividad y ceguera de los distintos gobiernos que ha tenido (y padecido) Jalisco, la actual carretera a los únicos que ha favorecido económicamente es a los nayaritas.

     De continuar pues con esa tendencia, cuando se decidan construir la tan necesaria autopista, una de dos: o los delincuentes ya se adueñaron de todo el país; o los nayaritas estarán tan bien posicionados del mercado turístico que la autopista a Puerto Vallarta ya no será necesaria ¡ya para qué!.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

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