Opinión
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Considerar que la economía en México podría crecer nomás porque ella lo dice, o porque organiza una reunión internacional como la de esta semana en la que presentó ante el Foro Económico Mundial, el llamado “Plan México”, se puede entender o interpretar de la siguiente manera: Que la presidenta Claudia Sheinbaum ya está fuera de la realidad a causa de tanto zalamero y pelagatos que tiene a su alrededor, ya que, aunque cuenten con estudios de posgrado son capaces de ocultarle la verdad y la realidad (para proteger su salario y posición), alientan en sus fantasías y delirios una grandeza que no existe.

     Que miente deliberadamente tratando de engañar a todo mundo, incluido el sector patronal, bancario e inversionista (internacional y nacional), considerando desde su pensamiento político que todo le es lícito para sus fines (y que los demás son tontos); consideración por demás absurda y estúpida. Se podrá pensar distinto; pero tal posición no convierte a nadie en tonto, ni mucho menos en ignorante de lo que sucede.

O que de plano no entiende la enorme responsabilidad que aceptó, lo cual sería todavía más grave. Que perdida por semejante honor, se atrevió a aceptar una candidatura para la que no está preparada, ni capacitada, pasando por alto que los deberes presidenciales son mayores aún al honor, y que sus decisiones y yerros, pueden marcar negativamente las vidas y destino de casi 130 millones de mexicanos (así como capitales extranjeros y nacionales invertidos en nuestro país).

¿Cuál de las tres es la acertada? Porque las cosas en México cada día están peor, aun cuando el gobierno de la 4-T pretenda maquillarlas. Todos los indicadores le señalan al gobierno de Sheinbaum que la economía va en picada, en caída libre, sin embargo, en un escapismo absurdo (expresión de inmadurez, soberbia, o ambas cosas) pretenden ignorar la realidad, promoviendo una campaña permanente de mentiras que saben perfectamente que no se van a cumplir ¿O ya están tan mal de la cabeza a causa del mareamiento del poder que se niegan a aceptar la realidad?

     ¿Nadie le dijo —aunque desde este modesto espacio si se señaló— a Sheinbaum y su gabinete de populistas fanáticos, que con la DESTRUCCIÓN DEL PODER JUDICIAL para crear ese mamotreto sustitutorio de ‘poder judicial’ integrado por ignorantes e improvisados (la gran mayoría), el T-MEC quedaría expuesto a la desaparición? ¿Qué inversionista en su sano juicio lo haría en un país donde su capital está en riesgo a causa de la ausencia de un estado de derecho y la incertidumbre jurídica?

¿Pensaban ingenuamente que una Suprema Corte de Justicia de la Nación, presidida por un esotérico semi analfabeta jurídico que no tiene la menor idea de semejante responsabilidad, acompañado en su mayoría por togas (ahora con bordados oaxaqueños algunas) portadas por personas que carecen también de la preparación, capacidad y experiencia judicial para resolver en semejante Tribunal, LLEGARON allí, sin que los grandes capitales extranjeros y nacionales SE ENTERARAN?

     Considerar siquiera que alguien se atrevería a invertir en un país carente de certeza jurídica para las inversiones sería propio de mentes malformadas o muy limitadas ¿Cómo van a venir nuevas inversiones a México? ¿La presidenta Claudia cree en verdad en los halagos de Trump? Creer que pueden engañar la opinión pública mundial, en particular a los capitales, que mareados por las estupideces goebbelianas de sus ‘asesores’ presidenciales vendrían a invertir, es el colmo de la limitación política e intelectual.

    ¿Creen en verdad que los capitales de Estados Unidos y Canadá renovarían el T-MEC con tribunales laborales que todo conceden al empleado (aceptándose como verdad todo lo que asegure en su demanda) y niegan al empleador el acceso a una verdadera justicia? Los nuevos abogados laborales tienen como máxima “que el que echa más mentiras y las prueba es el que gana”, y los mexicanos (muchísimos) saben mentir, y bien. El gobierno tiene siete años dando cátedra todas las mañanas..

Además, y como mexicano duele decirlo, estamos parados sobre un polvorín económico que amenaza con la peor explosión y crisis de toda nuestra historia. La deuda pública nacional —crecida en gran medida a causa de las dádivas de dinero para casi todos y para todo— ya supera por primera vez en nuestra historia la astronómica cifra de $ 20 BILLONES DE PESOS (El Economista, 15/Sep/2025). Lo que nos mantiene expuestos a la mayor crisis económica que hayamos padecido jamás.

No hay obra pública, las necesidades fundamentales de los mexicanos no se están atendiendo. Las respuestas del estado son mediáticas, no reales, la educación, la salud, carreteras, convivencia social, todo, absolutamente todo va en declive. Pero, sobre todo, lo peor, y que no han querido aceptar, ni mucho menos corregir, es el gravísimo problema de la INSEGURIDAD NACIONAL.

     México está en manos de criminales de todo tipo y tamaño, dentro y fuera del gobierno, con la tolerancia o complicidad de éste. El escándalo del contrabando de diésel y gasolinas sin pagar impuestos, además de ser un saqueo brutal a las finanzas públicas (se estima el daño en más de MEDIO BILLON DE PESOS), es una de las causas de la escandalosa QUIEBRA DE PEMEX. Empresa a la que hay que declarar en quiebra y pagar a acreedores y empleados con los activos. Punto. Nos sale mucho, pero mucho más barato comprar las gasolinas a los vecinos del norte, que “producirlas” aquí.

     ¡Basta ya de tanto saqueo, de tanto criminal que argumenta “derechos” para cometer sus ilícitos a la vista de todos, con la anuencia, silencio, o complicidad del gobierno! La conducta y posición de Sheinbaum y la 4-T nos recuerdan las mentiras y acciones de Stalin y la masa burocrática que le hacía fuerte, deshaciéndose de todos que le estorbaban a los planes del dictador asesino (era lo único que le interesaba).

     A propósito de asesinos, el ciudadano común, en prácticamente todo el territorio nacional, está expuesto o bajo el asedio de las extorsiones, que no son otra cosa que el IMPUESTO CRIMINAL. Los homicidios no bajan, aunque las estadísticas así lo maquillen, pues en las legiones de desaparecidos está la respuesta faltante. El gobierno de Sheinbaum no hace gran cosa, nada que haga sentir a la enorme fauna delincuencial el peso de la ley. Su aversión al orden, el estado de derecho y el uso de la fuerza pública para hacer valer esa ley, tienen al país hundido en el caos y bañado en sangre. Y SIN SEGURIDAD, NO HAY CRECIMIENTO ECONÓMICO señora presidenta.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo1950@gmail.com

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