Opinión

De no creerse. El destino de México en juego y no pocos mexicanos perdidos en su mundito personal, que, en el caso de algunos millones de compatriotas, se reduce a su bolsillo y su cuenta de Banco. Si le va bien a él, entonces le está yendo bien al país.

Nada de quebrarse la cabeza, si nunca la ha usado ¿para qué enterarse de la situación real del país? ¿para qué fregados hacerlo ahora? De acuerdo a su modo de entender las cosas, para este tipo de personas, todos los políticos y todos los partidos son iguales: ¡todos son corruptos! No hay diferencias, excepciones, ni matices. Pero sí lo favorecen o ayudan a él en particular, o no lo molestan en lo que hace ¿para qué mortificarse? ¡le queda claro qué estos son mejores que los otros, y si le dan dinero, pues qué mejor!

No importa que roben como nunca se había visto; que no entreguen cuentas y bloqueen todo intento al respecto; que militarizaran al país y corrompieran las Fuerzas Armadas dándoles poder y cientos de miles de millones  —que se quiera o no, está por verse si mantienen la institucionalidadque desvíen y derrochen del presupuesto una verdadera fortuna a las elecciones del Estado de México (se habla de alrededor de $5 mil millones de pesos) para apoyar a Delfina Gómez, una mujer ignorante y corrupta, pero sumisa hasta lo irracional ante el tabasqueño. Para ese tipo de mexicanos, nada le importa. Sólo lo suyo

Se sabe que el Tren Maya es un fracaso anticipado, que siempre operará con pérdidas y ha causado demasiados daños económicos y ambientales; que la Refinería Dos Bocas es otro fracaso, un capricho, una coladera de cientos de miles de millones de pesos tirados a la basura; Lo mismo con el Tren del Itsmo, con el Aeropuerto de Santa Lucía, con la cancelación del NAIM. Todo se reduce a derroches y tiradero de recursos tan necesarios en otras obras y necesidades sociales urgentes (como Hospitales, medicinas, educación, seguridad de verdad, carreteras que puedan ser transitadas, y un largo etcétera).

Que la mitad del territorio nacional ya está controlado por las bandas delincuenciales, con todo lo que esta desgracia significa y conlleva para los mexicanos, en particular para los que padecen dicho control. Que casi 160,000 personas ya han sido asesinadas y cuando menos otras 60,000 han sufrido con idéntica suerte (sumando alrededor de 220,000 asesinados), pero como están en calidad de desaparecidos o sus cuerpos han aparecido en fosas clandestinas o desmembrados, ya no entran en las estadísticas.

Pero mientras no le toquen ni hagan daño a él en su persona o bienes, nada le importa. Nunca ha ido a una manifestación ni una protesta pública. Lo suyo son los guateques, los bailongos, las fiestas con la bola de panzones que dizque tocan, pero nomás hacen ruido con unas cornetotas que emiten una especie de pujido, o ir alguna presentación del ‘artista’ del momento (por lo general una especie de forajido totalmente tatuado, que no canta, sino emite sonidos guturales poco entendibles a los que, si se le pone atención, son verdaderas odas al crimen y al sexo sin barreras).

      Y nada, pero absolutamente nada de esto les importa a este tipo de personas como ya se dijo, solo lo suyo ¡Ah, pero si le extorsionan, le secuestran o desaparecen algún familiar! entonces sí de inmediato grita y pide ayuda a parientes y vecinos para cerrar alguna avenida y exigir al gobierno que haga su parte.

     Mientras tanto, nuestra realidad política y social les resulta ajena del todo. No son ciudadanos en absoluto, son apenas habitantes del planeta, quizá con identificación con algún club de futbol que les produce pasión, pero ninguna con los problemas del país, y mucho menos con el resto de sus compatriotas, que, en una de esas, son del equipo de futbol contrario, por tanto sus enemigos.

     La mayoría de estas personas confunde su país de nacimiento con ser ciudadano de ese mismo país, que dicho sea paso, en un gran porcentaje son cosas muy diferentes. Pueden tener la nacionalidad, pero la mayoría de esas personas nacen, viven, se reproducen y mueren, y jamás llegaron a ser ciudadanos. Su paso por este mundo se redujo a su bolsillo, su gente y sus cosas. Nada más.

     México se encuentra, sin temor a la duda, en la peor etapa de toda su historia. Amenazado por un tirano demente, ególatra y ambicioso de poder hasta lo irracional, acompañado de diversas bandas de malhechores. Unos bajo el disfraz de partidos políticos, y otros, sin disfraz, verdaderos malhechores que en distintas bandas se han adueñado ya de más de la mitad del País con el beneplácito y ayuda del presidente, sin que a estos ciudadanos de membrete les importe un comino. Indiferencia que ha sido aprovechada por el inquilino de Palacio y sus huestes destructoras.

     Las elecciones del domingo 4 de junio son una manera y oportunidad de despertar, de integrarse al clamor nacional, al coro de los ciudadanos comprometidos, que desde las vías democráticas hemos escogido se le ponga un alto a tanta maldad, violencia, destrucción y saqueo de México. Que con el voto se decida el rumbo del país y no por las armas y la violencia opresora.

     Estamos a tiempo, de lo contrario, a muchos de estos evasores de sus deberes ciudadanos y políticos, la famosa frase dicha por Aixa, la madre de Boadbil, el último sultán de Granada (cuando son echados para siempre de España), puede convertirse en una frase que les acompañaría de por vida: “No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre”. Frase a la que se podría agregar: ¡como hombre de bien, como hombre comprometido con tus hermanos, con su país México! ¡Así que mexiquenses y coahuilenses, a votar el domingo! ¿O usted que considera estimado lector?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Las Sagradas Escrituras dicen: “Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos”; advertencia desoída por el titular de la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, quien todos los días se auto elogia y habla de logros totalmente inexistentes. Un psicópata capaz de mentir todos los días y crear en su mente perturbada (y perturbadora) una realidad que solo existe en su cabeza enferma y perversa.

      Lo más terrible del caso es que hay unos diez millones que dicen ‘creerle’, algunos, ciertamente por ignorancia, otros, porque desean ‘creerle’ para sacarle provecho, que en el caso de los que le rodean, es obvio que le dan cuerda para provecho de ellos mismos (aunque en perjuicio del país, el estado de derecho y la paz social).

      Una postura recurrente de este mitómano sin remedio es echarle la culpa de su fracaso como presidente, a los gobiernos del pasado. Lo peor del caso es que como todos los días lo repite como loro, tal parece que ya se cree sus propias mentiras. Así que para ayudar a que las cosas se pongan en claro y las nuevas generaciones y los desinformados se enteren de la verdad, hagamos una pequeña comparación entre los gobiernos del Presidente Gustavo Díaz Ordaz y el presidente Andrés Manuel López Obrador.

     De entrada, se advierte que, para el tabasqueño, el Presidente Díaz Ordaz es la representación misma de la maldad, de los malos gobiernos de antes (según su maniquea y demencial visión), un represor enemigo del pueblo, un defensor de la oligarquía, etcétera.

    Así que, sin más preámbulos, dejemos que los hechos y los datos duros pongan en su sitio a cada quien y el lector saque sus propias conclusiones:

    Metro de la ciudad de México: sus primeras dos líneas son construidas por el Presidente Díaz Ordaz en 1969 y en 1970 una tercera, elevando no sólo la calidad de vida de los capitalinos, sino poniendo a nuestro país entre los pueblos en desarrollo al crear un moderno, rápido y elegante sistema de transporte al nivel de los mejores del mundo. Mientras que López obrador ni siquiera ha sido capaz de dar mantenimiento a las líneas del Metro que recibió. Un día se incendia una, otro se cae la línea 12, en los siguientes hay accidentes en una, en otra y no hay día en el que el Metro no sea noticia a causa de su falta de mantenimiento y desinterés por parte del gobierno actual (exponiendo y angustiando todos los días a millones de usuarios).

     En economía: Díaz Ordaz tiene un crecimiento anual sostenido del 7 por ciento, con una inflación del 2.6, dejando al país en total bonanza (como nunca), sin DEUDA PÚBLICA INTERNA y CON UNA DEUDA EXTERNA CASI SIMBÓLICA ($4,263 millones de dólares en total) y sin vender un solo barril de petróleo al extranjero (era para consumo interno solamente). En comparación; con López Obrador no ha crecido ni siquiera un punto anual al año, al contrario, ha decrecido, y con altas tasas de inflación además. Y respecto a la deuda, durante su desastrosa gestión HA CRECIDO AL PUNTO DE QUE YA SE DEBEN $ 11 Billones 658.6 mil millones de pesos al primer trimestre de 2023 (lo que representa el 38% del PIB), y para que el lector se de una idea de cómo ha endeudado México este mentiroso e incapaz, tan solo este año de 2023 nuestro país tendrá que pagar a la deuda $ UN BILLÓN 79,000 MILLONES DE PESOS (Revista Expansión, 27/Oct/2022).

    En el deporte: Mientras que Díaz Ordaz fue capaz de organizar LOS XIX JUEGOS OLÍMPICOS (1968) con magnificencia, precisión, buen gusto y gran impacto entre todas las Naciones del mundo (siendo las primeras de la historia televisadas a color y de manera simultánea), abriendo así un espacio a México entre el concierto de las Naciones. Espacio e impacto ratificado dos años después (1970) al organizar con la misma precisión el Mundial de Futbol. En cambio, López Obrador ni siquiera es capaz de pagar los pasajes y hospedaje de las nadadoras mexicanas (ganadoras de varias medallas de oro en reciente competencia mundial) ofendiéndolas a través de su golpeadora en la CONADE —¿o cómo se la puede nombrar a la Sra. Guevara? quien se atrevió en su perversión y vulgaridad a mandarlas a “vender calzones o tupperware” para que paguen sus boletos y viáticos—.

    En cuanto a educación: ningún sexenio ha recibido tanto presupuesto y apoyos en todos los sentidos como lo hizo Díaz Ordaz durante su gobierno. La formación de profesionistas de todas las ramas (y con calidad) hablan de semejante esfuerzo nacional, esfuerzo al que se sumaron Universidades, preparatorias, secundarias, maestros, y por supuesto, los sistemas educativos de los Estados. Confundir el movimiento estudiantil de la ciudad de México con el proyecto educacional es ceguera voluntaria o fanatismo ideológico. En cambio, López Obrador se ha dedicado a atacar a las Universidades públicas y privadas, y tratado de crear unos localones (al estilo rancho) para adoctrinar a la juventud, nombrando eufemísticamente a sus jacalones ‘universidades’ (que evidentemente no lo son).

    En el tema de seguridad, AMLO y su secta de Morena se desgarran las vestiduras por la matanza del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco (faltaban escasos 10 días para que se iniciaran las Olimpiadas y los agitadores profesionales querían dañar la imagen del gobierno y el desarrollo de los Juegos). Conforme a las estadísticas oficiales los muertos en Tlatelolco fueron 30, los heridos 70 y los detenidos 1,500; si bien habrá de decirse, que en todo el país estábamos en paz y creciendo en todos los órdenes. En cambio, durante el sexenio de López Obrador ya suman 156,136 asesinatos, el 99 por ciento impunes, además de haber más de 100 mil desaparecidos y millones de mexicanos aterrados y extorsionados por las bandas (otros han abandonado sus tierras, negocios y pueblos sin que nadie en el gobierno los defienda).

     Tratando de concluir este comparativo, el Presidente Díaz Ordaz durante su toma de protesta dejó muy en claro su directriz: “con la Constitución como guía, sin admitir retrocesos ni claudicaciones… (porque) en México existen todas las libertades menos una: la libertad para acabar con todas las demás libertades”, postura que mantuvo firme hasta el final. Mientras que López Obrador les ofreció a las bandas delincuenciales «abrazos, no balazos» con los resultados ya mencionados, nuestro país en caos y al borde de la ingobernabilidad, expresando desde Palacio Nacional la sentencia que le seguirá por siempre ¡Y no me vengan con esa de que la ley es la ley! ¿Quién cree usted que ha sido mejor presidente, Díaz Ordaz, o López Obrador?

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Una punzada en el corazón de gran parte de los habitantes del planeta es el problema de los migrantes. Y aunque migraciones y migrantes los ha habido en casi todas las épocas, la manera y la razón de las actuales dista mucho de las ya conocidas, de las cuáles no hablaremos, sino de las presentes. Tenemos, desde a finales del siglo pasado, pero sobre todo en el actual, que las migraciones en masa y en descontrol son un fenómeno distinto, ocasionado por causas meramente políticas. Es decir: por gobiernos tiranos y dictatoriales a los cuáles casi, si no es que nadie, quiere señalar y mucho menos tocar.

     Nadie SE VA del país donde nació nomas porque sí. Siempre hay una causa, que por lo general puede ser el hambre, la pobreza, la violencia, al igual que la falta de oportunidades para mejorar (eso que el tabasqueño que cobra como presidente llama despectivamente “aspiracionistas”). Y justamente por todas esas causas juntas es que millones de personas están huyendo de Cuba, Venezuela, Haití, Nicaragua, Honduras y un largo etcétera.

    Hace algunos años y viendo que su país (Italia) comenzaba a ser invadido por  árabes y musulmanes de distintos países; la escritora y periodista Oriana Fallaci; mujer por demás sensible (herida durante el 2 de octubre de 1968 en nuestro país como corresponsal durante las Olimpiadas), advertía a su país, y a toda Europa, que de no poner remedio a esta situación el viejo continente dejaría de llamarse así (Europa) para convertirse en «Eurabia».

     En uno de sus famosos libros reclama al gobierno de su país y a los de todo Europa su ineptitud: “¿Qué hicieron… para impedir que Europa se convirtiese en Eurabia, es decir en una colonia del Islam, e Italia en la vanguardia de esa colonia?…  Los desembarcos han disminuido un poco. Pero siguen produciéndose inexorablemente. En verano, unas mil personas al día. Y si una barca no lo consigue, ahí está la Guardia Costera para echarle una mano. Incluso en aguas internacionales… Y lo mismo ocurre con la ampliación del afilo político. Y lo mismo pasa con la proliferación de los clandestinos y la ineptitud e incluso timidez con la que afronta el problema la Fiscalía” (Oriana Fallaci se entrevista a sí misma, págs. 92-93).

     Oriana murió en el año 2006, pero sus reclamos y vaticinio parecen haberse cumplido en buena medida ¿O no? Ir a ciertos países y regiones de Europa da la impresión de estar en otro continente. La multitud de personas provenientes de otros países, sobre todo del mundo islámico, hace pensar que el control político y social de las naciones que les han acogido se está perdiendo a pasos agigantados ¿Quién olvida los múltiples atentados terroristas ocurridos en Europa, en particular en París, como el ocurrido en contra del semanario político CHARLIE HEBDO y otros sitios propiedad de judíos franceses organizados por fanáticos musulmanes? ¿Ya se olvidó la fatua en contra del escritor inglés Salman Rushdie (lanzada en1989) a quien luego de 33 años, finalmente logran atentar contra su vida en agosto del año 2022 en la ciudad de Nueva York?

     Sí, porque no se puede pasar por alto que en las migraciones llegan personas buenas, regulares y malas. De hecho, algunas muy malas. ¿Quién le puede asegurar a México y Estados Unidos que entre los migrantes cubanos y venezolanos no vienen guerrilleros y terroristas enviados por sus gobiernos dictatoriales para causar daños a nuestros países y sociedades? ¿Quién nos puede asegurar que entre los que ya están en nuestras tierras no vienen muchos a apoyar al gobierno del dictador López Obrador y su intentona de quedarse en el poder mediante la 4-T?

      El presidente John F. Kennedy escribió en un famoso libro el problema de los migrantes de forma bella y generosa, sin olvidar las necesarias restricciones:

“La diferencia de opiniones no surge del número de migrantes que se admitan, sino del criterio de admisión, es decir, el sistema de cupos de orígenes nacionales. En lugar de utilizar el criterio que discrimina según el país en el que el inmigrante nació, las propuestas de reforma consideran las habilidades que el inmigrante posee y las que nuestro país necesita, mientras que en el terreno humanitario, se centra en reunificar a las familias. Tal legislación no busca cambiar las características de Estados Unidos. Los inmigrantes todavía tendrán que pasar pruebas de salud, inteligencia, moralidad y seguridad” (Un País de inmigrantes, págs. 70-71)

 

     Ha pasado mucho tiempo de la propuesta de Kennedy. Hoy las condiciones del mundo son otras y la maldad humana ha crecido como la espuma (incluso escondiéndose de manera cobarde entre los pobres migrantes que buscan refugio y alivio a sus muchos males y desdichas).

     Tratando de resumir un tema por demás complejo, se habrá de decir que en el gravísimo problema de las migraciones a Estados Unidos —que involucran a México como país de tránsito (y ahora traspatio migratorio)— se acusa y señala a diario a ambas naciones como villanas y malas, sin que hasta ahora se toque ni con el pétalo de una rosa a los malvados que están ocasionando este gravísimo problema multinacional.

    Es decir: los principales causantes de esta situación que ha dañado y está dañando a millones de familias y países son NICOLÁS MADURO de Venezuela, MIGUEL DÍAS-CANEL de Cuba, así como otros gobernantes de Centro y Sudamérica: unos inútiles, otros indolentes, aunque todos malvados, quienes han lanzado a millones de sus gobernados a esta aventura que no parece tener buen final para la mayoría. Millones de seres humanos como todos nosotros.

     Así que el problema de los migrantes no es tan sencillo como culpar a Estados Unidos y México por no permitir que sus sueños se cumplan. Por desgracia la vida no es así. Muy pocas personas abrirían las puertas de su casa para que cualquier desconocido llegara y se asentara, y un país es algo semejante. Hay reglas, leyes, orden, modelos de país por el que muchas generaciones trabajaron para lograr llegar a ese punto.

     De manera que la solución al problema de los migrantes no es ese. No se puede hacer valer la ley del chantaje emocional. La ONU (o los países con mayor poder, influencia y deseos de ayudar) debe entrar en auxilio, tanto para buscar una salida y ayuda digna a los migrantes, como exigir a los causantes entiéndase NICOLÁS MADURO, MIGUEL DÍAZ-CANEL, RAÚL CASTRO, DANIEL ORTEGA, ET AL que resuelvan sus problemas internos y dejen de expulsar a tantos millones de personas inocentes que sufren a causa de sus erróneas y perversas políticas populistas.

     Pretender que otros paguen las consecuencias de sus malvadas e injustas políticas internas contra sus propios pueblos, resulta, además de impropio, una injusticia agregada. Lo que es peor, con la ayuda del coro de cierta prensa de postura cómoda al exigir algo que ni la ley ni el sentido común obligan. El chantaje moral nunca ha llevado a nada bueno como tampoco resuelve las cosas de fondo.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Una persona mental y moralmente desahuciada es por demás peligrosa, sobre todo si se tiene el poder, mucho poder. Es el caso del titular del poder ejecutivo Andrés Manuel López Obrador (que nunca será presidente, pues carece de los conocimientos, capacidad y formación para semejante responsabilidad) quien desde el 1º de diciembre del año 2018 se ha dedicado a dañar a México y los mexicanos. Lo suyo, y como se ha dicho desde hace muchos años en esta columna, es el desmadre, el caos, la destrucción, sembrar el odio. Nunca ha sabido hacer otra cosa.

Un hombre de corazón perverso, cargado de resentimientos y malos instintos contra los demás, sobre todo cuando no piensan como él o no se acomodan a sus caprichos, lo que provoca de inmediato su odio y animadversión, desatando al energúmeno que mora dentro de él.

     Muchos desde los medios y la literatura advertimos el peligro que representaba el tabasqueño de llegar a la presidencia. Otros muchos, sin embargo, no lo vieron o consideraron así. Unos por simpatía y desconocimiento de la realidad, otros, les ganó el deseo de un cambio para bien y cayeron en el engaño. Un engaño del que hoy se arrepienten al mirar los daños al país y el caos provocado por este demente peligrosos y sin escrúpulos.

      Y es que, como le califica Diego Fernández de Ceballos, y le atinó en el símil, «el tartufo» es un genio en el arte del engaño, de disfrazar sus verdaderas intenciones de tal forma que logró el engaño de más de 10 millones de ciudadanos que en otras circunstancias jamás hubieran votado por él ni por su pandilla (que no Partido).

     Cuando acudía con los empresarios que le recibían, era el candidato más moderado y ferviente promotor de la inversión privada. Si su reunión era con campesinos, él encarnaba al Zapata del siglo XXI, pero si eran dueños de huertas o tierras de cultivo, en él se aseguraría su protección, créditos y crecimiento. Y si era con católicos, era tan guadalupano como Juan Diego, pero si la reunión era con evangélicos, él representaba en su persona a Martín Lutero y Juan Calvino juntos. En una palabra: ¡les dijo a todos lo que querían oír y los convenció, mejor dicho, los engañó, los atrapó en sus deseos!

     A cuatro años y medio de su terrible desgobierno el país se encuentra al borde del colapso, y el mitómano de Palacio, al entender (porque está orate, no tonto) que al final le espera la cárcel a causa de tanta corrupción y tantísimos delitos cometidos en su mandato (casi todos organizados, permitidos o alentados por él) está atacando a diario y destruyendo las instituciones públicas para evitar a toda costa ser enjuiciado.

      En este momento, todos los días desde Palacio Nacional (que profana con su presencia y palabras) ataca a la Suprema Corte de Justicia de la Nación por echar abajo su mamotreto dictatorial llamado “Plan B”, y muy en particular a la Ministra Presidente Norma Piña Hernández. La fiereza en sus gestos y expresiones muestra cotidianamente a un desequilibrado mental y emocional usurpando un cargo que requiere de sabiduría, inteligencia, prudencia y promoción de la unidad, virtudes ajenas al eterno vándalo que por razones del destino, y para nuestra desgracia, logró mediante el engaño llegar a la silla presidencial.

       Por cuatro años y medio periodistas, escritores (y todo aquel que ose criticarlo o darle la contra) se han convertido en víctimas de su eterna boca perdularia. Pero de unas semanas a la fecha su ira, como ya se dijo, se ha ensañado contra la Ministra Presidenta lanzando las peores ofensas y calificativos más hirientes, que, en lo personal, en toda mi vida nunca había escuchado en labios de Presidente mexicano alguno (ni leído en los de antes de que yo naciera) exhibiendo su bajeza personal y moral.

     Leer esta retahíla de ofensas, muestra de cuerpo entero a este presidente del inframundo de la canalla de este país: “No tiene remedio el Poder Judicial, está podrido, están actuando de manera facciosa. Imagínense, componerle la plana al Poder Legislativo… y esos señores, que ahora forman parte del supremo poder conservador, que están dedicados a obstaculizar la transformación del país para sostener el viejo régimen, el antiguo régimen de corrupción y de privilegios… (los legisladores) No violaron absolutamente nada, nada, pero en un acto de prepotencia y de autoritarismo, se atreven a cancelar la ley los ministros de la Corte, que están al servicio de una minoría rapaz que se dedicó a saquear al país y que quieren regresar por sus fueros, ahora con el apoyo del Poder Judicial” (Conferencia mañanera 9/Mayo/2023).

      La locura de este hombre es manifiesta. Peor todavía, no contento con su ira desenfrenada, mandó a grupos de golpeadores a ofender y amenazar a la Presidenta Norma Lucía Piña así como al resto de los Ministros (que pasarán a la historia como verdaderos héroes de México),los cuales, además de tomar literalmente las puertas de la SCJN mediante un plantón, todos los días les agreden y ofenden con las peores ofensas propias de los delincuentes de la más baja ralea y sin que autoridad alguna se los impida, ni federal, ni de la ciudad de México, ni ninguna otra ¿Acaso no es su deber proteger al Poder Judicial?

      Pero así es el inquilino que despreció hipócritamente la residencia oficial de Los Pinos para instalarse en Palacio Nacional, cayendo, reo de culpa, en la advertencia divina: “Como arquero que a todos hiere, es el que toma a sueldo insensatos y vagabundos” (Prov 26:10).

Demasiada ruindad para quien aceptó el gran y especial honor (e inmensa responsabilidad) de dirigir el destino de los mexicanos, protestando para ello cumplir y hacer cumplir la Constitución, la cual ha violado un día sí y otro también, alentando a sus huestes para que también lo hagan. Pronto se quitó la máscara de demócrata y conciliador para mostrarse como siempre ha sido: UN ANARQUISTA RESENTIDO, y de un largo tiempo a la fecha, en un verdadero energúmeno que pide a gritos dos cosas: que le retiren del cargo a causa de su insania mental, y que le pongan una camisa de fuerza.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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