AEROPUERTO: ¿DEUDA O SIMPLE EXTORSIÓN?

Con eso de que el cobro de piso se ha vuelto tan usual en este país, ya cualquiera (a causa de la impunidad) se siente con derechos para reclamar cualquier cosa, con o sin derecho, real o imaginaria, incluso fuera de toda lógica y cordura. El asunto de las tierras del Ejido “El Zapote” que utiliza el Aeropuerto de Guadalajara desde siempre y que reclaman los ex ejidatarios al gobierno federal, no es del todo claro. Conlleva demasiadas sombras legales como para no ser tomado con la debida seriedad, pues aparte de la estratosférica suma que piden los “supuestos” dueños, se trata de un bien público necesario para toda la sociedad y la vida económica.

De hecho para cualquier litigante viejo y con experiencia, el asunto de entrada se mira turbio. Para empezar es muy probable que ya haya operado la PRESCRIPCIÓN ―sin conocer los detalles―, y es que se trata de tierras expropiadas en los años setenta y que en su momento se les pagaron. Si ahora se les hace poco es otro asunto. Antes los abusivos se la pensaban para querer engañar o extorsionar al gobierno, pues se trataba de gobiernos de verdad que entendían y cumplían su parte en el contrato social.

Cabe recordar al respecto que a los ejidatarios de El Zapote esas tierras no les costaron nada, fueron regalo de la Revolución Mexicana (expropiadas a otros, a los hacendados), de manera que sus airados reclamos con tantos decibeles (amplificados extrañamente por algunos medios)no corresponden a la realidad histórica.

Entorpecer o bloquear la carretera a Chapala, única vía de acceso al aeropuerto de la capital de Jalisco, más parece una acción de Al Qaeda, o cualquier otro grupo terrorista, que el reclamo de un derecho legítimo ¿O es que sin ese tipo de chantajes saben de antemano que su causa es insostenible y jurídicamente ya está perdida? Es una pregunta.

Durante meses cientos o miles de pasajeros han perdido sus vuelos, otros han llegado tarde y con los nervios hechos trizas, se han apoderado del estacionamiento (que dicho sea de paso es un verdadero atraco lo que cobran), han impedido que los envíos (carga) lleguen a tiempo, que la recepción de pasajeros o parientes se entorpezca. Más todavía: a quienes transitan rumbo a Chapala, la Ciénega o Michoacán los constantes bloqueos se han convertido en una caldera de irritación social.

¿Puede un puñado de personas, con o sin causa, adueñarse de las carreteras, impedir el tránsito de quienes circulan por ahí y paralizar un sitio estratégico para la vida social y económica de Jalisco como es el aeropuerto? ¿La ley les concede semejante abuso que no es otra cosa que vil chantaje y afectación a los derecho de miles y miles de ciudadanos que nada tienen que ver con su negocio o como se llame?

La participación de jueces con sentencias de dudosa imparcialidad y posible parcialidad, así como el manejo de nombres de litigantes y exfuncionarios de la universidad pública local asesorando a los ejidatarios, abona a que el asunto se mire con total desconfianza. Con un tufo de mega “negocio” aprovechando la ignorancia de las masas, el apoyo de ONG’S que todo lo que sea contra el gobierno lo apoyan, sin faltar los “quijotes” de las redes sociales que todo apoyan (sin saber siquiera que apoyan): se han lanzado contra un gobierno que teme a la críticas de los medios, de los “derechos humanos”, de los agitadores y anarquistas profesionales; intentando los ejidatarios en su notorio atrevimiento doblegarlo ante la opinión pública para llevarse una millonada de los dineros del pueblo.

Por tanto es necesario que intervenga la PGR (la SCJN mejor que ni se meta, quien se atreve a cobrar de sueldo mensual más de medio millón de pesos en un país que la mayoría gana entre  4 y 6 mil pesos es obvio que su sentido de justicia está totalmente torcido) y a través de sus asesores jurídicos analice si se trata de un derecho real o de una mera y vil extorsión.

Algunos ciudadanos poco reflexivos (otros totalmente desinformados, incluso, y con pena lo escribo, tontos) piensan que el gobierno tiene alguna especie de cofre inmenso para pagar cuanta cosa le cobren. No es así y no ha sido así nunca. Como tampoco sale un solo peso de la bolsa de los funcionarios públicos, pues gran parte de ellos entran a ver que se llevan, no a ver cuánto le ponen. De manera que todo pago sale del dinero del pueblo, del dinero que se recauda de los bolsillos de todos los ciudadanos y contribuyentes, por tanto, no podemos admitir que dineros que se requieren en hospitales o escuelas vayan a parar en un probable intento de delito. No se asegura, pero se requiere de aclarar a fondo y sin chantajes ni amenazas (que es lo que ha hecho el asunto sospechoso desde al principio).

JUNTA DE CONCILIACIÓN: UN VERDADERO HORNO

     Pasó ya una semana y el Gobierno de Jalisco y los funcionarios que cobran de jefes en la Junta Local de Conciliación no han movido un solo dedo para revertir el horrendo calor que se produce en ese enorme invernadero. Luego de las 12 del día la temperatura va subiendo de manera que para las 3 ó 4 de la tarde, aquello es un verdadero infierno. ¿Qué esperan, que empleados, visitantes o litigantes azoten de algún golpe de calor o una deshidratación? No es asunto de juego ni para hacerse disimulado, es un asunto grave que requiere la intervención inmediata del gobierno (está más fácil hacer adecuaciones y poner aire acondicionado, que pagarle a los ejidatarios del Zapote la millonada que sospechosamente exigen).

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

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