PEMEX ¡NEGOCIO DE POCOS!

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egalmente Pemex es de todos los mexicanos. Así se nos ha dicho desde la expropiación en 1938. Un acto friamente calculado por el gobierno de Cárdenas que le proporcionó enormes dividendos políticos al lograr inflamar el ánimo patrio de todos los mexicanos, creyendo sinceramente que el petróleo era nuestro. De hecho lo fue de alguna manera hasta casi el final del gobierno derrochador de Luis Echeverría.

     Lo que olvidó Lázaro Cárdenas decir a sus gobernados era que la Casa Blanca no quería la presencia de ningún país europeo en América, mucho menos en México. La segunda guerra mundial era inminente y los yanquis ayudaron a Cárdenas a que tomara tan “patriótica” decisión. Creer el burdo cuento que Josephus Daniels, el anciano embajador yanqui ayudó a Cárdenas por encima de sus jefes en Washington a la expropiación, es tanto como renunciar a la existencia de neuronas.

Lamentablemente, luego de la benéfica y fructífera etapa del desarrollo estabilizador (el mejor tiempo que ha tenido México en toda su historia) vino la “Docena Trágica” y con ello las crisis. Para economizar tiempo y palabras diremos que desde el sexenio de López Portillo, Pemex ha sido la principal fuente de ingresos del gobierno, como también la salida descomunal de recursos (un océano de corrupción que nadie quiere tocar ni investigar).

Por si no fueran suficientes sus impunes latrocinios, como vil delincuencia organizada a partir del gobierno de Vicente Fox (reino del desgrarriate y el caos administrativo) se inicia la ordeña de ductos ¿Quién que no trabaje o haya trabajado en Pemex se atrevería a robar gasolina? ¿No hay acaso mecanismos de seguridad que indiquen al momento la baja de presión que lleven a la inmediata solución del problema cerrando el paso y deteniendo a los delincuentes?

La proliferación de nuevas gasolineras muestra que ante la llegada de los azules megacorruptos (inútiles para manejar el estado y controlar las riquezas nacionales) las mafias petroleras cerraron el círculo con un producto que nada les cuesta y cada vez es más caro ¿No se le hace raro que nunca encuentren a los ladrones de combustible ni el destino de lo robado?

La realeza petrolera mexicana, entiéndase la alta burocracia de PEMEX, ha perdido totalmente rumbo y proporción. Sus latrocinios y mega derroches se han desbordado al punto que la empresa ¡muérete de sorpresa Kafka!, está en quiebra. No hay dinero propio ni ajeno que les ajuste.

Tan solo en los primeros seis meses de 2013, Pemex ha perdido la astronómica suma de $324 mil 360 millones de pesos (Diario Mural,  27/Jul/2013). Es decir, mientras para el mexicano común, entiéndase pobre, y la mitad de los ciudadanos lo es, no hay atención médica adecuada o de plano no existe, que su educación corre a cargo en varias zonas del pais de una camarilla de ignorantes adictos a marchas, plantones y vandalismo, y que su seguridad corre a cargo de la misericordia Divina: los emires y sultanes de Pemex “pierden” en un negocio que en todos los países produce enormes ganancias ¡Increíble pero cierto!.

Periodistas valientes como Anabel Hernández, Areli Quintero, Olga Wornat y algunos otros han documentado las truhanerias de los funcionarios de Pemex (en complicidad con los políticos, como es el caso de los hijos de Marta Sahagún): que van desde la compra y renta de barcos a varias veces el valor real, compra de gasolina, hasta todo tipo de contratos en los que la empresa literalmente es saqueada. En uno de mis libros señalaba que los pasivos de Pemex son mayores ya que los activos ¿De quién es Pemex…?

Urge entonces que el Presidente Peña Nieto meta la mano en esa cloaca donde en todos los niveles se vive fuera de la realidad. No solo la alta burocracia de emires y sultanes, tambien la clase trabajadora. Se jubilan casi a la mitad de la edad productiva y un gran sector busca nomás como sangrar a la empresa. No podemos seguir así. Los acreedores tarde o temprano exigirán los cuantiosos adeudos, dinero que dicho sea de paso no parece estar en los activos de Pemex, sino en el negocio particular de una clase privilegiada y engreída ¿Qué Pemex es de quién…?

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

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