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Cuando el novato Alberto Cárdenas Jiménez, hombre de costumbres pueblerinas pero de atrevimientos impropios para sus capacidades cobraba como gobernador de Jalisco, en esta columna se le dedicó un artículo con relación a la situación del Estado, que dicho sea de paso, comenzó su declive del cual no ha parado.

uando el novato Alberto Cárdenas Jiménez, hombre de costumbres pueblerinas pero de atrevimientos impropios para sus capacidades cobraba como gobernador de Jalisco, en esta columna se le dedicó un artículo con relación a la situación del Estado, que dicho sea de paso, comenzó su declive del cual no ha parado.

     Entre otras cosas el texto dice: “El titular del ejecutivo del estado por más de cinco años ha demostrado su escasa formación cultural y política, pero sobre, todo su desprecio por las formas y la armonía, para y entre los gobernados, de tal manera que en sus arrebatos y defensa de sus ‘amigos’; rompe un día sí y otro también todo protocolo y en franco desprecio por la virtudes anunciadas en la glorieta Minerva (¡Justicia, sabiduría y fortaleza!), agrede a cuanta persona o grupo no pertenece a su maniquea visión…” Al referise al entonces senador Manuel Bartlett Díaz declaró a la prensa “ya he manifestado lo que pienso de él y lo que espero únicamente es que se largue lo antes posible de Jalisco” (Análisis y Propuesta, El Informador, 10/Jun/2000).

Curiosidades del destino, en el “cambio” esperado por muchos tapatíos, vino un defeño a ocupar el cargo de presidente municipal. Su nombre: César Coll Carabias, hombre de valores elasticos, cosa que se confirma durante su administración como también en la de Cárdenas Jiménez, iniciando una horrenda y mañosa práctica en el sector público que contagiaría al país entero (sin distinción de partidos al desaparecer ideologías y valores morales con la llegada de la nueva clase política): ¡Subirse los sueldos “para no robar!

Pero como los presidentes municipales por lo general traen a la esposa por otro sueldo (el actual no, es viudo), claro, el DIF les requiere con urgencia, César Coll se trajo a su mujer, la señora Maribel Alfeirán, que en su momento ganara fama y notoriedad y no precisamente por su aciertos.

En esta columna se transcribió un famoso reclamo en el Congreso de Jalisco contra su persona. Se le citó para que dijera qué hizo con algo así como 7 millones de pesos, y la señora se indignó con el valiente diputado que le exigía cuentas claras a nombre de los jaliscienes (Miguel León Corrales), quien con aplomo y sabiduría le contestó “que no ponía en duda su decencia, que solo le pedían explicara en qué gasto tanto dinero”. La respuesta no se escuchó ¿Qué le parece si dejamos paso a parte de mi texto publicado por entonces?: “…¿A poco los principios del PRD dicen que venimos aquí a defender el flamante apellido Alfeirán de Coll? ¿qué no se supone que venimos a defender los intereses de la mayoría de los jaliscienses?, a poco los principios del PRD nos dicen que debemos servir de tapadera de las cuentas públicas cuando hay anomalías” (Análisis y Propuesta, El Informador, 26/Feb/2000).

Sabido es también que durante el gobierno de “Bebeto” muchos otros escándalos ocurrieron y todos quedaron impunes. Chalecos para policías a sobre precio, la Secretaría de Seguridad con un titular cuya única experiencia era ser gerente de sucursal bancaria, ¡pero qué importaba si había sido echado del ayuntamiento de Zapopan por asuntos de corrupción y había que acomodarlo! (además de que Zedillo mandó cientos de millones de presupuesto para seguridad y había que gastarlos). Los proyectos para nuevas líneas del metro o tren ligero se congelaron, como también nos quedamos ayunos de nuevas vías de comunicación y medios de transporte eficiente.

Sucede sin embargo que estos personajes que en su momento no dieron el ancho para los cargos públicos, que sus fanáticos y la mayoría de la prensa les perdonaron todo, ¡TODO! Ahora que son simples regidores en el Ayuntamiento de Guadalajara, aparecen cual “tartufos” con moralinas que no les quedan y desgarramientos de vestiduras en una ciudad que requiere unidad y solución de problemas. No de vedetes políticas que nos hundan más de lo que ya estamos.

Tuvieron el momento para servir con eficacia y no lo hicieron. Que no vengan ahora a dividir y dañar más a Guadalajara. Bastantes problemas dejaron entre tantas malas administraciones (baste decir que César Coll recibió el Ayuntamiento de Guadalajara con una nómina de 3000 personas y Petersen la dejó con más de 12,000). El Ing. Ramiro Hernández debe quitarse las garras de encima de estos tartufos que carecen de toda autoridad moral para hablar pues Guadalajara requiere de ayudadores y no de destructores y depredadores (por cierto, debe correr también a todos los de su partido que no sirven o no dan el ancho, de plano).

¡Hasta el próximo sabado, si Dios nos permite!.

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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En el teatro de las operaciones militares, rememorando el lenguaje clásico, uno de los actores principales ha levantado la voz. No por su participación, sino debido a la humillación pública sufrida en días recientes en el Estado de Guerrero donde un grupo de 70 militares fue retenidos por civiles armados.

n el teatro de las operaciones militares, rememorando el lenguaje clásico, uno de los actores principales ha levantado la voz. No por su participación, sino debido a la humillación pública sufrida en días recientes en el Estado de Guerrero donde un grupo de 70 militares fue retenidos por civiles armados.

       ¡Que un grupo de civiles retenga a militares por haberles quitado unas cuantas armas de uso exclusivo del Ejército (cosa que ya había sucedido en Michoacán) es por demás grave, todavía es más grave que para su liberación el gobierno haya negociado con los civiles la devolución de las armas!

Muchas interrogantes quedan sin contestar desde el campo del derecho y aplicación de la ley; como también queda al descubierto que el plan del Imperio para desmantelar el estado mexicano y transformarlo en un “estado fallido” va viento en popa. Lo peor del caso es que los llamados partidos de “izquierda” han sido en buena medida peones utilísimos para los propósitos del recurrente invasor.

En esta entrega vergonzosa del país iniciada con Zedillo y seguida puntualmente por Fox y Calderón, nuestro Ejército, así, con mayúscula, ha sido expuesto a partir del sexenio anterior como consecuencia de la estúpida guerra calderonista. El problema es que también ha sido avergonzado y el concepto del honor para este cuerpo es un valor de suma importancia ¿De quién es la culpa?

La nueva clase política mexicana se caracteriza por su parecido a las pandillas, por su ambición desmedida, ignorancia del estado y sus funciones (incluidos por supuesto sus deberes), como por su cobardía para hacer valer la ley. Negocian todo, incluida la comisión de delitos, la dignidad del estado y la vida cotidiana de los gobernados, que por los resultados vistos ni a súbditos llegamos.

Un caso reciente. La horda guerrerense que cobra sus quincenas puntualmente en el cajero automático, pero que en cuestiones de trabajo es alérgica a cumplir con su deber, hace unos meses bloqueó la autopista México-Acapulco. En su anarquía y conducta delictiva (tomar las casetas de cobro conlleva la comisión de varios delitos) se enfrentaron a la policía y no contentos con ello prendieron fuego a las bombas de una gasolinera, muriendo de manera dolorosa un empleado (que heróicamente intentaba cerrar la llave para evitar una tragedia).

México como dice el tango, va “cuesta abajo en su rodada”, en su deterioro institucional y en la calidad de vida de los ciudadanos. Los militares ya alzaron su voz de descontento esta semana y su reclamo debe ser atendido. La historia y el sentido común nos dicen que se haga.

Entre las voces castrenses se recogen tres reclamos de algunos generales publicados por conocido diario: “Los políticos son los que nos han llevado a donde estamos. El origen de todo esto que pasó en Guerrero tiene un nudo político, y por eso el Ejército en qué verguenzas anda cayendo ¿Cómo es posible?” (Samuel Lara Villa). “El problema es político. Los Gobernadores, que, más que gobernar, desgobiernan, no tienen el carácter suficiente para aplicar la ley porque tienen miedo” (Luis Garfias).

Otro más cuyo nombre no se menciona declaró: “Es bochornoso. Es una vergüenza (que los militares hayan sido retenidos). No puede haber otras fuerzas Armadas en el País de las que ya cuenta… Aquí no estamos hablando de la mota que venden o cultivan, no es por ahí, sino las armas de alto poder que poseen. Esto es lo que hay que combatir” (Mural, 8 de agosto de 2013). ¡Más claro no se puede!

El Ejército ha hablado, ha lanzado su primera llamada de advertencia. El estado mexicano no puede desentenderse de un asunto tan grave y considerar que la llamada es como la de los bribones de los partidos políticos, bandas que por cierto son culpables en gran medida del deterioro y lamentables condiciones de vida de este sufrido país llamado México.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

e-mail: mahergo50@hotmail.com

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Legalmente Pemex es de todos los mexicanos. Así se nos ha dicho desde la expropiación en 1938. Un acto friamente calculado por el gobierno de Cárdenas que le proporcionó enormes dividendos políticos al lograr inflamar el ánimo patrio de todos los mexicanos, creyendo sinceramente que el petróleo era nuestro. De hecho lo fue de alguna manera hasta casi el final del gobierno derrochador de Luis Echeverría.

egalmente Pemex es de todos los mexicanos. Así se nos ha dicho desde la expropiación en 1938. Un acto friamente calculado por el gobierno de Cárdenas que le proporcionó enormes dividendos políticos al lograr inflamar el ánimo patrio de todos los mexicanos, creyendo sinceramente que el petróleo era nuestro. De hecho lo fue de alguna manera hasta casi el final del gobierno derrochador de Luis Echeverría.

     Lo que olvidó Lázaro Cárdenas decir a sus gobernados era que la Casa Blanca no quería la presencia de ningún país europeo en América, mucho menos en México. La segunda guerra mundial era inminente y los yanquis ayudaron a Cárdenas a que tomara tan “patriótica” decisión. Creer el burdo cuento que Josephus Daniels, el anciano embajador yanqui ayudó a Cárdenas por encima de sus jefes en Washington a la expropiación, es tanto como renunciar a la existencia de neuronas.

Lamentablemente, luego de la benéfica y fructífera etapa del desarrollo estabilizador (el mejor tiempo que ha tenido México en toda su historia) vino la “Docena Trágica” y con ello las crisis. Para economizar tiempo y palabras diremos que desde el sexenio de López Portillo, Pemex ha sido la principal fuente de ingresos del gobierno, como también la salida descomunal de recursos (un océano de corrupción que nadie quiere tocar ni investigar).

Por si no fueran suficientes sus impunes latrocinios, como vil delincuencia organizada a partir del gobierno de Vicente Fox (reino del desgrarriate y el caos administrativo) se inicia la ordeña de ductos ¿Quién que no trabaje o haya trabajado en Pemex se atrevería a robar gasolina? ¿No hay acaso mecanismos de seguridad que indiquen al momento la baja de presión que lleven a la inmediata solución del problema cerrando el paso y deteniendo a los delincuentes?

La proliferación de nuevas gasolineras muestra que ante la llegada de los azules megacorruptos (inútiles para manejar el estado y controlar las riquezas nacionales) las mafias petroleras cerraron el círculo con un producto que nada les cuesta y cada vez es más caro ¿No se le hace raro que nunca encuentren a los ladrones de combustible ni el destino de lo robado?

La realeza petrolera mexicana, entiéndase la alta burocracia de PEMEX, ha perdido totalmente rumbo y proporción. Sus latrocinios y mega derroches se han desbordado al punto que la empresa ¡muérete de sorpresa Kafka!, está en quiebra. No hay dinero propio ni ajeno que les ajuste.

Tan solo en los primeros seis meses de 2013, Pemex ha perdido la astronómica suma de $324 mil 360 millones de pesos (Diario Mural,  27/Jul/2013). Es decir, mientras para el mexicano común, entiéndase pobre, y la mitad de los ciudadanos lo es, no hay atención médica adecuada o de plano no existe, que su educación corre a cargo en varias zonas del pais de una camarilla de ignorantes adictos a marchas, plantones y vandalismo, y que su seguridad corre a cargo de la misericordia Divina: los emires y sultanes de Pemex “pierden” en un negocio que en todos los países produce enormes ganancias ¡Increíble pero cierto!.

Periodistas valientes como Anabel Hernández, Areli Quintero, Olga Wornat y algunos otros han documentado las truhanerias de los funcionarios de Pemex (en complicidad con los políticos, como es el caso de los hijos de Marta Sahagún): que van desde la compra y renta de barcos a varias veces el valor real, compra de gasolina, hasta todo tipo de contratos en los que la empresa literalmente es saqueada. En uno de mis libros señalaba que los pasivos de Pemex son mayores ya que los activos ¿De quién es Pemex…?

Urge entonces que el Presidente Peña Nieto meta la mano en esa cloaca donde en todos los niveles se vive fuera de la realidad. No solo la alta burocracia de emires y sultanes, tambien la clase trabajadora. Se jubilan casi a la mitad de la edad productiva y un gran sector busca nomás como sangrar a la empresa. No podemos seguir así. Los acreedores tarde o temprano exigirán los cuantiosos adeudos, dinero que dicho sea de paso no parece estar en los activos de Pemex, sino en el negocio particular de una clase privilegiada y engreída ¿Qué Pemex es de quién…?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

e-mai: mahergo50@hotmail.com

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¿Cuándo sería la última vez que un presidente de México recorrió en automóvil la ruta México – Acapulco o la vía Guadalajara -Puerto Vallarta? Al ciudadano le queda claro que desde que los gobernantes viajan en avión o helicóptero ignoran casi totalmente el estado de conservación de la mayoría de las carreteras del país, como también ignoran el calvario que sufren los viajeros.

Se han alejado tanto de ese pueblo que aseguran gobernar que creen realmente la fantasía que a diario les fabrican la corte faraónica que labora para la Presidencia. Viajes, acarreados para la ocasión, elegantes y costosos foros que a diario son desechados, tarde que temprano les hacen creer una realidad virtual que poco o casi nada se parece a la verdadera realidad.

Perdidas en esa fantasía de magníficos escenarios han quedado la mayoría de las carreteras del país. La retórica oficial ha quedado a distancia de años luz de lo que se dice hacer con lo que existe. El turismo es un ejemplo. Sumido el país en una una crísis económica que parece no tener fin, pero que Fox y Calderón escondieron detrás de las cifras macroeconómicas (ocultando perversamente la exhorbitante deuda pública externa e interna), el pueblo agobiado por la fauna criminal, la economía, los altos impuestos y demás problemas sociales ha encontrado en el vacacionar una manera de descansar y salir de tanta tensión.

Las autoridades de Turismo sexenio tras sexenio aseguran hacer todo por mejorar y aumentar el turismo, sin embargo sus declaraciones por lo general carecen de sustento. En días pasados un conocido diario de Guadalajara criticaba al turismo nacional que visita Puerto Vallarta calificándole de “galletero”. Es decir, que se traslada de todo el pais al puerto por carretera (y no en avión como los gobernantes y la realeza local).

Una familia que paga entre $1,500 y $3,000 pesos diarios de hotel pero que no frecuenta los restaurantes y hace la mayoría de sus comidas en la habitación, además de ser despreciado todavía es ofendido: ¡galletero! ¿Considera sensato el sector turístico semejante trato para el que les da de comer? Sí, porque con el turismo extranjero y el reducido sector que viaja en avión simplemente no se sostendrían sitios como Puerto Vallarta y Acapulco, por señalar algunos.

Sin embargo nos faltan los horrores del camino: aportación que corresponde en exclusiva al gobierno. Sexenios van y vienen y la ruta Guadalajara – Puerto Vallarta continúa casi como hace cuarenta años. Los pocos tramos de “autopista” se reducen a breves trayectos de peaje costosísimo con servicios casi nulos, sin patrullas de vigilancia, ni vehículos que presten ayuda al viajero y con sanitarios en las casetas que son verdaderas cloacas ¿Los concesionarios llevarían al presidente Peña Nieto o al gobernador Aristoteles Sandoval a sus inmundas y hediondas letrinas?. ¿Este es el “esfuerzo público” por mejorar y promover el turismo? Ni qué decir de los precios en sus tiendas.

Una ruta que se podría transitar en dos horas y media se realiza en seis en una carretera vieja y de un solo carril, lo que imposibilita rebasar por la abundante zona montañosa y lo añejo del trazo. Filas de hasta 70 u 80 vehículos convierten las vacaciones de un pueblo agobiado en un asunto terrorífico.

Pero no es todo, los señores que dicen mantener en buen estado las carreteras siempre se les ocurre hacerlo durante las vacaciones lo que aumenta hasta en dos o tres horas los trayectos ¿Habrían de vacacionar y disfrutar los agobiados mexicanos? No, por supuesto que no. Para eso tienen a sus gobernantes, para hacerles sufrir incluso en las vacaciones, y si no pregúntele a cualquier defeño sobre los “maistros” o cualquier grupo que haya tomado la autopista del sol; o a cualquier jalisciense o de los estados vecinos que haya viajado este mes a Puerto Vallarta.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Correos recibidos: Maria Elena Gómez M., considera también que las elecciones en Baja California fueron una farsa democrática. El Ing. Manuel Coronado escribe molesto por el comentario de su servidor por la limpia que los brujos le hicieron al Papa Juan Pablo II en la Basílica de Guadalupe. Mi amigo el Embajador Manuel Martínez del Sobral se indigna también ante “tanta desigualdad entre gobernantes y gobernados en materia de ingresos”. Lic. Yolanda Guzik, gracias por sus palabras de felicitación.

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