Opinión
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Lo visto, leído y escuchado en estos días en Jalisco, nos muestra síntomas de una sociedad colapsada, perdida en la ambición (corrupción, pues), los placeres, la incapacidad, la ociosidad, ni qué decir de la irresponsabilidad y el déficit de inteligencia. La cuestión es que ya no solo se trata del gobierno del Estado de Jalisco cuya incapacidad además de resultar una continuidad del gobierno mega corrupto encabezado por Emilio González Márquez (al que nadie se ha atrevido a tocar, es decir, impunidad total); sino que a esa incapacidad y pérdida de rumbo se han sumado la mayoría de los medios de comunicación, impresos y electrónicos.

     Han hecho una verdadera tormenta con el asunto de los tráileres cargados de cadáveres, un culebrón como dicen los sudamericanos, cuanto el fondo del problema es otro de mayor gravedad y sin visos de solución. Se han dedicado a señalar los efectos sin tocar en absoluto la causa, mucho menos la incapacidad de quienes se encuentran al frente del gobierno.

     Si la saturación del SEMEFO se remonta al año 2014 ¿Acaso en cuatro años el gobernador o sus subalternos no consideraron nunca buscar la manera de resolver el problema? Porque la primera función de cualquier gobierno es esa ¡resolver problemas!

     Y cuando se observa que las neuronas no les dieron más que para rentar tráileres para guardar los cadáveres (menos mal que eran refrigerados), es de preguntarse si el gobierno ha estado en las manos adecuadas. En lo personal considero que Jalisco tiene varias décadas sin gobernador. En las formas y en la nómina sí, en los hechos no. El retroceso en la calidad de vida y el abandono del estado de derecho saltan a la vista.

    ¿Nadie en el gobierno de Jalisco consideró que inmediatamente en manos del SEMEFO se les hiciera a los cuerpos un examen de ADN para su posterior entrega a los deudos —fijar un plazo más o menos prudente, digamos 40 días después del fallecimiento—y pasado ese plazo se les diera sepultura?

     El gobierno tiene terrenos suficientes para habilitar un cementerio de manera inmediata y acorde a la necesidad, al que posteriormente podrían acudir los parientes. Las gavetas podrían ser sencillas y en superficie (en muro) y en números de cinco (por decir algo) para hacer más rápida la entrega cuando se diera el reclamo de los cuerpos. Si se gastan casi tres millones en un festejo del 16 de septiembre al que casi nadie asiste y al que a la mayoría de los ciudadanos no les interesa acudir (el amor por México es otra cosa y representa mayor madurez que ponerse bigotes postizos y un sombrero tricolor y comer en la calle tostadas o pozole): un cementerio sencillo para estos fines no costaría gran cosa (lo costoso en la obra pública es el infle de facturas).

      Queda totalmente claro que el verdadero problema, que son los asesinatos de cientos y miles de personas en Jalisco, ni siquiera se mencionó, ni por las autoridades, ni por la prensa. A todos les interesaba únicamente la caravana con los cuerpos ¿Quién reclamó por qué no evitaron que los asesinaran, quién señaló o preguntó si ya detuvieron y consignaron a los criminales? ¿Quién cuestionó al inútil poder judicial, a los jueces que sueltan de inmediato a los pocos asesinos que detienen?

      Hace algunos años (1992), durante los debates entre los candidatos Bush (padre) y Bill Clinton, el primero se perdió en cosas secundarias y el segundo le reconvino con rudeza, pero con verdad, acerca del verdadero problema: «¡Es la economía, estúpido!»Eliminando el calificativo, vale decir al gobierno de Jalisco: «¡Es la impunidad!» Si no hubiera impunidad no hubiera tráileres cargados de cadáveres. Punto.

DELITOS PATRIMONIALES: TAPADERA DE DELINCUENTES

     Tal parece que el actual gobierno, como digno sucesor del de Emilio, ya hace agua por todos lados. Se asemeja a un buque cuyo capitán se pasea ufano por cubierta mientras el agua se cuela ya por todo el barco. Sobre todo en la Procuraduría (Fiscalía) en la que nada funciona y a cuyo último titular acaban de cesar por el asunto de los tráileres con difuntos asesinados.

     La cuestión es que en el área de DELITOS PATRIMONIALES las cosas andan igual o peor. Las quejas de los agraviados y sus asesores durante años no han sido escuchadas. Los delincuentes de cuello blanco, de cuello NARANJA, AZUL, ROJO, o del que sea, gozan de TOTAL IMPUNIDAD haciendo de la impartición de justicia una opera bufa en la que los peticionarios de esa justicia han sido ofendidos por años por quienes en el papel y en los nombramientos oficiales debieran de ser sus defensores. Nada de esto existe. Solo impotencia e indignación reprimidas ante un gobierno que no oye, que no escucha los gemidos de los ciudadanos agraviados y ofendidos, que no aplica la ley, que en múltiples casos miran con indignación como ciertos abogados (defensores de esos delincuentes y muy ‘amigos’ de los funcionarios) se pasean por los pasillos del área de Delitos Patrimoniales como amos y señores, a quienes todo se les concede, mientras que a los agraviados todo se les cuestiona, se obstruye y se niega.

     El nuevo sistema penal lo único que ha logrado es que ni en la Fiscalía ni en los juzgados de control se haga justicia, para abreviar, impunidad total, que en el caso de los DELITOS PATRIMONIALES ésta área se convertido en simple tapadera de los delincuentes. La sociedad está cansada de ser desoída, despreciada y agraviada. Y aunque faltan dos meses para que acabe este gobierno, es su deber hacer justicia ¿lo hará? Cuán diferente es la justicia Divina, y de ésta, nadie podrá escaparse: “Que de ningún modo tendrá por inocente al malvado” (Exodo 34:7).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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