POPULISTA

Si para algunos lectores el perfil del populista no le queda claro, si requiere de ampliar su visión al respecto, espero que a través de este artículo lo logre, ya que el presente siglo ha vedado la puerta de ingreso a los verdaderos líderes demócratas y el universo político se ha poblado de cuanto populista y usurpador lo ha querido, encontrando en las urnas el acceso al poder que en el siglo veinte les estaba vedado.

      Con este propósito en mente, le comparto algunos pensamientos acerca de este populista conocido por todos y padecido por millones, cuyas decisiones afligieron al pueblo y le siguen sumiendo en esa ansiedad colectiva con la anuencia y apoyo de cierto sector calificado absurdamente como ‘pueblo’ (como si el resto de los ciudadanos no contaran).

     Antes, sin embargo, me permito hacer unas observaciones que nos permitan entender la manera de cómo se están haciendo las nuevas ‘revoluciones’ de la falsa izquierda, dirigidas por individuos de pocas luces, ignorantones incapaces de conocer a profundidad ideología alguna, pero con una ambición desmedida de poder, quienes para lograr su cometido hacen alianza con todo tipo de grupos sin importar en absoluto su historial. Lo importante para ellos es hacerse del poder, del cajón de los dineros públicos; de manera que resentidos sociales, ociosos, bandoleros, sindicalistas extorsionadores, individuos y grupos violentos, todos son bienvenidos en la ‘lucha’; eufemismo con el que se autocalifican.

     Ya no es necesario crear un elaborado programa de lucha, allegarse de armas para enfrentar al ejército y subirse a la sierra. Nada de eso, la guerrilla light o cibernética llegó para quedarse.

     Ahora se aprovecha la ingenuidad social y la generosidad de la democracia para llegar al poder (y ya no soltarlo). Ya no son necesarios los tanques ni las balas, ahora son los votos, por lo que su ‘lucha’ se ve acompañada de un ejército de ociosos que desde el mundo cibernético se dedica principalmente a tres propósitos o frentes:1) denigrar y atacar al gobierno en turno, 2) elogiar a su líder iluminado, 3) atacar a todo aquel que ose criticar a su mesías o a su ‘lucha’.

    Logrado su propósito, es decir, el poder; al principio las Instituciones y poderes públicos funcionan con aparente normalidad, aunque, dicho sea de paso, lo hacen de manera hipócrita y sigilosa hasta controlar a los otros poderes (legislativo y judicial) y con ello conseguir su meta final. En el inter, los lobos se ponen botargas de ovejas y lanzas programas de ayuda regalando dinero a diestra y siniestra, comprando la simpatía y voluntad de los que menos tienen, de los que no piensan, y de los que desconocen la historia. Vayamos entonces a los referidos pensamientos, todos centrados en este líder populista, mesiánico, iluminado:

 

—“En la versión oficial, la crisis de debe a una ‘guerra económica’ incitada por el Imperio yanqui”.

“A pesar de las limitaciones crecientes a la libertad de expresión… autores reconocidos…  declaraban que era al país más democrático de América Latina… Esta buena prensa internacional desdeñó las voces críticas (maestros y estudiantes de universidades públicas, antiguos guerrilleros, periodistas, empresarios, líderes religiosos y sindicales, académicos, militares retirados) que advertían lo que vendría…   (el presidente)  era el alma de la fiesta. Basado en su inmensa popularidad, convocó a un referéndum… Se sentía el heredero histórico”

 

—“Durante años -rasgo esencial del populismo- nadie hablaba más que del presidente; su última ocurrencia, declaración o medida”.

 

—“Me cambió la vida (…) pero de acá a la cabeza. Me cambió la forma de pensar, de mirar, de mirarme a mi misma. ¿Que qué me ha dado? Tú dices, ¿en concreto? Cómo te digo. Es que nosotros no teníamos nada, no éramos nadie; o mejor dicho: nosotros sentíamos que no éramos nadie, que no teníamos valor, que no importábamos. Y eso fue lo que lo que cambió (el presidente). Eso fue lo que nos dio”.

 

—“En esa reivindicación a veces más simbólica que real estaba el vínculo más genuino (…) con la gente, y la prueba de que la desigualdad y la pobreza son una llaga que las clases medias y altas nunca imaginaron. Pero el vínculo tenía también una evidente intención política: apelaba a la religiosidad natural de un pueblo proclive a la fe, la magia y la santería, para manipularlo…”.

     Y podríamos seguirle, pero, ¿qué le parecieron estas breves reflexiones? ¿En quién pensó? Espero tenga su mente sana y no haya asociado estas ideas con ya sabes quién, porque lo cierto es que nos estábamos refiriendo al populista venezolano Hugo Chávez (publicadas en Letras Libres, Enrique Krauze, 8/Mar/2018).

    AMLO es tan distinto, tan puro, que no importa el origen, cuentas pendientes con la ley, o las mañas de muchos de sus cercanos, basta con que se acerquen a él para que todo sea perdonado y las maneras torcidas de entender la vida se enderezan con solo acompañarle. El verdadero Mesías (el único) no pudo cambiar a Judas, claro, Dios no violenta la voluntad de nadie; en cambio en el gobierno o entre los apoyos de López Obrador caben los Napoleón Gómez Urrutia, las comandantas Nestoras, los Macedonios, las bandas delictivas de la CNTE (que paralizaron la economía del país al impedir el paso de los trenes provocando pérdidas multimillonarias de las que nadie ha respondido ni responsabilizado a pagar los daños) todos caben, excepto la gente decente, honesta y pensante (son fifís, conservadores, etcétera).

     Si la pureza moral del nuevo presidente está avalada por sus acciones tomadas en estos 100 días, y por cierto sector de sus colaboradores cercanos, los mexicanos ya nos podemos imaginar qué lejos se encuentra también del populismo, que son meros malos pensamientos de los conservadores ¿O usted qué considera estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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