ANIVERSARIO Y DÍA DEL LIBRO

Esta semana esta columna cumple cuatro años en la red (en el periódico El Informador se inició desde 1987) y 200,734 personas la han visitado en este nuevo formato. Del 29 de abril de 2016 al 28 de abril del presente año 77,173 personas han leído mis artículos (en promedio 6,431 por mes, 1,500 por semana). A todos en verdad agradezco su distinción, por tomarse el tiempo y concederse ese espacio para leer y reflexionar juntos. Es seguro que no se estará de acuerdo siempre, pero será siempre, en conjunto y buscando soluciones, como tendremos una sociedad mejor y un mejor país. Es trabajo sin descanso.

Los grandes problemas que nos aquejan nos obligan a gobierno y sociedad, a tomar cada quien su parte y responsabilidad en el contrato social y este modesto trabajo periodístico intenta hacer la suya. En cuanto a este 4º Aniversario de Análisis y Propuesta en la red,  digo a todos de nuevo ¡Muchas gracias!

 

DIA MUNDIAL DEL LIBRO (Y DEL DERECHO DE AUTOR)

 

El domingo pasado (23 de abril) se conmemoró el «Día Mundial del Libro». En México y para variar, gobierno e instituciones educativas hicieron lo mismo que en los anteriores. Su pobre visión cultural y su gran ambición política les pierden. Ensimismados y regodeándose en sus políticas erráticas, miopes e intereses de grupo, de querer quedar bien con los de siempre, con los que controlan el mundo del libro y se expresan a nombre de los escritores (sin derecho alguno a hacerlo), el festejo no cumplió en absoluto su cometido.

Para colmo de males el festejo cayó en días feriados (Pascua) y en México la burocracia ―del tipo que sea― no se caracteriza precisamente por trabajadora, mucho menos por culta (salvo honrosas excepciones, como siempre) ¿dejarían sus vacaciones por una fiesta de libros cuando a la mayoría no le gusta leer? ¡Imposible!

El campo de las letras para la mayoría de la clase política (y burócratas de oficinas “culturales”) es terreno desconocido. Creen que con haber leído o conocer a la Poniatowska y demás integrantes de la cofradía defeña de viudos y usufructuarios del ’68, conocen a los escritores mexicanos (digo defeña porque ciudad de México siempre ha sido, no es novedad).

El escritor, que será bueno recordarlo, es el campesino del huerto de las letras; un huerto que produce y ofrece sus frutos a lo largo y ancho del país (y no solo en la capital). El escritor como decía Octavio Paz, debe mantener su distancia del gobierno para poder ser en realidad independiente y cumplir su función social:

 

―“Naturalmente, es bueno que el escritor, en algún momento de su vida, haya conocido la acción y los variados oficios de los hombres… Pero después, en el momento de su verdad, el escritor no puede ser sino escritor. Aunque no es obligatorio que las tenga, el escritor sí puede tener opiniones morales y políticas: lo que no puede es cambiar la literatura por la acción o la propaganda sin dejar de ser escritor… En suma, lo que puede hacer el escritor frente al Estado es, sobre todo y ante todo, escribir. Subrayo: escribir lo mejor que pueda (Sueño en libertad, pág. 330).

 

Así que en México resulta verdaderamente extraño (y nocivo para las letras) que los que controlan el mundo del libro hablen siempre mal del gobierno (excepto de López Obrador y su mafia de falsa izquierda) y hablen con tal dogmatismo que aun el clero debe envidiarles. Toda su vida han estado pegados a la ubre presupuestal, ya sea desde las universidades públicas o a través de jugosas becas provenientes de instituciones gubernamentales, y se desgarran las vestiduras con la corrupción ajena ¿Soltarán algún día el jugoso hueso que tanto critican en los políticos?

Nuestro Premio Nobel de Literatura decía de sí mismo y advertía al gremio: “Como escritor mi deber es preservar mi marginalidad frente al Estado, los partidos, las ideologías y la sociedad misma. Contra el poder y sus abusos, contra la seducción de la autoridad, contra la fascinación de la ortodoxia. Ni el sillón del consejero del Príncipe ni el asiento en el capítulo de los doctores  de las Santas Escrituras Revolucionarias” (Ibid,  pág. 321).

El día de la fiesta se mencionó al libro, pero nadie mencionó que también se celebró EL DERECHO DE AUTOR. Sin mencionar otras áreas, el derecho de autor en el libro no es respetado como se debiera. En el internet a lo largo de los años he visto artículos, textos, e incluso capítulos enteros de mi autoría que otras personas los presentan como suyos. Y aunque los tengo registrados debidamente, es obvio que el fondo de problema es una sociedad que no sabe respetar lo ajeno. Les gusta un día para todo (incluido el Libro), les hace sentir bien, pero hasta allí llega su compromiso y respeto por el otro, por lo ajeno.

Tal pareciera que la ética es poco gustada en el mundo del libro (y de los derechos de autor). ¿Es ético invitar a las fiestas literarias solo a los favoritos de los distintos gobiernos y mantener alejados a los que tienen un pensamiento  libre porque no los pueden controlar?

Urgen cambios en la política oficial respecto a la lectura, pues no se puede soslayar que las herramientas tecnológicas ya son adictivas entre la juventud, y cada vez resultará más difícil introducirles en el mundo del libro y del desarrollo intelectual, que aunque ellos no lo vean así por ahora, lo requieren.

Cerramos este comentario con cuatro libros a recomendar. El primero, ya mencionado salió de la pluma de ese mexicano excepcional, Octavio Paz, y se titula «Sueño en libertad», El segundo es de otro mexicano brillante, Gabriel Zaid «De los libros al poder», y el tercero fue escrito por una mujer a la que no se le ha reconocido jamás como se debiera, pero cuya inteligencia y calidad literaria no se discuten, me refiero a Elena Garro «Los recuerdos del porvenir» (ella estuvo casada muchos años con Octavio Paz, pero su inteligencia es propia, no reflejo o brillo de su exmarido).  El cuarto y con eso nos despedimos, es «La Biblia», libro que el Autor de la vida nos dejó a sus criaturas en espera de que entendamos su mensaje de amor y esperanza para convertirnos en sus hijos.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

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