Opinión
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México se encuentra sumido en una crisis de pronóstico reservado, no vista en décadas, quizá en un siglo, trayendo a la memoria los efectos de la Revolución Mexicana a la que se sumaron otros eventos, incluso de salud, como fue el caso de la mal llamada Influenza Española (que azotó toda Europa y se inició en las trincheras) traída por soldados norteamericanos que desembarcaron en Tampico, causando en nuestro país 300,000 muertes en el año de 1918.

Duele decir algo que por años se señaló en esta columna una y otra vez: ¡la incapacidad de López Obrador para gobernar nuestro país! No es un asunto ni de partidos, ni de ideología, es de capacidad, formación e inteligencia, carencias que desnudan de cuerpo entero al actual mandatario. Ninguna persona sensata y enterada de lo que realmente sucede en el país puede aprobar su mandato. Por esta razón es que tantos mexicanos nos oponíamos. La franquicia política era lo de menos, el problema siempre ha sido él.

Inició su desgobierno cancelando el NAIM, obra a la que ya se le habían invertido dineros públicos por más de $140 mil millones de pesos, utilizando el ilegal y acomodaticio asunto de las ‘consultas’, en las que un puñado de sus seguidores decidió por encima de 129 millones de mexicanos. ¿Así o más totalitario y populista?

Es un hecho que a sus cuestionables decisiones para afrontar la pandemia del coronavirus —dejando fronteras y aeropuertos abiertos de par en par, de negar hacer pruebas y evitar gastos sanitarios para detener esta plaga— con sus hechos niega ese interés por el pueblo que asegura todos los días. Sus falacias y engaños ya no es posible ocultar, la realidad exhibe su falta absoluta de ética. Nadie duda que sean bienintencionados en lo que pretenden. El problema es que de buenas intenciones está empedrado el camino al Infierno y en México ya se siente ese horrendo calor, sus pésimas y cotidianas decisiones les han exhibido y no quieren aceptarlo ¿No hay en Morena una sola persona con verdadera inteligencia y capacidad que supla al presidente?   

En los 16 meses que llevan en el poder las bandas criminales, organizadas y sin organizar, se han convertido en los amos y señores del país, mientras que un presidente que sólo le gusta hablar todas las mañanas (aunque lo hace mal, de manera tediosa y sin  atender a fondo los incontables problemas que nos aquejan) se siente por fin realizado. Viviendo en Palacio Nacional y con ello cumpliendo su mayor fantasía. Por desgracia su sueño se ha convertido en la pesadilla de los mexicanos. Una pesadilla que apenas comienza y que requiere con urgencia de despertar a la realidad y hacer cambios urgentes para detener la debacle.

Traen a todo el pueblo mexicano (excepto a los incondicionales de AMLO) espantado día y noche con la pandemia del covid-19, mientras que los criminales asesinan casi 100 personas al día en el país. Es decir, es más fácil que un mexicano muera asesinado que por el coronavirus (al menos hasta hoy), ya que de acuerdo a las cifras oficiales entre enero y febrero asesinaron a 5,751, cifra a la que si le sumamos 3,000 de marzo resultan 8,751; mientras que por la pandemia han muerto hasta el viernes 27 de marzo 8 personas. Abundemos, 8751 asesinatos que en un noventa y nueve por ciento están impunes.

   Lo peor del caso es que si todavía no hay vacuna contra el coronavirus, CONTRA LA IMPUNIDAD SÍ LA HAY, y se llama estado de derecho o aplicación de la ley, situación que exhibe la incapacidad del actual presidente. Pero, ¿podrá gobernar un presidente que no distingue entre hacer valer la ley contra los que delinquen, con la represión? Y si se toma en cuenta que para ganar hizo pacto con toda clase de grupos, muchos de ellos delincuentes probados y en activo, como los maistros de la CNTE, los ayotzinapos y demás y tendremos como respuesta que sus alianzas y mente torcida no le permiten tomar con firmeza el camino de la ley, pues como reza la vieja máxima, “la ley es dura pero es la ley”.

La torpeza y maniqueísmo populista (de la más baja estofa) del régimen ha sido capaz de utilizar en anuncios a un supuesto “halcón” de los que participaron en la manifestación sangrienta del 10 de junio de 1971, para asociarlo con el uso de drogas ¿Hasta en eso han de utilizar su ‘ideología’, las neuronas no les dan para más? ¿No hay daño a las personas, familias, patrimonio, educación, vida social y aniquilamiento de un mejor futuro, al advertir acerca del consumo de drogas?

La desfachatez y falta de respeto del gobernador Miguel Barbosa de Puebla por los enfermos de covid-19 en su Estado, deja al descubierto su hipocresía, insensibilidad y ausencia de principios: “La mayoría son gente acomodada… ¿si lo saben o no? Si ustedes son ricos tienen el riesgo, si ustedes son pobres no, los pobres estamos inmunes”. Se desconoce el rango para medir la pobreza de este bribón que cobra como gobernador, basta decir que además de contar con varias propiedades en su estado, adquirió en la ciudad de México la residencia que fuera del Presidente Miguel de la Madrid, aunque la compró en una ganga, en la friolera de $10 millones de pesos (El Universal, Bajo Reserva, 26/Mar/2020).

La incapacidad y falta de inteligencia para resolver los muchos problemas nacionales son el blasón del actual gobierno. Un gobierno maniqueo, falaz, que predica todos los días su interés por los que menos tienen y a la vez negarles el acceso a la salud. Incluso capaz de cancelar todos los contratos de adquisición de medicamentos y equipos para hospitales y clínicas (bajo el argumento de la corrupción; pero sin tener detectados y probados los casos y consignar a los responsables), dejando sin medicinas a cientos de miles de enfermos en todo el país. Y por si no les fuera suficiente su torpeza e indolencia, cancelaron el Seguro Popular dejando a la mitad de los mexicanos sin manera de atender sus enfermedades y con un sistema de salud colapsado. En caso de aumentar los contagios por la pandemia ¿cómo y dónde atenderán a los enfermos? Se necesita en verdad ser un egoísta recalcitrante y un cínico a prueba de todo para no querer ver lo que sucede y tomar las medidas y acciones que reclama la situación. No son pocas las voces que acusan al gobierno de estar manipulando las cifras de contagios y enfermos, situación que conduce a los jaliscienses a pensar ¿Intervino el gobierno federal para que le cancelaran al gobierno de Jalisco el pedido de 20,000 pruebas rápidas para coronavirus?

Dejando de lado partidos e ideologías, México necesita con urgencia de los mejores para que nos gobiernen y tomen las mejores decisiones. En lo que corre del siglo XXI hemos comprobado, y ahora por cuarta ocasión, que popularidad y mañas electorales no tienen nada que ver con capacidad e inteligencia para los cargos, empezando en primerísimo orden con la presidencia de la República. Ya lo dijo el señor Alejandro Martí, y lo dijo muy bien  al entonces presidente Calderón y su gabinete, advertencia hoy más que nunca necesaria y oportuna: “¡Señores, si piensan que la vara es muy alta, si piensan que es imposible hacerlo, si no pueden, renuncien, pero no sigan ocupando las oficinas de gobierno, no sigan recibiendo un sueldo por no hacer nada, que eso también es corrupción…!”.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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La pandemia del coronavirus ha traído aparejada una estela de daños por demás amplia e imposible de cuantificar. El gobierno mexicano se ha limitado a los efectos y daños en la salud, y aun esto lo ha hecho de manera torpe, deficiente, avara, y sin medir la gravedad del problema, desentendiéndose  casi de manera total de los efectos colaterales de esta terrible plaga que azota a la humanidad y que en nuestro país (a causa de no haber tomado medidas eficaces a tiempo), la epidemia comienza a causar enormes daños.

    En primerísimo orden se encuentra la salud de los mexicanos, de ese pueblo que el presidente cree que solo se integra por sus incondicionales, ignorando voluntariamente que somos 130 millones de personas. Salud que el titular del Ejecutivo remedia fantasiosamente con declaraciones, cuando la realidad es que el sector salud oficial actualmente es un desastre (con sus honrosas excepciones); hospitales y clínicas sin medicamentos o en ocasiones caducados o adulterados (como sucedió en el hospital de Pemex en Tabasco), con carencia de instrumental médico, de insumos de todo tipo, incluyendo los de limpieza y las reparaciones de baños.

     Y si a este caos y mundo de deficiencias le agregamos la poca o nula capacidad de respuesta oficial para remediar (a tiempo y de manera adecuada) semejante amenaza, el cuadro pasa del desaliento al horror. Horror al que se suman otras calamidades que el presidente y su troupe de improvisados ni siquiera han contemplado mucho menos implementado y ofrecido soluciones. En su frivolidad e insolencia se atreve a diario a culpar a sus adversarios. Difícil que un ególatra acepte sus yerros e incapacidades.

     En segundo orden de daños aparece el empleo e ingresos de millones de mexicanos. La visión populista del presidente de ganar adeptos regalando dinero público le ha estallado en la cara a manera de bomba, primero, porque tales recursos no tardan en agotarse, segundo, porque el ser humano requiere mantener su dignidad en alto y el trabajo remunerado la concede. Regalar dinero a ociosos a manera de dádiva degrada al receptor. El expresidente Barack Obama de Estados Unidos escribió acerca de esta nociva práctica: “arrebata a la gente su iniciativa y erosiona su amor propio” (La audacia de la esperanza, pág. 306)

    Si la mitad de los empleos en la actualidad los produce el comercio informal, el que no paga impuestos, por tanto no aporta ingresos a las arcas públicas, y si se toma en cuenta que muchas familias mexicanas han optado por la cuarentena voluntaria (y algunos gobiernos estatales y locales la han establecido; no así el federal), los ingresos para millones de familias mexicanas se han cerrado o se encuentran bajo esa amenaza. Mientras tanto el gobierno calla.

     Y no solo es problema de gobierno, también es de personas. Ante esta pandemia la mezquindad de muchos ha quedado en evidencia, el coronavirus los ha exhibido. Entendidos que el 80 por ciento de los empleos formales los ofrecen medianos, pequeños y micro empresarios; se entiende también que muchos de estos emprendedores (como les dicen ahora) pagan rentas en sus locales (restaurantes, loncherías, tiendas de abarrotes, de ropa, de pinturas, tlapalerías, papelerías, salones de belleza, taquerías, talleres, etcétera); rentas la mayor de las veces superior a la capacidad de pago de los arrendatarios, los arrendadores se han convertido en dueños también de los negocios y sin ninguna responsabilidad para con los empleados y el fisco. El problema en el momento actual es que la inmensa mayoría de esos emprendedores que rentan locales o inmuebles para sus negocios o están cerrados o están con la amenaza de hacerlo y quienes les rentan están dominados por la mezquindad y carencia absoluta de sensibilidad y humanidad. Además de desangrar mes con mes a sus inquilinos, en este momento de emergencia la inmensa mayoría ha cerrado su corazón y solo se interesa por su bolsillo. A la manera de los ricos que viajaban en el Titánic, en lugar se subir a cubierta a encontrar un sitio en los botes, bajaron dominados por su ambición a las cajas de seguridad, siendo los primeros en sucumbir. Mientras tanto el gobierno calla.

   Tres gravísimos problemas se avizoran en todo esto: uno, que en las pymes no hay dinero en la mayoría de los casos para pagar sueldos ya que por lo general van al día (y sujetos a deudas y créditos pendientes); dos, que los arrendadores indolentes (sin duda que debe de haber algunos con sensibilidad humana) no bajan la renta o la suspenden hasta que pase la crisis; y tres, que los propios comerciantes o emprendedores van también a quedar sin ingresos para sus familias. Mientras tanto el gobierno calla.

    Relacionado a este punto es un hecho que muchos trabajadores perderán su empleo, optando no pocos por demandar a sus patrones, dando con ello la puntilla a negocios que apenas sobreviven desde hace años (como es el caso de la mayoría de líneas de camiones del transporte público en Guadalajara). Tratándose de un derecho sustentado en una ley federal, el presidente ni siquiera ha mencionado este punto. Su populismo y demagogia no le permiten ver los tiempos que se viven, no se ha enterado que la lucha de clases ya no se debe (ni puede) resolver con los métodos de hace medio siglo, que el muro de Berlín ya cayó. Su limitado fanatismo ideológico –y de muchos de los que le rodean- no les permite enterarse que entre patrón y trabajadores se sostiene un país, que ambos se necesitan y corresponde al estado procurar el equilibrio.

    En el sexenio anterior se modificó la Ley Federal del Trabajo para evitar tantos juicios (que estaban dañando gravemente a la planta productiva), en el entendido que micro, pequeño y mediano empresarios son los que sostienen el 80 por ciento de los empleos formales en México. Reforma que buscaba revolver cuando menos el 70 por ciento de las demandas laborales por medio de la conciliación. Ha sido letra muerta. Tomando en consideración la situación del país es urgente que el gobierno haga algo al respecto, ya que no hacerlo cientos de miles de empleos están en riesgo inminente. A problemas excepcionales, soluciones excepcionales. No se trata de eliminar la LFT y sus derechos. Se trata de entender la realidad y en tanto que pasa la crisis congelar o adecuar el derecho laboral.

     Al presidente López Obrador queda claro que el puesto le quedó demasiado grande, la responsabilidad lo ha hecho polvo. El problema es que su ego enfermizo y gigantesco le impide no solo aceptar sus limitaciones, sino incluso oír las voces de cordura y los llamados de auxilio desde la sociedad mexicana. Le basta con aislarse en Palacio nacional e irse de gira al sureste. Donde la ignorancia le aplaude, donde los brujos le hacen limpias, donde sus estampitas para el coronavirus causan risas y aplausos.

      Por eso el título del presente artículo ¡ATIENDE GOBIERNO! Urge que el presidente haga caso a aquellos que cercanos a él, o desde la sociedad, pero que saben y conocen lo que se tiene que hacer ante semejante emergencia nacional. Que considerándose en primer orden la salud de los mexicanos; a las medidas que se tomen se acompañen otras (económicas y legales) que ayuden a superar esta terrible crisis.

     Bien por el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro, pues aunque carece de simpatía y eficacia en sus acciones, en la presente crisis ha hecho las cosas bien. Incluso ha puesto 1,000 millones de pesos de ayuda para sortear la crisis. El problema es que se trata de préstamos para pagar sueldos de empleados por las pymes, cuando lo cierto es que si los negocios no estaban ganando, ahora necesitarían endeudarse para pagar nóminas. Es obvio que no es una buena solución, se requiere de buscar otras opciones. Pero cuando menos se está intentando algo. Concluyamos, ¡ATIENDE GOBIERNO!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

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La inmensa mayoría de los mexicanos asegura ser fiel a su país, en su consciente no cabe la idea de la traición, de hecho, cada quien tiene la vara que mide la fidelidad, el traidor siempre es el otro, por lo que las justificaciones a los hechos propios nunca faltan. Para desgracia de todos México ha sido un país constantemente traicionado, aunque en algunas épocas la traición ha pegado con mayor fuerza y daños que el coronavirus.

     El jueves 12 de los corrientes, el prestigiado recinto académico El Colegio de Jalisco, abrió sus puertas para que pudiera presentar mi libro “MÉXICO; ¿ESTADO FALLIDO O PAÍS TRAICIONADO?” Volumen Dos, generosidad que agradezco sinceramente, como también agradezco la de los presentadores, la Dra. Laura Alarcón Menchaca y el Dr. Roberto Arias de la Mora, que sin conocerme, ni conocer mi manera de entender y decir las cosas de manera directa y sin rodeos (que para muchos les cuesta un enorme trabajo digerir) aceptaron presentar mi obra. Quedó claro que muchos hechos históricos expresados en mi libro, sobre todo como los digo, no gustaron, así lo dijeron abiertamente, lo valioso, pues, en este mundo de las ideas es el diálogo, la discusión civilizada, el cual en este momento no existe en el mundo político, solo la polarización y la división (con los daños terribles que está ocasionando para el país).

      Mi gratitud también para el Mtro. Enrique Rodríguez Magaña, Director de Extensión y Vinculación, que también sin conocerme no solo abrió las puertas de la Institución, sino que se ocupó de concederme todas las facilidades para que el evento se desarrollara ¡Muchas gracias!

Ahora hablemos del contenido, por lo que se deja espacio para una serie de textos tomados en el libro, así como un par de fotos de la presentación que ayuden al lector a ubicarse en el salón:

 

—“En el siglo actual, era del mayor desarrollo tecnológico en la historia de la humanidad, la mayor parte de las personas viven paradójicamente engañadas. Salvo honrosas excepciones, creen conocer cuando apenas rozan la superficie de los temas. Alérgicos y refractarios a la lectura de profundidad, surfean apenas en las páginas de internet creyendo que al treparse a la cresta de las muchas olas que les ofrecen información (no siempre veraz ni confiable) les concede dominio en el tema. Nada más falso. El «big brother» manipulando a su antojo la historia —imaginado por George Orwell— se ha convertido en una realidad presente a través de la red y la mayoría de los grandes medios de comunicación. El sueño eterno de gobiernos y dictadores por fin ha llegado (y amenaza con quedarse)…” (págs. 10-11)

—“En un gran porcentaje las nuevas generaciones han sido formadas en escuelas y universidades para responder a estímulos económicos individualistas, para desarrollarse intelectualmente en alguna disciplina o rama tecnológica, pero no para entender su pasado histórico, mucho menos el alto valor que ha costado tener y sostener un país llamado México. Ni qué decir entonces de su obligada aportación personal…” (págs.. 11-12)

—“Hemos estado ayunos de un proyecto y programas verdaderamente nacionales, para caer o convertirnos en receptores de meros donativos o limosnas del erario; productores apenas de clientela política derivada de las múltiples necesidades sociales (sin resolver la mayoría), creciendo la pobreza en México con tintes apocalípticos…” (pág. 18)

—“Lo que el presidente Cárdenas cuidó siempre de no decir al pueblo mexicano, es que la 2ª Guerra Mundial estaba a punto de estallar y los norteamericanos querían asegurarse de que ningún interés europeo se encontrara en el país vecino. De manera que el mejor aliado en esta histórica acción (la Expropiación Petrolera de 1938) fue precisamente el gobierno norteamericano (aunque en el terreno diplomático aparentaran otra cosa y presentaran un doble juego; una simple farsa) utilizando para tan hipócrita empresa a su embajador, el Sr. Josephus Daniels; un anciano con aspecto bonachón que supuestamente antepuso su criterio personal por encima del gobierno de Washington (algo realmente imposible) para ‘ayudar’ a México y a su amigo el presidente Lázaro Cárdenas…  ¿De cuando acá un simple embajador está por encima de la política y decisiones del Imperio?…” (págs. 152-153).

—“En la medida que avanza el siglo XXI, México ha descendido en todos los órdenes sumido en la anarquía, la violencia y la pobreza, pero sobre todo o como consecuencia, en una corrupción generalizada, apareciendo con el gobierno del ‘cambio’ una nueva e incontable cepa de funcionarios y burócratas que a manera de los bárbaros asaltaron el poder público, con tal fuerza corruptora que los ciudadanos quedamos sorprendidos e indefensos ante esta avalancha destructora…” (pág. 395).

    La obra se narra en 435 páginas (incluye 120 fotografías) y el precio es de $ 395.00 pesos (cualquier información en mi correo electrónico o en mi página web: www.mhernandez.com.mx ).

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

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Solo un chiflado o con un pensamiento positivo radical puede ver a México en buenas condiciones, asegurar que las cosas marchan bien. Lamentablemente la realidad nos ofrece otros datos, dijera el actual presidente, actor principal en este caos, que le guste o no, acéptelo o no, se ha convertido en promotor voluntario (e involuntario) de este desorden y descomposición que padecemos en grado de metástasis; si es que antes no se hace algo para revertir las cosas.

    En tanto que decenas de millones de mexicanos voltean hacia Palacio Nacional en espera de que se haga algo para detener tanta violencia, tanta sangre derramada, sangre de mujeres, hombres, niños, de poner un alto a secuestros y desapariciones, al saqueo de trenes y paralización de vías ferroviarias, de someter a narcotraficantes y bandas de delincuentes; el inquilino López Obrador se limita a madrugar y a jugar al presidente, a hacer caras y gestos ante los muchos paleros que le ayudan a lucirse, a resolver con saliva gravísimos problemas que reclaman no de palabras, sino de soluciones a fondo dentro del marco de la ley, que dicho sea de paso, el uso de la fuerza pública y la acción de la justicia quedan dentro de este marco. Doloroso que se derrame sangre al implementar el estado de derecho, pero es parte de los deberes presidenciales y es preferible que se derrame la de los violadores de la ley, que la de ciudadanos inocentes (observantes de esa ley).

     El problema, y grave en gran manera, es que la mayor parte de los sectores de la sociedad, que entre todos formamos el CONTRATO SOCIAL, están contaminados, incluso desviados de su rol y deberes ¿Cómo podemos aceptar o entender a hombres que traen los pantalones de adorno, que se desobligan de su mujer e hijos, peor todavía, que engendran hijos y los dejan al abandono? ¿Si no les importan los más cercanos a ellos, les importará la suerte del otro ciudadano?

     Queda claro que el cáncer del egoísmo está haciendo un grave daño a la sociedad, mayor que el del posible contagio del coronavirus, que puede ser detectado mediante pruebas o análisis, mientras que el egoísmo basta con negarlo para que el mal continúe.

     ¿Qué país es este en el que gran sector de los maestros se comporta como maistros?, como verdaderos cavernícolas, vándalos expertos en robos de autobuses, camiones de reparto (con todo y mercancías), robo de cuotas en autopistas, gorilas depredadores capaces de destruir oficinas públicas con mobiliario y archivos, agregando en lo que corre del presente gobierno una nueva modalidad a sus muchos delitos (impunes todos): el bloqueo de trenes, provocando con ello pérdidas por cientos de millones a empresas, fábricas y comercios. En una palabra: dañando gravemente a los que trabajan y pagan impuestos en este país ¿Cómo entender que estos vándalos que se dicen educadores reciban puntualmente sus quincenas en el cajero automático, y los que producen con su trabajo honesto, además de no recibir la respuesta a sus reclamos de justicia, un estado feroz e implacable les embargue hasta las cuentas de cheques al atraso del mínimo pago de impuestos?

     ¿Qué país es este en el que los mejor preparados carecen de empleo o fueron despedidos al llegar el nuevo gobierno, en tanto que improvisados y pésimamente preparados ocupan altos de gran responsabilidad nacional?¿Cómo entender que un agrónomo dirija Pemex, un mecánico cuyo único mérito es ser amigo de AMLO se le designe para el programa “Sembrando Vida” (sin tener experiencia alguna en los asuntos forestales, como especies, clima, suelos, etcétera), un doctor en Ciencias Políticas al frente de la CFE, cuando el perfil reclama un ingeniero experto en esa materia. En fin, el actual gobierno ha hecho casi todo al revés.

     ¿Qué país es este en el que se persigue a los fumadores de tabaco como si fuesen criminales y a los que fuman droga (eso es la mariguana, DROGA) se desviven en legislar para que la fumen e incluso la cultiven sin ningún problema. ¿Acaso el humo del tabaco es perjudicial para la salud y el otro conlleva beneficios a los pulmones de los mexicanos?

     ¿Qué país es este en que la salud del pueblo ha dejado de ser importante para su gobierno?, un gobierno maniqueo, poblado de ignorantes e incapaces, que en lugar de detectar la corrupción y poner orden, prefirió cancelar todos los contratos y pedidos con los laboratorios farmacéuticos dejando sin medicamentos a los enfermos del país. Las muertes ya son muchas y las quejas incontables, aun cuando todas las mañanas se pretenda con saliva resolver el gravísimo problema

     ¿Qué país es este en que se roban niños, niñas, en que bestias disfrazadas de individuos son capaces de abusar sexualmente de estas inocentes criaturas? Peor todavía, asesinarlas o corromperlas llegando al extremo de hacerles objeto de la esclavitud sexual (en complicidad con redes traficantes; redes que el gobierno nunca ve ni nunca combate).

     ¿Qué país es este en el que personas, que se dicen mujeres, actúan como energúmenas destruyendo edificios públicos (que nos costaron a todos: ningún edificio, ni mobiliario, ni patrullas las compró funcionario alguno con dinero de su bolsa, es dinero de los contribuyentes). Todo ciudadano de bien estamos indignados y apoyamos a las mujeres; exigimos al estado que actúe de inmediato para protegerlas (y a los niños), pero no se puede exigir el imperio de la ley violando la ley, pues como advierten las Sagradas Escrituras “en lo que a otros juzgas a ti mismo te condenas”.

     ¿Qué país es este que un comando de bestias sin entrañas es capaz de asesinar a un grupo de madres con sus hijos? ¿Qué país es este en que el gobierno restó importancia al hecho y a varios meses de distancia no ha aclarado la razón de semejante masacre de inocentes ni rendido cuentas de su actuación?

     ¿Qué país es este en que los jueces dejan libres a los pocos delincuentes que la policía logra detener, propiciando una IMPUNIDAD DEL 99 POR CIENTO? ¿Qué país es este en que las mujeres se ven obligadas a encerrarse en sus casas por un día para que el gobierno atienda la ola de violencia criminal desatada en contra de ellas? ¿Acaso los gobernantes son de probeta? ¿No pueden entender sus reclamos, carecen de toda sensibilidad, no podrán implementar medidas urgentes de protección y cambios inmediatos en sus denuncias y atención a víctimas (para evitar que otro estúpido en el M.P. las humille y las vuelva a victimizar) ¿No podrán crear un cuerpo policiaco especializado para la prevención de este delito?.

     ¿Qué país es este en el que parece que todos están contra todos, en el que su presidente se dedica todos los días a dividir al pueblo (en lugar de unir y resolver los problemas nacionales), en el que a los delincuentes se les ofrecen abrazos y los ciudadanos pacíficos reciben balazos, baste decir que 100 son asesinados todos los días. Sería muy sano y benéfico reconocer que se le ha dado la espalda a Dios y que gobierno y pueblo, en ese orden, reconozcamos cada quien nuestra parte en el Contrato Social, sería el inicio de un retorno al orden ¿No lo cree usted?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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