JESÚS, EL MESIAS

En tanto que su nacimiento, que si bien ocurrió en otro día, mes y año, es utilizado por unos para hacer negocio, por otros para dar rienda suelta a su hedonismo a través de fiestas sin fin, y unos más para delinquir aprovechando la derrama económica y la euforia social; el Festejado, para los más, resulta un perfecto desconocido. Aun cuando aseguren conocerlo.

Sin leer la Biblia o cuando menos el Nuevo Testamento (y entenderlos desde su trasfondo cultural y su mensaje espiritual) decir que se cree en Jesús, es en la mayoría de las veces, un autoengaño. Por muchos siglos los líderes religiosos a semejanza de los de la época de Jesús, ni entran al reino de los cielos ni dejan entrar a los que desean hacerlo. Su falta de amor a Dios, como a las almas por Él creadas y redimidas (en la persona del Hijo-Mesías), así como por su nula o torcida enseñanza: han hecho de la fe judeocristiana una religión anodina en los hechos, aunque sea poderosa, transformadora y de certezas eternas.

No queriendo tomar mucho espacio, sabedor de que a la mayoría en las nuevas generaciones no les gusta leer, comparto a continuación algunos textos tomados de mi libro YESHUA, EL MESIAScon el deseo sincero que sean de reflexión a quien guste detenerse a leerlos:

―”Adelantándonos al tema y como ya quedó anotado, judaísmo y cristianismo son la misma religión, solo que entendida y vivida desde trasfondos culturales diversos.Afirmar lo contrario es demostrar que se desconoce o nunca se ha entendido la propia fe. Que la Biblia es un libro no leído, por tanto incomprendido. Peor todavía: leído y no entendido…” (pág. 15).

―”El auténtico cristiano ama profundamente a su hermano judío, puesto que conoce la Escritura y sabe que su fe se origina en una religión cien por ciento judía, de hecho y analizada desde el campo de la teología se trata como ya se dijo de la versión gentil del judaísmo, donde Abraham es el padre de Israel y de la fe y su descendencia incluye las doce tribus, al libertador Moisés, los jueces, los profetas, los reyes, los apóstoles, María (Myriam) la madre de Yeshua, la cual para el cristiano bíblico es ajena a todo culto y éste reconoce su posterior unión con su marido José (Yosef) por así narrarlo los evangelios. Aceptando también que Pablo, Bernabé, y todos los grandes personajes de la Biblia son judíos…” (pág. 16).

―”El nombre de Jesús es mundialmente conocido… Sobre su persona se han escrito miles de libros e historias, al igual que leyendas y calumnias. Se le ha pretendido inmortalizar por medio de esculturas, pinturas y filmes, pero también se ha buscado desaparecer todo vestigio que pueda hablar de él. Así las cosas, adorado o blasfemado, aceptado o rechazado, ha sido piedra angular de la humanidad; cimiento firme para unos y tropezadero para otros” (pág. 55).

―”¿El hecho que Dios haya engendrado a su hijo en el vientre virginal de una doncella de Israel –como estaba escrito en los neviím- debe sorprendernos como para considerarlo imposible? ¿El que creó el universo y todo cuanto existe tendría problema alguno para engendrar al Mesías sin mancha de pecado y como segundo Adán para salvar al hombre caído y reconciliarlo con su Dios? Acaso no declaró él mismo al primer patriarca, es decir, a Abraham: ‘¿Hay para Dios cosa difícil?’…” (pág. 58).

―”Luego de su bautismo y la difícil prueba de las tentaciones y ayuno en el desierto, Yeshua inicia su actividad mesiánica en la Galilea, habitando en Capernaum y predicando al pueblo acerca de la necesidad de arrepentirse ‘porque el reino de los cielos había llegado’…   Acto seguido, llama a su servicio a doce judíos provenientes de distintas posiciones sociales… (pág. 64). 

―”Su lugar de predicación fue principalmente la sinagoga, a la que sin falta asistía ‘como era costumbre en él’, según nos relata Lucas (4:16). En la sinagoga como buen rabino enseña las Escrituras, además de que sana enfermos, expulsa demonios, consuela a los afligidos y por supuesto, predica el mensaje de salvación y libertad, que como sabemos fue el punto angular de su ministerio. Su mensaje entonces como ahora no fue del todo entendido. La mayoría no entendió(e) al confundir la religiosidad de exterioridades cargada de ritos, rezos y tradiciones extra bíblicas, cuando en realidad el Mesías expresaba la necesidad de ser liberados de la esclavitud del pecado para que realmente pudieran ser libres y así conocer a Dios y ser conocidos por Él de manera íntima, personal” (págs.. 64-65).

―”En suma: su muerte tenía que ofrecer un resultado inmediato para beneficio del pueblo judío (y los justos anteriores a la formación del pueblo hebreo), como también de las naciones gentiles, obteniendo en primer orden la esperada redención del hombre caído y por tanto pecador, el cual es reconciliado por la sangre inocente derramada por Yeshua en la cruz del Calvario, quien satisfizo mediante el sacrificio de sí mismo y para siempre, la justicia ofendida de Dios el Padre” (pág. 314).

―”Esperando el momento profético que el Padre ha puesto en su sola potestad, de retornar a Jerusalén a poner orden en un mundo caótico y de impiedad, y reinar en Israel como Rey de reyes y Señor de señores, satisfaciendo para siempre el anhelo de los justos judíos y gentiles que esperaron confiados en Dios para que este día llegara. No será por supuesto una entrada pacífica como hace dos mil años… En sentido inverso, durante su retorno glorioso, todas las naciones serán testigos de su fuerza y poder y nadie podrá impedir que Yeshua ponga ¡por fin! orden en este mundo cada vez más impío, malvado y caótico. Los pueblos de la Tierra verán a un Rey guerrero cuyas armas no convencionales someterán y derrotarán a todos los enemigos del Dios de Israel, comenzando con el Antimesías o Anticristo” (págs.. 315-316).

Deseo, estimado lector, que pase bien y bendecido estas fiestas. Si la lectura le interesó, puede adquirir el libro en la cadena de Librerías Gonvill a nivel nacional o por su sitio en la red.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

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