Todos los días y a todas horas —con su tono cansón y desinflado— la presidenta Claudia Sheinbaum nos satura a los mexicanos (para no decir nos harta) citando para todo «la soberanía». Concepto jurídico que quizá no entiende, o no hay a su alrededor alguna persona medianamente preparada que le diga en qué consiste dicho término.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, reza en el artículo dedicado al tema: “La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo” (art. 39). Así que hablando desde la máxima ley nacional, queda claro que la presidenta y su gobierno (así como el de su antecesor López Obrador) han estado violando flagrante y permanentemente nuestra Carta Magna. Para ambos gobiernos el pueblo mexicano no significa absolutamente nada, excepto, un pretexto malvado y retórico para hacerse y mantenerse en el poder.
El artícuo de referencia también dice: “Todo poder público dimana del pueblo y se instItuye para beneficio de éste”, algo totalmente alejado de la realidad de los mexicanos toda vez que el poder se ha convertido en un botín de bucaneros y forajidos de todo tipo y tamaño en el que TODOS LOS BENEFICIOS son para ellos, para MORENA y las bandas delincuenciales con las que hicieron pacto de «ABRAZOS, NO BALAZOS», mientras que para el pueblo sólo dolor, abandono, balazos, muerte, despojo, desatención total y un futuro negro (con la deuda pública más grande de toda nuestra historia; al doble de la que dejó Peña Nieto).
¿De qué soberanía habla pues Claudia Sheinbaum cuando en el gobierno de su antecesor (y jefe) ASESINARON A UN CUARTO DE MILLÓN DE MEXICANOS y los asesinos campean armados, ensoberbecidos e impunes por todo el territorio nacional? ¿A que se refiere con “soberanía” cuando la leva criminal es un terror permanente para las familias y un escándalo nacional y ella desde Palacio Nacional se limita a sonreír y decir que “todo está bien”?
¿A qué soberanía se refiere la que cobra como presidenta, cuando millones de mexicanos han sido literalmente sometidos a la esclavitud? Porque, tener papeles de “dueño” de una huerta, un negocio, un taxi, un puesto de tacos, o lo que sea; pagar impuestos al gobierno, y al mismo tiempo estar sometido a la extorsión y órdenes de las bandas criminales es una mentira, una fantasía, lo más opuesto que puede existir a la palabra soberanía.
¿Eran soberanas las decenas de miles de mujeres asesinadas impunemente la inmensa mayoría, es decir, alrededor del 98%? ¿El gobierno de Claudia hizo válida la soberanía de esa parte representativa en la que «reside esencial y originalmente en el pueblo». ¿Dónde está la soberanía de las mujeres prostituidas a la fuerza (esclavas) por las bandas delincuenciales?
La realidad nos muestra a los mexicanos que no tenemos soberanía alguna. Tenemos una especie de monarquía huehuenche disfrazada de democracia, pero que en realidad es una vulgar y reprobable dictadura bananera. Un país gobernado por una banda de forajidos que dicen ser políticos a los que lamentablemente sus hechos y latrocinios (enormes e incontables) les exhiben como lo que son. Sus vulgaridades, ausencia de respeto a los ciudadanos, a las formas republicanas y el estado de derecho, sus ambiciones desmedidas económicas y de poder, son su blasón de ignominia que les hermana con Maduro, Ortega y Díaz Canel.
Nunca, desde hace más de un siglo, habíamos estado tan mal como ahora. Tuvimos épocas de vacas flacas, pero siempre caminando de menos a más. El problema y grave en gran manera, es que desde que llegó la 4-T hemos ido de más a menos, hundiéndonos en la inseguridad, pobreza, falta de atención médica, vulgarización y adoctrinamiento en la educación, ausencia de servicios y obra pública conforme a las necesidades reales de la población y el país —pues el tren maya, el AIFA, y demás caprichos del tabasqueño son elefantes blancos producto de la soberbia, incapacidad y maldad de un hombre enfermo de poder y odios, de un psicópata que nunca debió tener acceso a la presidencia; cargo al que paradójicamente le abrió la puerta el entonces presidente Zedillo al permitirle contender por la jefatura de la ciudad de México, cuando legalmente no podía por ser residente de Tabasco— pintando desde Palacio un México que únicamente existe en sus mentes enfermas y perturbadas.
El llamado “Peje” lo dijo abierta y claramente: “Los delincuentes también son pueblo”, de lo que se desprende que esos malvados y verdugos del pueblo mexicano son los únicos que cuentan con una voz que se respeta y hace valer su soberanía ¿Así o más claro?
Por lo que se aprecia, todo indica que Claudia Sheinbaum confunde una invasión de pueblo o gobierno extranjero con la soberanía. Y si no entienden conceptos tan básicos y fundamentales como éste ¿Podrán entender lo que significa lo que han hecho y están consumando contra el PODER JUDICIAL? ¿o les vale un comino los términos y significados legales porque lo único que les importa realmente es la consolidación de su dictadura?
Y antes de concluir, se ha de señalar que nuestra Constitución abunda al describir el concepto del que nos ocupamos en esta ocasión, de lo que se desprende que tanto López Obrador como Claudia, han atacado ferozmente la Constitución abalanzándose contra la soberanía nacional, al atacar (y apropiarse) del PODER JUDICIAL y con trampas hacerse artificialmente del PODER LEGISLATIVO, y con esto cerramos por esta semana, quedando aclarado por medio de la propia Constitución, quiénes son los verdaderos enemigos de la soberanía de los mexicanos: “El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión” (Art. 41).
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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FELICITACIÓN: a las madres que son lectoras de esta columna se le envía una calurosa y sincera felicitación en su día.