PAZ Y SEGURIDAD

Al presidente electo le gustan las emociones fuertes, y eso que es pública su enfermedad del corazón. Esta semana presentó su Plan Nacional de PAZ Y SEGURIDAD para combatir el crimen y la inseguridad que tienen aterrorizada a gran parte de la población y zonas donde nomás ellos mandan. La ley y la fuerza pública solo existen en el papel. Las críticas no han sido pocas, era de esperarse, pero sobre todo se han centrado en la participación activa de las Fuerzas Armadas a las que él ahora presidente electo (que habla y se mueve como si estuviera en funciones) criticó muy duramente en su larguísima campaña, pero que las ha incorporado como eje central de su plan de seguridad.

     Gente cercana al futuro presidente ha respondido que este fue el clamor que recogió López Obrador en todo el país, que no retirara al Ejército de las calles, lo cual habrá de decirse, es cierto. Los únicos molestos son los de siempre, los de los derechos humanos y algunas ONG’S, que con o sin intención, defienden a las bandas criminales y se oponen al retorno del imperio de la ley. Incluso no es improbable que algunas de esas voces y grupitos estén pagados por las propias mafias de delincuentes.

     Las críticas también han sido en el sentido de que se esperaba algo novedoso, pero que se trata de más de lo mismo, de un asunto remasterizado. Plan con algunas áreas difíciles de acomodar en el marco jurídico debido a la mezcla de cuerpos de seguridad existentes, con fuerzas armadas y otras que se crearán de inmediato (Guardia Nacional), lo que se antoja muy difícil y complicado. No se diga con la clase de vándalos que ocupan cientos de curules en la cámara de diputados y algunas decenas de escaños en el senado. De individuos que no tienen la menor idea de cómo se legisla, de cómo se hace una ley y como se armoniza con la Constitución y demás leyes existentes ¿Usted cree que la comandanta Nestora, Napo, Salgado Macedonio y su compañero Noroña en la de diputados, por nombrar algunos próceres de la falsa izquierda mexicana ¿tendrán la capacidad y sapiencia legal para crear una ley tan complicada —y con urgencia— como la que requiere AMLO para su plan sexenal de seguridad?

     Por otra parte, dicho plan al que nombró de PAZ Y SEGURIDAD su puro nombre mueve a reflexiones verdaderamente serias, además de que en su discurso expresó puntos que no concuerdan en absoluto con lo que está pasando con su equipo. Con lo que dicen y hacen sus más cercanos colaboradores. Entre otras cosas el próximo presidente dijo:

 

—“La familia en México es la mejor institución de seguridad social que existe en nuestro país”, declaró López Obrador, para luego agregar:“Una idea equivocada de la izquierda es dejar el asunto de la familia a la derecha, cuando desde mi punto de vista es un error. Tenemos que apoyar el fortalecimiento de las familias en el sentido amplio, plural, moderno, y ocuparnos también de la colectividad, de la comunidad, de lo social, pero no abandonar la importancia que tienen las familias”.

     Si se lee rápido la frase el asunto parece bien, pero conociendo las barbaridades que ha dicho y anunciado su futura secretaria de gobernación acerca de la familia (Olga Sánchez Cordero) es obvio que se pueden entender dos cosas. Que AMLO tiene doble discurso y quiere engañar al pueblo, o que en su anunciado gabinete cada quien tiene sus propios planes y no necesariamente los mismos de López Obrador, porque de nadie es un secreto que la señora Sánchez Cordero es enemiga irreconciliable de la familia tradicional (la primera institución sobre la tierra), su afecto por personas con inclinaciones y perversiones sexuales que por siempre, ¡POR SIEMPRE! fueron tenidas por no sanas, para no usar otros términos que irriten la dermis de las amistades de esta señora, pero que ahora en una actitud contra natura y contra quienes mantenemos nuestra fe en Dios, el Creador de todo cuanto existe, se nos quiera marginar y atacar, de privar de nuestro derecho de pensar y de expresar lo que creemos (lo cual incluye la familia), no lo podemos admitir. Jamás lo haríamos. Tema que ya abordaremos en otra ocasión. Izquierda política no es lo que estos grupos de resentidos sociales han querido vender al pueblo, por supuesto que no.

     Por otra parte, resta señalar que en lo personal me inquietó en demasía el nombre utilizado por el futuro presidente para atacar la desbordada delincuencia que azota al país de frontera a frontera y de costa a costa: Plan Nacional de PAZ Y SEGURIDAD.

     Y aunque como teólogo sé perfectamente lo que tal pronunciamiento significa, como periodista, y queriendo ser benévolo y con el deseo sincero de que el clima de violencia, de asesinatos, secuestros, extorsiones, cobro de piso, mafias de narcotraficantes, de trata de personas, de robo de infantes, asaltos, robos a casas, negocios, automóviles, identidades, tarjetas de crédito, despojo de propiedades inmuebles y cuanta maldad ha crecido en este país que se ha convertido en tierra de nadie, en la que los uniformados solo cuidan a sus jefes y el pueblo ha quedado a merced de toda la fauna criminal, cambie, es un deseo sincero. De hecho, la inmensa mayoría de los mexicanos eso queremos. Bueno, al menos los que conservamos los valores y modelos milenarios en los que el mundo judeocristiano se sustentó.

     No obstante este buen deseo, dejo para los lectores que creen en Dios (judíos o cristianos, así como para aquellos que andan en esa búsqueda de sentido existencial, que dicho sea de paso solo Dios a través de Jesucristo puede conceder) las palabras clave del plan nacional de PAZ Y SEGURIDAD saltan a manera de advertencia desde otro campo que los no creyentes jamás consideran ni considerarían. Muy su gusto. Por cierto, es obvio que los nihilistas tienen más fe que los propios creyentes, pues judíos y cristianos creemos en Dios a causa de la información detallada y confiable que Él mismo nos ha dejado (Biblia), en cambio creer que todo apareció de la nada o de dos masas que chocaron en el espacio,  va más allá de la fe que los creyentes profesamos. Nos superan en credulidad.

     En las Sagradas Escrituras se advierte en parte de su texto que cuando el llamado Anticristo aparezca en escena, aunque son varios y uno es el mayor de todos (a nivel mundial), dos palabras advertirán a los creyentes de que ese tiempo ha llegado: “….Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: PAZ Y SEGURIDAD, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán” (1ª Tes 5:2-3). ¿Usted que considera estimado lector, estamos en el umbral de ese tiempo o es mera coincidencia?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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