Opinión
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Muchos mexicanos quisiéramos hablar de otras cosas y temas. De dar espacio a López Obrador para que nos demuestre que no todo es mentira, engaño, corrupción y destrucción. Lamentablemente no se puede. El mismo se encarga de dinamitar los puentes del beneficio de la duda, así como del respeto.

     Un día sí y otro también deja que su larga lengua y mente trastornada le exhiban como lo que es: un mitómano incorregible. Un hombre que jamás debió contender por la presidencia de México, en la que si bien hemos visto (y padecido) una galería de personajes dañinos y corruptos, para desgracia nuestra el tabasqueño ha resultado el peor de todos.

     Solo los fanáticos que le siguen (que parecen trastornados, ajenos a todo raciocinio que tenga que ver con su persona y desgobierno) o los desinformados, pueden hablar todavía a su favor; corriendo el riesgo de que en muy poco tiempo los pesados anaqueles y archivos de los derroches, corrupción, endeudamiento, destrucción de Instituciones, y la mucha sangre derramada a causa de su amistad, complicidad o desatención a sus deberes para aplicar la ley a la enorme fauna delincuencial que azota al país de costa a costa y frontera a frontera, les caigan encima.

     El pasado jueves (11/Ene/2024) en un arrebato de locura y charlatanería, que los tiene con frecuencia este hombre incapaz e irresponsable, se atrevió a declarar públicamente: “…que sólo le falta cumplir dos de los 100 compromisos que hizo en 2018”.

     Se requiere obviamente que una persona esté enferma de la mente para atreverse a tanto, a tanta mentira, cinismo y desvergüenza. El país en caos, dominado por los violentos derramadores de sangre y apropiantes impunes del trabajo ajeno, con una inseguridad jamás vista en un siglo, endeudado el país por varias generaciones y a punto del colapso total (de no pararle el alto a este demente e irresponsable), y aparece con su cara cínica a decir que prácticamente ya cumplió con lo prometido. Que de las promesas hechas al iniciar su (dizque) gobierno ya cumplió con 98.

     En verdad que no tiene vergüenza. Nunca la ha tenido. Su cinismo es proverbial, pasará a la historia, pero no como él piensa en su delirio, sino como un irresponsable, atrevido y destructor; como un embustero cargado de odios y resentimientos contra todo y contra todos; pero sobre todo contra las personas que trabajan y viven correctamente, sometidas al imperio de la ley.

    Si empezamos con la salud, los 800,000 muertos de la pandemia, de los cuales cuando menos la mitad pudieron evitarse si hubiesen recibido la atención médica adecuada. Pero no, todo se hizo a caprichos de su persona (con la complicidad y abyección de los titulares del sector salud). A lo que debe agregarse los miles de niños muertos por falta de medicinas contra el cáncer que su gobierno (de la 4-T) no les proveyó.

     Como también los miles de muertos de otras enfermedades que por no ser atendidos en el momento que se debía o no darles los tratamientos médicos que se requerían, también murieron (pues en un acto absoluto de irresponsabilidad canceló el sistema de compra de medicinas para el sector salud público, que dicho sea de paso llevó muchos años para afinar y lograrse). Como también canceló la compra de equipos médicos necesarios y la reparación y mantenimiento oportunos de los que ya se tenían, prolongando los tratamientos y citas que en miles de casos resultaron en muerte de los pacientes (que no aparecen en las estadísticas como causa de la desatención).

     Se comprometió a NO aumentar la deuda pública y tan solo para este año ya pidió prestados $1 billón 900 mil millones de dólares (más los otros préstamos con los que ha endeudado al país). Dijo que no habría más gasolinazos, que el litro de gasolina costaría $10.00 pesos y actualmente vale un promedio de $15.00 pesos el litro, es decir, el 150 por ciento más caro de lo que prometió.

     Pero, sobre todo, se comprometió a que en seis meses acabaría con la inseguridad. Lleva ya cinco años su mal gobierno y la cifra de asesinados supera los 225,000 (sumando los 175,000 contabilizados más otros 50,000 también asesinados pero que cuentan entre los ‘desaparecidos’ para que no les aumenten las cifras).

      En mala hora este embustero logró engañar a tantos votantes. Lamentablemente este caradura ha llegado a tal grado de cinismo que es capaz de engañar con una cara que envuelve fácilmente a quien no le conoce o está enterado de sus hechos. Ante semejante desgracia nacional es urgente que todos los sectores, sin importar la preferencia política o religiosa, se unan y se ponga un alto a este depredador. A este hombre enfermo de la mente y del corazón que solamente ha traído destrucción, desunión, así como ocasionado y permitido muerte, muchas muertes (más de un millón de ellas) para que sea destituido del cargo a manera de ya.

 

SENTIDO PÉSAME

 

     El jueves 11 de los corrientes, el Dr. Sergio García Ramírez, hombre y ciudadano de bien, jurista ejemplar, Maestro emérito de la UNAM, ex Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ex Procurador General de la República y articulista veterano en los medios, falleció. A su familia le envío mi más sentido pésame; el país requiere de más ciudadanos de bien como este mexicano.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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