Opinión
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No hay dictador ni aspirante a tan deleznable oficio que no sea alérgico a la crítica. Su egolatría les impide ver más allá de su propia persona y aunque se llenen la boca de pueblo, su malsano deseo les lleva siempre atados al centro de los reflectores, reclamando adoración velada o abierta. Un caso verdaderamente demencial y peligroso es Andrés M. López Obrador (a) “el peje”, a quien Krauze calificara como “el mesías tropical” ycuya carrera vandálica se inicia tomando pozos petroleros en su natal Tabasco para incendiarlos ¿le parece actual este método?

La cuestión es que como dictador en ciernes, al pretender la presidencia y ser rechazado por la mayoría de los mexicanos, comenzó a proclamarse víctima de un “compló” en su contra. A todas horas y en todo foro se quejaba del “compló”. Sin embargo el panorama político ha cambiado y viendo López Obrador que sus sueños se esfumaron en las urnas para siempre (al retornar el PRI al poder), una serie de violentos ataques en los Estados donde sus seguidores están políticamente fuertes, exhiben, ahora sí, un complot contra el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto que debe ser exhibido y conjurado.

EL PEJE Y SU PETICIÓN

     Poniendo de pretexto los normalistas desaparecidos (todo indica que fueron asesinados), el “mesías tropical” dos o tres veces por semana pide la renuncia de Peña Nieto. Claro, como buen fósil de la UNAM, desconoce que los cargos de elección popular son irrenunciables. Su enfermizo deseo de poder le impide aceptar que más de 19 millones de mexicanos votaron(amos) por Enrique Peña Nieto, pretendiendo por la fuerza lo que en las urnas se le negó.

¿Podrá entender en un rato de lucidez, si es que tal cosa fuese posible, que en la democracia el voto es el deseo soberano de un pueblo? Lipovetsky describe a esta clase de individuos: “Una nueva figura, mucho más inquietante, se yergue, Narciso, subyugado por sí mismo en su capsula de cristal”. En su mundo de soberbia solo hay espacio para él. Nadie es puro excepto él, nadie es honesto sólo él; por eso pide como orate la “renuncia” de Peña Nieto.

LAS HUESTES GOLPISTAS

     Con la bandera de los normalistas desaparecidos (asesinados, según las evidencias): maistros y normalistas de Guerrero, Oaxaca y Michoacán se han dedicado a destruir y quemar edificios públicos, a saquear supermercados y camiones de reparto, robar peaje de casetas, sumando a sus muchos delitos –todos impunes hasta ahora- la toma del aeropuerto de Acapulco; dañando gravemente como ya se había advertido en esta columna, a ese puerto que vive del turismo y que es la principal fuente de ingresos de Guerrero.

Los normalistas piden vivos a los que ya se dijo fueron asesinados y quemados, y se les olvida que ellos quemaron a Miguel Rivas Cámara (12/Dic/2012) crimen del que permanecen impunes; un trabajador que en acto heroico impidió que incendiaran la gasolinera ¿Y todavía se atreven a pedir justicia? ¿La viuda y familia de Rivas Cámara, no cuentan, su dolor no vale? Hay dolor en miles de mexicanos y estos zánganos anarquistas ni siquiera lo consideran.

PARTICIPACIÓN DE LOS MEDIOS

     En la jerga utilizada por los comunistas había una frase para describir a los que sin saber o con poco conocimiento ayudaban a la causa ¡los tontos útiles! Durante estos días de ira pseudo izquierdista, de aparente indignación (cuando el verdadero motivo es tumbar un gobierno legalmente constituido), un amplio sector de los medios de comunicación ha ayudado a la “causa” más que muchos de los ataques contra edificios públicos, metiendo en la mente de las personas ideas torcidas de un hecho sucedido de un modo y narrado de otro. Donde nadie reclama a los asesinos directos e indirectos (por ponerlos en el poder) y se incita a la sociedad contra el gobierno federal, que en justicia es ajeno y ha hecho hasta lo imposible para resolver esta crisis política, fabricada con inmejorable pretexto por los enemigos del gobierno y de la paz pública.

Periodistas como Carmen Aristegui se han prestado de inmediato a la causa, pues de nadie es un secreto que es fiel seguidora e incondicional del “peje”; así como Prodigy, que de ser una simple empresa prestadora de servicios de internet, en los últimos meses modificó su portal para dedicar notas diarias para golpear al gobierno federal ¿facturas de Carlos Slim por la reforma en telecomunicaciones?

Los dueños de medios están obligados a reconsiderar su postura y responsabilidad social, de lo contrario caos y violencia crecerán. Etica y verdad son divisas indispensables en el periodismo de valía, de lo contrario amarillismo y mercantilismo seguirán desbordados aunque al final del camino todos perdamos y los golpistas sean los únicos ganones en la desgracia. Venezuela es ejemplo.

LA BURGUESÍA RESENTIDA

     La mayoría de la burguesía mexicana, frívola e ignorante de las cosas públicas, interesada en su patrimonio y grupo exclusivamente –con las excepciones de siempre- se la vive llorando por la derrota del PAN. Por 18 y 12 años (Jalisco y México) vivieron en una fantasía, en una disipación irresponsable de recursos propios y prestados que en varias generaciones no se podrán cubrir. Tiempo terrible en el que hordas de improvisados y ambiciosos destruyeron las instituciones, robando y dilapidando los dineros públicos, permitiendo que la fauna delincuencial (de todo tipo) creciera hasta convertirse en el problema nacional número uno.

Este sector, es decir, los dueños del capital (que tanto aman y desean proteger), en sus fiestas, clubes y reuniones y sin mayor argumentación que el dicho del que tenga más dinero, se critica sin justicia y con irresponsabilidad al gobierno de Peña Nieto; pasando por alto que si al gobierno actual le pasara algo, sus muchos bienes quedarían expuestos a la turba de “maistros” y anarquistas que tanto temen. Así que si tomamos todos estos elementos comentados y los analizamos bajo la lente, la imagen del complot se ve con toda claridad ¿En qué bando quedaremos la mayoría de los mexicanos, con los violentos golpistas ó apoyando la legalidad y la República? Hagamos votos para que la sensatez nos una a los mexicanos. El futuro de nuestros hijos está también de por medio. Pregunta final: ¿de dónde sacan los padres de los desaparecidos dinero para estar viajando, traer abogados, publicidad, compañía permanente, y aparte en autobuses robados?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Correos recibidos: de mi amigo Uriel Santana Soltero. Muchas gracias por tus palabras.

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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La primera cosa que hacen los funcionarios públicos es “protestar cumplir y hacer cumplir la ley”. Nada más falso, cometen el delito de perjurio. Celosos e implacables hasta lo irracional con el causante fiscal, es decir, con el que sostiene el país, con el revoltoso que delinque (aparentando alguna causa o bandera social) son absolutamente laxos e inútiles.

No queriendo que los confundan con el Presidente Gustavo Díaz Ordaz  (un gran presidente al que lamentablemente se le ha juzgado por una sola acción), tienen pavor para hacer valer la ley. Es letra muerta cuando se trata de encapuchados, de “maistros”, de estudiantes, de saqueadores de tiendas, robadores de autobuses y casetas de autopista, para esta fauna delictiva no hay ley más que la de ellos mismos, convirtiendo la “protesta” de los funcionarios en una burla, en una farsa.

¿Y el pueblo, y los afectados? Para el pueblo y los afectados por las tribus de salvajes ―adoctrinados mediante alguna lección de marxismo huehuenche que ni entiende el maistro que lo explica ni tampoco el que lo escucha―, para los agraviados no hay ley ni gobierno que les proteja. Sólo hay gobierno que le cobra licencias de construcción, para giros, cobros de seguro social, infonavit, impuestos de todo tipo, además de soportar una galería continua de inspectores corruptos y chantajistas, pero ninguna protección contra los zánganos encapuchados que nada más saben destruir pero no construir. Hordas de resentidos sociales que repudian el trabajo y el esfuerzo creyéndose con derecho a pisotear los derechos ajenos y apropiarse con violencia de su patrimonio.

Quienes hemos vivido lo suficiente para ver el retroceso de México en todos los órdenes (en los años ’60 del siglo pasado no había deuda externa, no se vendía petróleo al exterior, era para consumo interno, la producción del campo era suficiente para alimentarnos a todos y vender los excedentes al exterior, las legiones de nuevos profesionistas nietos e hijos de los antiguos peones o trabajadores de las ciudades daban testimonio de los frutos de la Revolución Social de 1910, de hecho un trabajador con el salario mínimo podía sostener una casa, cuando hoy se requieren cinco o seis) somos testigos impotentes de una realidad nada grata, cargada de mentiras y violencias maniqueas al punto de modificar la historia (al estilo 1984 de George Orwell) y criticar a todos los gobiernos del PRI como si fuesen malos y enemigos del pueblo. Tal crítica además de falaz exhibe la mente y el corazón torcido de quienes se han encargado de envenenar a las nuevas generaciones.

Hace medio siglo a las cosas se les llamaba por su nombre. Hoy, cuando en los medios los actores sociales se jactan de libertad, los que fuimos formados en otra sociedad y con otra cosmovisión, vemos que confunden el libertinaje con la libertad. Muestran sin recato sus valores torcidos elogiando al libertino y al destructor (justificando las acciones de artistas pervertidos y anarquistas, cuando los códigos civiles y penales las tipifican como delitos) y condenan al inocente ¿Por qué los golpistas y sus rémoras no han hecho ninguna marcha contra el expresidente narco de Iguala y su mujer? ¿Por qué no han hecho ninguna marcha contra los que lo promovieron al cargo? ¿Por qué no han hecho una mega manifestación contra los narcotraficantes que han envenenado y asesinado a gran parte de la juventud? Resulta verdaderamente absurdo que se unan en marcha contra el Presidente, que además de ser ajeno a los hechos, todavía tengan la locura de pedir que se los entregue “vivos”. La rueda de prensa del viernes 7/Nov/2014, el Procurador Jesús Murillo Karam solo confirmó lo que todos los mexicanos intuíamos, que fueron asesinados desde al principio, sin embargo los golpistas han aprovechado el dolor de esta gente para su deleznable causa sin causa.

Desde el momento mismo que un individuo se tapa la cara se presupone la intención de cometer un ilícito, que por lo general sucede, ya sea tomando e incendiando edificios públicos, saqueando comercios, robando autobuses, la mercancía de camiones de reparto, el peaje de las casetas de autopistas, etcétera. ¿Y el gobierno? ¡Nada, de adorno!

Ya los dijimos párrafos atrás, los valores en este país están torcidos. Se pide productividad y premian a los zánganos. La industria automotriz, que es de las que genera más empleos directos e indirectos y se promueve la bicicleta. Cine y televisión incitan a diario el sexo indiscriminado, incluso promiscuo, y se horrorizan por los embarazos de adolescentes. Exigen la devolución con vida de los chamacos de Ayotzinapa, y con su violencia destruyen día con día la estabilidad, instituciones y bienestar de la República construidos por varias generaciones. Ni qué decir de la imagen del país en el exterior, ahuyentando las inversiones y preparando el caos para los golpistas (que sin duda están felices frotándose las manos) a los que dicho sea de paso no les importa un comino la vida de los normalistas. Ellos van por el poder.

Los “maistros” de Oaxaca, Guerrero y Michoacán no imparten sus clases, se dedican a destruir y sembrar odio en calles, plazas y avenidas, pero cobran puntualmente sus quincenas en el cajero automático y no hay quien ponga orden. Lo primero que se debe hacer es dejar de pagar al que no trabaje, así de sencillo. Advertir a través de los medios a nivel nacional, estatal y municipal, que al que viole la ley se atenga a las consecuencias de los delitos tipificados en ella.

Reprimir es violentar con fuerza los derechos sociales que se piden de manera legítima, no hay tal cosa. En cambio tenemos muchos años soportando turbas que en un abuso del artículo 9º constitucional delinquen, roban y destruyen el patrimonio público y privado sin que haya gobierno que haga valer la ley (preocupados únicamente de su imagen). Han olvidado que es deber del estado, en los tres niveles (y del partido que sea), cumplir y hacer cumplir la ley, lo cual garantiza la continuidad de la República, de lo contrario la pusilanimidad mostrada hasta ahora será tomado por los golpistas como miedo y debilidad. Las Sagradas Escrituras establecen desde hace dos milenios los roles de pueblo y gobierno: “Sométase toda persona a las autoridades; porque no hay autoridad sino de parte de Dios… ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno… porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo teme; porque no en vano lleva la espada…” (Rom 13:1-4) ¿Usted qué considera, estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Correos recibidos: del Ing. Manuel Huerta G., de Rosa María Valdez, y Ma. Elena Gómez, gracias por sus comentarios.

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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Esta semana recordaríamos la gran Reforma del Cristianismo iniciada en la capilla de Wittemberg el 31 de octubre de 1517 (así como sus consecuencias). Sin embargo los hechos actuales nos obligan a tocar dos temas a cual más de importantes, que si bien se originan en mundos tan distantes, a la vez se interrelacionan el uno con el otro ¡religión y gobierno!

En estos días hemos visto el desliz terrible de dos líderes: uno de la iglesia católica, el otro del poder ejecutivo de nuestro país. Igual de graves, igual de dañinos, capaces de desnudar espiritual y políticamente a cada uno en lo suyo.

DESVÍO Y DESLIZ PAPAL

       Durante siglos gran parte de los católicos (las corrientes cristianas emanadas de la Reforma lo rechazan tajantemente por carecer de apoyo bíblico) han creído en la llamada infalibilidad papal; un dogma originado en el 1er Concilio Vaticano en julio de 1870, es decir, de reciente cuño.

Urgidos por espacio e importancia de los temas, nos limitaremos a señalar que la reciente declaración del Papa Francisco abriendo las puertas de la Iglesia a los homosexuales, es contraria a lo que enseñan las Escrituras. El Papa dijo entre otras cosas: “Los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana”.

Declaró además en un tono políticamente adecuado –como gustan de hacerlo los jesuitas- “¿Quién soy yo para juzgar a un gay?”Cierto, para juzgar a persona alguna realmente carece de derecho, pero juzgar las malas acciones, no solo es su derecho ¡es su deber! La Escritura dice al respecto: “¿O no sabéis que los santos (es decir, los verdaderos creyentes) han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? (1ª Cor 6:2).

El punto es que si el Papa y los que pretenden diluir una fe cuyas normas han sido establecidas por Dios mismo (Biblia), normas que son inmutables como el Dios que las ha revelado; o no entienden el texto anterior o ya lo olvidaron. Para su fortuna el apóstol Pablo les aclara el asunto y no queden dudas, pues aunque Dios ama al pecador, en su santidad aborrece el pecado. ¡No hay de otra!: No erréis; ni los fornicarios… ni los afeminados, ni los que se echan con varones… heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios” (1ª Cor 6:9-11).

El Papa sabe perfectamente que las relaciones homosexuales son pecado delante de Dios, como igual lo son el narcotráfico, el homicidio, el robo, etcétera. Lo que confunde entonces a muchos feligreses en su grey, es la apertura eclesial sin compromiso a este grupo de manera publicitada y corporativa (sin exhortarles al arrepentimiento y a un cambio de vida).

Las puertas de la Iglesia ciertamente deben estar –en tanto que Jesucristo retorna- abiertas para el pecador que se arrepiente de su vida licenciosa y rebelde, que decide enderezar su vida y rendir su corazón a Dios para encontrar paz y salvación. Pero no pueden admitir al pecador que se regodea en sus faltas, que continúa y desea permanecer en su vida de siempre, pues la Iglesia no es ningún club ni vende membresías al estilo mundano. Hay espacio para todos los pecadores. Pero el camino es recto y angosto y no todos los pecadores están dispuestos a creer de todo corazón, arrepentirse y rendir su vida al Creador. El precio de la salvación pagado en el Monte Calvario fue demasiado alto como para menospreciarlo, para simplemente llenar templos vacíos, sería blasfemo. Esperemos que Roma no siga pareciéndose a la Babilonia del Apocalipsis pues como bien saben, su destino final será trágico y amargo.

ENCUENTRO EN LOS PINOS

     El asunto de los desaparecidos de Ayotzinapa ha estado plagado de dificultades, la mayor parte fabricadas por los golpistas ladrones y saqueadores. Sin embargo el encuentro por cinco horas del Presidente con los padres, abogados y demás padrinos de la “causa” puede considerarse un error muy desafortunado. Primero, porque apenas salieron de Los Pinos y ya estaban hablando mal del Presidente y del gobierno. Segundo, porque después de la estela de destrucción que han originado con sus reclamos directa o indirectamente en Guerrero y algunas otras ciudades del sur (sin cuestionar su dolor de padres, eso es otra cosa) ha ocasionado que los ciudadanos que sostienen de pie este país se pregunten si nomás hay Presidente para los revoltosos y los vándalos ¿o es igual el trato para todos?

El mensaje para los mexicanos que trabajan y se esfuerzan fue pésimo. Decenas de millones de mexicanos en sus penas saben que jamás serían recibidos en Los Pinos, y las penas duelen igual, sean pacíficos y trabajadores, o vándalos como suelen ser los alumnos de Ayotzinapa ¿Premio a los que causan conflictos y mantienen en vilo al país, e indiferencia total para los que trabajan y aportan sin causar conflictos (además de pagar impuestos)?

Eso por un lado, por otro, los padres estamos obligados a saber en qué y dónde andan nuestros hijos. Los padres de los desaparecidos ya sabían a qué tipo de escuela habían metido a sus hijos, que no es otro que un foco de insurrección, formadora de cuadros de esa pseudo izquierda silvestre y anarquista promovida por los zánganos que la controlan (CNTE y demás). Sus hijos no desaparecieron del aula, andaban a 200 kilómetros de la Normal, en camiones robados, algunos armados y su misión era romper una reunión de la esposa del narco presidente municipal de Iguala. Debieran saber que en esas acciones hay riesgos y no exigir que se los devuelvan vivos a toda costa.

Hace siete meses perdió la vida uno de mis nietos, tenía 20 años y era estudiante de medicina. Iba a la playa un fin de semana, en Colima se accidentaron. Su servidor sería estúpido si le exigiera al gobierno que me devolviera a mi nieto vivo (vivo salió de Guadalajara). En la carretera hay riesgos. No se diga en Iguala al pretender romper una reunión de delincuentes metidos a políticos.

Y así como reclaman con tanta energía sus desaparecidos; con mayor molestia los ciudadanos que pagan la educación de los de Ayotzinapa, de Normales y Universidades reclaman resultados. Esperan que su dinero se aproveche en las aulas preparando las generaciones que sostengan a México en al futuro, y no se tire a la basura en hordas de vándalos que no quieren estudiar; que en un manifiesto resentimiento desean mejorar su condición por la fuerza y sin esfuerzo alguno de su parte. Así no es la vida

PROPUESTA O CONCLUSIÓN

     Los líderes religiosos y políticos deben volver a las raíces, a tomar ciencia, sabiduría  y autoridad en aquellas cosas que les legitiman, que no son otras que la Biblia y la Constitución respectivamente. Su trabajo no debe sostenerse en apoyos ilegítimos, en los aplausos del exterior, mucho menos en encuestas o aprobación de ONG’S.

Por su parte judíos, católicos, protestantes, etcétera, deben abrevar de las Escrituras hasta saciar su sed interior lo cual les permitirá conocer la voz y voluntad de Dios, pues por lo que se aprecia, muchos de sus líderes ya usan otros manuales ajenos al Divino (Biblia). Igual los ciudadanos, conocer la Constitución les permitirá pedir u oponerse (dependiendo el caso) a los excesos, omisiones o desviaciones del poder público ¿O usted que considera, lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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En los últimos artículos se ha advertido de la apuesta insurreccional de algunos grupos que habiendo sido rechazados en las urnas por la mayoría de los mexicanos, ahora pretenden por la fuerza obtener lo que se les ha negado de manera legítima. El asunto de los matriculados en la Normal de Ayotzinapa (no creo que estudiaran, el verdadero estudiante invierte su tiempo y fuerzas en su preparación pues en ella se juega su futuro) ha sido el pretexto para que los pretensos golpistas y sus satélites anarquistas anden como chamucos destruyendo e  incendiando edificios públicos y privados en Guerrero.

     Aunque claro, la clase marchista profesional del Distrito Federal, abanderada de todas las causas y enemiga de todos los gobiernos (excepto del Peje y compañía) les engorda el caldo y presenta ante los ingenuos a un gobierno “malvado” que su corazón emponzoñado ha creado más allá de toda realidad.

Si un presidente municipal corrupto y manipulado por su mujer (delincuente probada) son responsables del asesinato de seis personas y la desaparición de los 43 vándalos de Ayotzinapa, ellos y su corte de policías corruptos y asesinos deben ser enjuiciados. Así es la ley. Si las naciones respondieran como lo exigen los ayatolas del Peje y demás insurrectos (que piden la renuncia del Presidente) no quedaría en pie gobierno alguno en el planeta. Es una barbaridad y una desproporción.

Una pausa. En mis años de juventud a las cosas se les llamaba por su nombre, los hombres que se consideraban hombres no se encapuchaban (eso era propio de delincuentes), daban la cara. Si el comunismo te llamaba la atención y su doctrina te gustaba, se medían las consecuencias antes de entrarle pues muchas veces la cárcel, vivir huyendo o la tumba podían ser el costo ¿Por qué no le ponen “Escuela de Formación Guerrillera Ayotzinapa” en lugar de Normal? Los hombres y las causas sin congruencia no valen nada, por más que griten y hagan violencia.

En esta semana leía en un diario la historia de un joven que me hizo pensar en los chamacos de esa tristemente célebre Normal guerrerense. Se trata de un muchacho del sur de Jalisco que trabajó de albañil, en los oficios del campo, etcétera, que salió de su pequeño poblado hacia Ciudad Guzmán donde cursó la carrera de Ingeniería, y no satisfecho se fue a California, donde trabajó de mozo de limpieza en una compañía dedicada a la computación. El podía haber quebrado los vidrios de Intel, juntar a otros resentidos y declararse explotados por el patrón. Sin embargo como le gusta prepararse estudio una Maestría en Ingeniería, para luego obtener dos doctorados, el segundo en Corea. Por cierto se llama Julio César Zamora (Mural, 22/Oct/2014).

Ese es un hombre valiente y de valía. Encapucharse, quebrar vidrios, destruir muebles y oficinas, incendiar edificios, robarse el peaje de las casetas y saquear centros comerciales, son acciones propias de delincuentes. En lo personal no me pueden decir que hay “una causa” o que “son de izquierda” porque conozco perfectamente lo que es una causa social y política, como también lo que significa ser realmente de izquierda.

Vivimos desgraciadamente en una sociedad decadente en la que los valores absolutos son rechazados, por tanto Dios mismo no tiene cabida, todo se relativiza y la permisividad egoísta justifica lo propio, incluso a costa del daño y agresión al otro. Bajo esa deformada óptica el sentido de justicia está pervertido de origen, maniqueo por esencia, posición que les lleva a medir los hechos siempre con una visión parcial y torcida. Claman rabiosos por justicia, por la aparición de los matriculados en la Normal de Ayotzinapa, al tiempo que destruyen el Patrimonio de los mexicanos, pues todos y cada uno de los muebles, enseres, computadoras, fotocopiadoras y demás que ellos han destruido en los Edificios Públicos de Guerrero han sido comprados con el dinero de los ciudadanos ¿no lo sabían, a poco pensaban que los funcionarios compran todo de su bolsa? ¡NI UN LÁPIZ!

Les sale espuma por la boca clamando por justicia y se roban camiones con valor de 2 millones de pesos cada unidad. Ni qué decir del importe de peaje de las casetas en autopistas, que si lo hiciera cualquier otro ciudadano que no fuera de “izquierda”, además de considerársele un simple raterillo de inmediato pararía por años en la cárcel. No se puede pedir justicia haciendo injusticia, es una contradicción de términos, pero ¿qué se puede pedir a quienes son alérgicos a la educación y la lectura? No dan más que para vándalos.

Si como sociedad no nos detenemos a analizar lo que está pasando, a pedir y establecer el estado de derecho para todos; téngalo por seguro que fracasaremos y el caos abriría la puerta a cualquier dictadorzuelo falaz y ególatra, como lo son todos los de su clase, aunque para entronizarse corran por su culpa ríos de sangre inocente.

La ausencia de Dios en la sociedad mexicana –y me refiero a la verdadera espiritualidad, no a la religiosidad populachera y sincrética- ha producido ya algunas generaciones con mentes deformadas que no disciernen la verdadera justicia, capaces incluso de pelear con dientes y uñas por los animales y olvidarse del hombre. Esto me recuerda a un reflexivo diálogo en la obra de Hemingway entre el viejo guerrillero republicano y el extranjero metido a una guerra que no era suya (“Por quién doblan las campanas”):

―¿Te gusta cazar?

―¡Hombre! ¡Mucho! Más que cualquier otra cosa. En mi pueblo, todos cazamos. ¿A ti no te gusta cazar?

―¡No! ―respondió Roberto Jordán―. No me gusta matar animales.

―A mi me ocurre lo contrario ―dijo el viejo―. A mí no me gusta matar hombres.

Urge que los mexicanos pensantes y todos los preocupados por la situación y destino de la Nación analicemos lo que está sucediendo. No podemos permitir que sigan confundiendo a muchos quienes pretenden derribar al estado mexicano (con la ayuda de no pocos medios de comunicación). No es tiempo tampoco de la eterna salida fácil de culpar al “gobierno” y encogerse de hombros. Es tiempo que se apoye de palabra y obra al Presidente elegido en las urnas para que haga valer el estado de derecho, sin importar si el que lo rompe es de izquierda, derecha, ecologista, de ONG válida o patito, que el que cometa un delito pague las consecuencias y punto. ¿O usted qué considera, estimado lector?.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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