Opinión
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Manipular el sentido patriotero de la multitud, de la masa anodina e ignorante, solo agrega maldad a su maldad. El asunto va más allá de política de izquierdas o derechas, la humanidad ha rebasado estos conceptos. Los gobiernos actuales alrededor del mundo han cambiado los métodos y caminos tradicionales para hacerse del poder; si bien no han abandonado las apariencias para continuar engañando a la masa incauta hasta salirse con la suya.

Al ciego voluntario, al que desea mantener todo igual —aunque perciba o sepa que las cosas no son así— que intenta absurda y tontamente que su mundillo personal no cambie ni se mueva, cosa por demás imposible, la realidad tarde o temprano le mostrará su desatino. México ya no es el México del año 2018, mucho menos el del año 2000.

     ¿Qué tipo de fiestas patrias podríamos celebrar los mexicanos, cuando en lugar de un gobierno tenemos un auténtico cartel? Banda de resentidos, incapaces y ambiciosos comandada por Andrés Manuel López Obrador  (que como se señala en libros y diversos sitios recibió dinero del narco para sus campañas en el 2006, 2012 y 2018) que ha destruido la República, sus instituciones y la democracia

     ¿Qué tipo de fiestas patrias podríamos celebrar los mexicanos?, cuando el poder ejecutivo fue tomado a través de elecciones amañadas (2024) —en las que solo se buscó la apariencia de legalidad— en las que participaron bandas de narcos y dinero sucio. Además de cantidades exorbitantes desviadas del presupuesto para comprar millones de votos; ilícito camuflajeado al que se unieron millones de personas compradas emocionalmente (o por necesidad) a través de los programas sociales.

     ¿Qué tipo de fiestas patrias podríamos celebrar los mexicanos?cuando el poder judicial fue tomado violentamente por MORENA creando de manera mañosa y artificial una mayoría que los mexicanos no le dieron en las elecciones de 2024, pudiendo de esta manera ilegítima y anticonstitucional hacer cuanto han querido con la República, creando leyes a modo y destruyendo las que les estorbaban; abriendo la brecha final para el golpe de estado (e instauración de la dictadura).

¿Qué tipo de fiestas patrias podríamos celebrar los mexicanos?cuando el gobierno utilizó al poder legislativo para destruir al PODER JUDICIAL organizando para ello —de manera ilícita e hipócrita— unas elecciones para crear un nuevo poder judicial a modo, sometiendo absolutamente todo al poder ejecutivo y con ello concretando la dictadura. Que, dicho sea de paso, ya no lo hacen ahora a la manera vulgar y violenta de antaño.

No, los malvados han refinado sus métodos aprovechando las bondades de la democracia, así como la indiferencia de las masas (incapaces en su mayoría de entender el significado y deberes del ciudadano), haciéndose así del poder (y los dineros públicos) para disponer ambas cosas para sus egos y ambiciones desbordados.

¿Qué tipo de fiestas patrias podríamos celebrar los mexicanos?, cuando el futuro de nuestros hijos y nietos ha sido destruido por la auto llamada 4-T.. Tomados ya los tres poderes por esta banda de incapaces y ambiciosos; destruido el estado de derecho, el sector salud y la educación; dominado el territorio por una fauna delincuencial asesina y ambiciosa y con una ECONOMÍA A PUNTO DEL COLAPSO (la deuda pública la DUPLICARON en apenas siete añossin inversión extranjera, y ahogados en un mar de corrupción) el futuro es de terror.

Salir a ver desfilar un ejército al que se le ha entregado todo: poder, recursos, obras públicas, instalaciones, aeropuertos, aduanas y un largo etcétera, sin olvidar QUE ELLOS TIENEN LAS ARMAS, es tanto como salir a recibir al verdugo que te podrá poner la soga al cuello.

López Obrador y sus huestes comenzaron a debilitar (para luego derribar) los pilares de la democracia y la vida republicana. Lo más dramático y doloroso es que lo hicieron ante la vista de todos; aun de los ciegos de esa gran mayoría (seguidora o no de Morena), pues como advirtieran Levitsky y Ziblatt en su valioso ensayo:

 

“Las dictaduras flagrantes… prácticamente han desaparecido del panorama… la mayoría de las quiebras democráticas no las han provocado generales y soldados, sino los propios gobiernos electos… En la actualidad, el retroceso democrático empieza en las urnas… Por vía electoral… La Constitución y otras instituciones nominalmente democráticas continúan vigentes. La población sigue votando. Los autócratas electos mantienen una apariencia de democracia, a la que van destripando hasta despojarla de contenido… La población no cae inmediatamente en la cuenta de lo que está sucediendo. Muchas personas continúan creyendo que viven en una democracia… Quienes denuncian los abusos del Gobierno pueden ser descalificados como exagerados o alarmistas. Para muchas personas, la erosión de la democracia es casi imperceptible…” (Cómo mueren las Democracias, págs. 13-14).

 

Como se aprecia en esta descripción, muchos viven en el engaño a causa de su desinterés ciudadano y desconocimiento de la realidad política nacional. Por otra parte, quedan los seguidores fanatizados de Morena (entre 10 y 15 millones) para los cuáles no hay argumento alguno que les haga cambiar, ni entrar en razones, pues se trata de una condición fanática y peligrosa al extremo, a la que el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer (detenido y posteriormente asesinado por Hitler un par de meses antes de terminar la II guerra) describe de manera precisa en un ensayo titulado «LA ESTUPIDEZ» (refiriéndose al pueblo alemán fanatizado por el Führer):

 

‘La estupidez es un enemigo más peligroso del bien que la malicia. Uno puede protestar contra el mal; puede ser expuesto y, si es necesario, impedido por el uso de la fuerza. El mal siempre lleva dentro de sí el germen de su propia subversión en el sentido de que deja en los seres humanos al menos una sensación de malestar. Contra la estupidez estamos indefensos. Ni las protestas ni el uso de la fuerza logran nada aquí; las razones caen en oídos sordos; simplemente no es necesario creer en los hechos que contradicen el prejuicio de uno —en esos momentos la persona estúpida incluso se vuelve crítica— y cuando los hechos son irrefutables simplemente se los deja de lado como si fueran intrascendentes, como incidentales. En todo esto, la persona estúpida, en contraste con la maliciosa, está completamente satisfecha de sí misma y, al irritarse fácilmente, se vuelve peligrosa al lanzarse al ataque. Por esta razón, se requiere mayor cautela que con uno malicioso. Nunca más intentaremos persuadir al estúpido con razones, porque es un sinsentido y peligroso”

 

Destruida, pues, la democracia, las instituciones públicas y la República, con una dictadura hipócrita y mañosa que ha sabido derribar y desmantelar lo que nos llevó poco más de un siglo construir… ¿Qué tipo de fiestas patrias podríamos celebrar los mexicanos? Lo dicho: ¡nada qué celebrar!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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