EL DICTADOR: DESESPERADO Y SIN MÁSCARA

No podía ser de otra manera. La cabra siempre tira al monte, igual los dictadores, aunque por un tiempo se disfracen de demócratas, más temprano que tarde sus acciones les desnudarán tal cual son. Por más que los seres caídos intenten pasar por ángeles su oscuridad espiritual les exhibirá. Igual sucede en la política, pues como decía Don Alfonso Reyes “no se es dictador en vano”, y la maldad anidada en sus corazones siempre les exhibe. No pueden engañar por siempre.

Desde esta columna se dijo por años el peligro que representaba para México López Obrador y luego de las elecciones del 2018 se señaló: “estamos viendo el inicio de una dictadura” (27/Octubre/2018); ahora se afirma que el dictador no solo se quitó la máscara de demócrata, sino que anda desesperado porque sabe del peligro de perder el Congreso en las elecciones del 6 de junio. Situación que le irrita y hace perder toda compostura.

De poco le ha servido mandar pagar encuestas amañadas y tendenciosas, que aunque se hagan con los estándares correctos y la metodología común, lo cierto es que están amañadas. No es lo mismo una encuesta en los Estados del norte y centro del país, que en la ciudad de México y el sur. Los resultados obviamente son distintos, incluso en ciertas partes del sur ¿Acaso los tabasqueños a los que les inundó sus casas, cultivos y tierras (y ahogó sus ganados) y luego no quiso visitarlos, van a votar por Morena? Casos como este sobran, COMO EL ACCIDENTE DE LA LÍNEA 12 DEL METRO, sin embargo al presidente se le olvidan fácilmente sus yerros y ofensas a los demás, cuya única forma que tienen de decirle que los ofendió o dañó, y que ya no lo quieren es con su voto, y téngalo por seguro que se lo harán saber en las urnas.

Eso por un lado, por otro, su amistad, impunidad y laxitud con las bandas delincuenciales en todo el país, así como su repudio manifiesto y cotidiano al estado de derecho, le hacen con o sin su deseo un dictador a la vista de los ciudadanos. Aun cuando sus compinches, cortesanos o como le desee llamar le digan lo contrario y le llenen de halagos (tan gustados por los dictadores).

Un caso jurídica y socialmente repugnante y condenable, es la candidatura de Félix Salgado Macedonio, quien a pesar de su historial y nexos con los criminales, de que el INE le negó la candidatura por cuestiones legales que el hombre no cumplió como marca la ley, en un acto de desprecio por la legalidad y respeto para vida democrática de México (y con el apoyo absoluto de AMLO), el sinvergüenza éste pasó el nombramiento a su hija (emparentada también con narcotraficantes) convirtiendo LITERALMENTE la campaña en una FIESTA con cantantes aficionados y profesionales en la que las PROPUESTA POLÍTICAS han estado AUSENTES DE MANERA TOTAL. Para el Estado de Guerrero ni siquiera pan, solo circo y cero democracia.

Caso semejante es el candidato a gobernador de San Luis Potosí, José Ricardo Gallardo Cardona, a quien el presidente apoya con la franquicia del Partido Verde y a quien se le liga con los narcotraficantes —todo mundo sabe en ese estado la mala fama de él y su grupo— que incluso está bajo la lupa de la UIF, aun así, el tabasqueño le apoya y ha permitido que su candidatura continúe ¿Quiere acaso una dictadura de narcos? ¿No hay en México instituciones y otros poderes, ciudadanos enterados que levanten la voz y se opongan al establecimiento descarado de una dictadura que nadie pidió ni votó por ella?

    Pero no están solos, el caso de Alfonso Durazo, el candidato de López Obrador en Sonora es otra exhibición más de la corrupción y cinismo del dictador y sus huestes. El viernes pasado, el valiente colega Raymundo Riva Palacio denunció en su prestigiada columna, que Durazo —cuyo único mérito al frente de la seguridad nacional fue soltar al hijo del “chapo”— acumuló en unos pocos años, nada menos que 18 propiedades por un valor comercial superior a los 350 millones de pesos (Ideas, El Informador, 21/mayo/2021). Nada mal para un individuo que en 1994 no tenía nada y era simple secretario de Luis Donaldo Colosio.

Ni qué decir el caso del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, que sin dudar que tenga larga cola que le pisen, el tabasqueño se esperó hasta las elecciones para hacer todo su teatro, incluso pisotear el estado de derecho por tal de hacer valer su capricho personal. ¿Por qué no lo hizo antes o porque no esperarse a terminar el proceso electoral?

Perdido el dictador en sus sueños de grandeza anda desesperado rompiendo un día sí y otro también el orden legal, utilizando su pulpito mañanero para dirigir las campañas y atacar a toda persona, partido, grupo o Institución pública que le estorbe en sus perversos planes, que lo son.

Apoyado por los sindicatos mafiosos de Pemex y la CFE, incluso por el SME (sindicato de una empresa desaparecida en el año 2009), así como por los maistros de la CNTE y cuanto violento y anarquista sirva para sus fines personales; ha permitido y tolerado incluso una masacre de candidatos de otros partidos políticos (deshaciéndose de sus enemigos, opositores, etc.), algo que además de no haber sucedido en México, ha abierto de par en par la puerta a las bandas criminales para que controlen abiertamente Estados y Municipios sin que el presidente mueva un solo dedo para impedirlo.

Tal es su grado de descomposición moral y cinismo que usa la mentira manipuladora (al estilo del nazi Goebbels) para engañar a los bobos y a los que tiene controlados con las dádivas; limosnas que en un corto tiempo serán la causa de la quiebra del estado mexicano AL NO HABER YA RECURSOS SUFICIENTES DE LOS IMPUESTOS QUE PAGAN LOS QUE TRABAJAN.

     Esta es por supuesto una de las causas que le traen desesperado y airado, al grado de atacar al Banco de México porque no le suelta dinero de las reservas que tiene bajo su custodia ¿Ni modo que el Secretario de Hacienda y la de Economía y demás asesores no le hayan dicho que no es dinero del gobierno, sino de los inversionistas y ahorradores?

En su actitud farsante y engañadora hace creer a los no enterados que no le entregan los remanentes del Banco de México (producto de excedentes en los precios del petróleo y otros rubros como las variantes cambiarias), cuando la verdad es que no hubo excedentes este año a causa de la pandemia y de que el peso se fortaleció (habiendo llegado a casi $25 por dólar). La cuestión es que el hombre es un barril sin fondo y ya amenaza todos los días a los funcionarios del Banco central, anunciando con descaro su deseo de hacerse de esa institución, que dicho sea de paso, su independencia y autonomía son la única garantía para evitar el colapso económico del país y las terribles devaluaciones que tanto daño nos ocasionaron en los años 70 y 80 del siglo pasado.

Las advertencias de Levitsky y Ziblatt acerca del peligro de que las democracias caigan en garras de los dictadores es una realidad en México: “…con un gobierno unificado, donde las instituciones legislativas y judiciales se hallan en manos del partido del presidente, el riesgo no es la confrontación, sino la abdicación…  quienes ostentan el control del Congreso pueden anteponer la defensa del presidente al cumplimiento de sus deberes constitucionales. Con la intención de evitar la victoria de la oposición, pueden abandonar su papel de supervisores y permitir que el presidente apruebe leyes abusivas, ilegales e incluso autoritarias. Una transformación de perro guardián en perro faldero” (Cómo mueren las Democracias, pág. 148). Así que aunque el dictador ande ya desesperado y sin máscara, los mexicanos tenemos que defender nuestra democracia ¿O usted qué considera?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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