ESTÁ LOCO ¿O LE HACE?

Cada vez se le ve peor, pero esta semana de plano se pasó de la raya. Participar en el pleno de la Asamblea de las Naciones Unidas a nombre de México, y salir con la tontera de la ‘rifa del avión’, en verdad que no es admisible ni justificable en una persona bien de sus facultades mentales, mucho menos en un líder de estado.

    Verlo en la televisión dirigirse a sus colegas y personal de la ONU con el tema de la rifa del avión, fue de dar vergüenza, de no hallar dónde meterse ¡Ni conocemos al hombre! Pudiera pensarse que la Secretaría de Relaciones Exteriores, por muchas décadas orgullo de México, se hundió en la incapacidad y el burocratismo chambón. Sin embargo, sabiendo que el presidente no escucha ni atiende a nadie, excepto a su yo, se conserva el beneficio de la duda.

Desde este espacio ya se había mencionado que Andrés Manuel López Obrador presentaba síntomas de enfermedad mental (así como se advirtió en su momento de Vicente Fox), sin embargo, ni sus cercanos ni los otros medios dijeron nada al respecto. Lamentablemente los síntomas han ido en aumento y nadie en el entorno del presidente parece tomar nota, capaz de dejar en claro que primero está el país que su jefe.

   Ninguna mente sana y con principios sería capaz de mentir con tal descaro y decir que todo marcha bien en su gobierno. Que ya no hay matanzas, que la seguridad está mejorando, que el coronavirus va en declive, que la salud de los mexicanos está atendida, que la economía se está recuperando, y los empleos también. López Obrador no solo lo ha dicho, todos los días lo repite machaconamente, lo cual nos recuerda una de las frases del “gnomo maldito” (como calificaran a su alrededor al nazi Joseph Goebbels, Ministro de Educación Popular y Propaganda de Hitler): “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Aseveración que además de ser falsa, desnuda la conducta malvada de quien lo afirma.

López Obrador se atrevió a declarar en su segundo informe de gobierno (que en la práctica es como el 10 o el 20, no se sabe, cada rato inventa informes —lo cual exhibe otro síntoma de su inestabilidad mental—) que ya no había matanzas, cuando la lista de crímenes masivos es larga y por demás sangrienta. Por ejemplo, la organización ‘Causa en Común’ contabilizó en los primeros siete meses del presente año nada menos que 429 matanzas. Falta agregar las cometidas en agosto y septiembre.

Respecto de la delincuencia asegura que las cosas mejoran, que los delitos bajan y con su clásica sonrisa sardónica se atreve a decir que vamos mejor. Claro, al presidente se le hizo poca cosa Los Pinos y en su austeridad y gusto por la pobreza se fue a vivir nada menos que al imponente Palacio Nacional. Téngalo por seguro que ningún ladrón, extorsionador, vendedor de droga, pandilla o grupo delictivo le molestará en ese sitio. Lamentablemente a la inmensa mayoría de los ciudadanos sí, la fauna delincuencial crece día con día en número y violencia haciendo insoportable la vida de casi todos los mexicanos.

El problema del agua en Chihuahua es otro síntoma de su desequilibro. Si no acusa a ex gobernadores, la endereza contra los panistas, los agricultores, aunque ahora los nogaleros son los villanos en su paredón matutino, lo cierto, sin embargo, es que carece de la información suficiente acerca del problema, que es muy grave, enfilando sus baterías contra el gobierno local y contra todo aquel que ose contradecirlo. No importa que no le asista la razón. Lo único válido es su punto de vista (lo que hace que el diagnostico de salud se agrave).

    Desde que arribó al poder sus ataques cotidianos contra los periodistas que se atreven a criticarlo y a los medios que les conceden espacio han aumentado en frecuencia y dureza, lanzando y arrojando a la manera de Calígula a sus falsos enemigos al desenfreno de la plebe. Y la plebe no sabe de reflexiones, por eso es plebe y sigue al líder y al poderoso a ciegas y con fanatismo. La plebe pidió la crucifixión de YESHUA EL MESÍAS a sabiendas que era inocente y que la propia autoridad romana lo había admitido. A la turba le gustan los linchamientos, satisfacen sus instintos bestiales, pues en lo íntimo no gusta del orden y el estado de derecho. A su líder tampoco, por eso su crítica feroz contra su ex colaborador Jaime Cárdenas por renunciar al Indep (y no prestarse a la corrupción y la larga lista de irregularidades).

Su ira manifiesta contra los 650 intelectuales firmantes del desplegado que le reclaman sus ataques contra la libertad de expresión (signado por científicos, escritores, periodistas, académicos) es otro síntoma de alerta. En nada le ayudan los cortesanos que en lugar de ver por su salud y el futuro del país le dan la suave y abonan al crecimiento de la posible enfermedad. Su vocero Jesús Ramírez se atrevió a decir en carta pública —a manera de respuesta— que “el desplegado de los 650 intelectuales… es un llamado a amordazar al mandatario más legítimo que ha tenido México”. AMLO ganó con el 53 por ciento de los votos.

El problema con los fanáticos, y los que no leen suficiente (sobre todo si ocupan cargos públicos de responsabilidad) es que juzgan sin elementos. En ese sentido, México ha tenido otros presidentes más legítimos en los últimos cien años. Miguel De la Madrid ganó con el 71 por ciento de los votos y José López Portillo con el 68 por ciento de los sufragios. No tuvo contrincantes. Sin embargo, el suyo, el de JLP, no fue un buen gobierno. Así que legítimo no es sinónimo de buen presidente. Pueden resultar cosas totalmente distintas.

 Su irritabilidad y ataque contra los de FRENAAA ya raya en la esquizofrenia. Mientras que con los vándalos que le ayudaron a llegar al poder, los que lejos de cambiar su actitud delincuencial se han radicalizado (como es el caso de los terroristas de la dizque normal’ de Ayotzinapa, los padres de los 43 vándalos que asesinaron y desaparecieron, los maistros de la CNTE, los dizque estudiantes de otras ‘normales’ no normales que obstruyen vías del ferrocarril, los roba casetas, los roba autobuses, etcétera, etcétera), así como con las mujeres anarquistas que como animales salvajes destruyen todo a su alrededor, no los toca ni con el pétalo de una rosa, haciendo añicos el poco estado de derecho que recibió: a los campesinos de Chihuahua les envía la Guardia nacional y hasta asesinados hay. A los pacíficos manifestantes de FRENAAA los encerró frente a La Alameda de la capital con legiones de policías de pie, motorizados, a caballo, todo para que no llegaran al Zócalo y demostrar su poder (e intentar intimidarlos).

Sitio que este hombre, cada vez más alejado de sus gobernados, cree en su mente confusa que es de su propiedad y exclusivo para que le rindan culto. Su perfil de anticristo (o de falso mesías) requiere de ser analizado con seriedad por el Senado y con la ayuda de profesionales (no de lambiscones incondicionales), buscar la sanidad del paciente o su salida legal de semejante responsabilidad. Pero… ¿está loco, o nomas le hace? El Senado tiene la palabra.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

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