Opinión

Los liderazgos en el mundo, los verdaderos, tal parece que están en vías de extinción. Las sociedades apenas producen individuos ególatras, berrinchudos y mal formados, amantes del poder, materialismo y pasiones desbordadas; pero ajenos a las responsabilidades y el bienestar de los que pretenden o dicen proteger; aunque en su nombre hagan las cosas.

     En el caso de los políticos las cosas se han tornado patéticas: individuos otrora impresentables en ese mundo: habladores, violentos, mentirosos, incapaces, bloferos, corruptos, expertos en engañar ingenuos (en sociedades cada vez más impreparadas) pero con una suerte endiablada, precisamente endiablada, son los que toman el poder.

    Algunos estarán pensando en López Obrador, que, sin duda es parte de esta generación posmoderna de falsos o pésimos líderes, solo que nos referimos a Donald Trump. Un sujeto que jamás debió ocupar la presidencia de Estados Unidos, un hombre ignorante, torpe, déspota, ególatra hasta lo enfermizo, ofensivo (‘bully’), mentiroso, vulgar, soberbio, incapaz de entender y mucho menos de resolver las múltiples y delicadas tareas presidenciales. Decir lo contrario es no conocer al personaje o pretender justificar un fanatismo al descubierto.

    Desde esta columna se dijo en muchas ocasiones que no era la persona idónea para el cargo, y no es asunto de republicanos, es SU PERSONA. Para que el lector recuerde o conozca, se repiten algunos textos de advertencia escritos en este espacio cuando llegó al poder en 2017:

 

—“Las medidas tomadas por Donald Trump reflejan de varias formas la condición de un gran sector de la sociedad norteamericana. Espejo que muestra el rostro deformado de un monstruo que se creía desaparecido. Su acendrado racismo ha permitido que el de tantos otros como él haya aflorado a la superficie…

     La ignorancia extrema de Trump, que no es novedad, es un tema conocido desde antes (pero desatendido por aquellos que le eligieron); además de poner en alerta extrema a los líderes políticos y sociedad pensante de esa nación; ha despertado del soponcio y la indiferencia a muchos que no consideraron jamás el peligro que representaba este hombre en caso de llegar al poder. El asunto es que llegó, y su ignorancia aunada a su soberbia, le están llevando un día sí y otro también, tanto al ridículo como a problemas de todo tipo, muchos de ellos graves en gran manera…

     El haber tomado desde su ridícula y oprobiosa campaña a México, la Unión Europea y a China, como enemigos de su país y blanco favorito de sus odios; permitía ver con claridad a un individuo trastornado, enfermo de la mente y del corazón: Lamentablemente, así como muchos mexicanos votaron por el chiflado de Fox, también muchos estadounidenses votaron por el chiflado pintado de pelo naranja…

Decir como presidente que los mexicanos hemos ‘abusado’ de su país con el TLC y que él va a terminar con este abuso, solo un demente lo puede decir. Y es que, se requiere de estar loco o tonto, para asegurar tal cosa desde su cargo… ¿El pobre abusando del rico? Para eso me gustaba éste cuenta chiles…

     No basta jurar sobre dos Biblias, con una era suficiente. Pero hay que abrirla y nutrirse se esa bendita Palabra de vida, pues jurar en el Nombre de Dios en vano es gran pecado. Y el segundo gran mandamiento es amar al prójimo, y el más próximo de los estadounidenses, somos los mexicanos…

     La cruel y detestable división que está haciendo de las familias mexico-americanas es un acto de lesa humanidad, una bofetada a la civilización y la fe judeocristiana en la que se sustentó y ha sustentado Occidente durante dos milenos. Un retorno a la barbarie, a la ley del más fuerte, a la sinrazón y el avasallamiento…(Análisis y Propuesta, semana del 11 al 17 de febrero de 2017).

 

    Las elecciones de este martes 3/Nov/2020 colocaron en su sitio a este impostor que tanto daño ha hecho a su país y al mundo. Su personalidad le hace tan previsible una especie de gemelo de López Obrador; algo así como los ‘twins’ Arnold Schwarzenegger y Danny DeVito— que aun antes de las elecciones, como su gemelo mexicano ya estaba hablando de fraude, y eso que él es el presidente. Lo peor de todo es que además de malvado y racista, a semejanza de su twin al sur del río Bravo, el arrogante hombre del copete naranja o dorado se dedicó a dividir a los ciudadanos de su país, logrando polarizarles hasta dejar las cosas al punto de la lucha armada.

    Un hombre que además de malvado, ignora la historia de su país y el precio que ha pagado por tener la democracia más respetada del mundo. Desconoce que un hombre del partido que le dio la franquicia (Republicano); un hombre justo y sensible, enemigo del esclavismo y defensor de la igualdad, temeroso de Dios y por tanto aborrecedor de las injusticias, fue capaz de pronunciar en su primer debate, un sentido y profundo discurso dirigido a la conciencia de su pueblo. Su nombre: Abraham Lincoln, quien luego de años de menosprecios, fracasos y derrotas políticas, pronuncia su más memorable discurso:

 

—“Una casa dividida en partes antagónicas no puede subsistir. Creo que este gobierno no podrá seguir siendo permanentemente a medias esclavista y a medias antiesclavista. No espero que la Unión se desintegre —no creo que la casa se derrumbe—, pero sí espero que deje de estar dividida. Esto será radicalmente lo uno o lo otro”.

 

     El discurso lo leyó en privado a sus amigos y compañeros de partido en la Biblioteca del Congreso en Washington, antes de hacerlo de manera pública en una serie de debates que le harían famoso, pero que espanta a sus amigos íntimos. Pero era tal su convicción interna que refuta a sus compañeros y les dice:

 

Esto ha sido cierto durante seis mil años. Y yo necesito alguna figura retórica universalmente conocida, expresada en un lenguaje simple, que despierte a los hombres para hacer comprender el peligro de estos tiempos. Ha llegado la hora de decir esta verdad y estoy resuelto a no cambiar ni modificar mi aserto. Estoy dispuesto en caso necesario, a perecer con él. Si Dios ha dispuesto que yo deba hundirme con este discurso, más vale que me hunda atado a la verdad. Que muera defendiendo lo verdadero y lo justo”. (Dale Carnegie: Lincoln, el desconocido. Ed. Sudamericana, Argentina 1968, págs..139-140).

 

   La cuestión, es que la verdad proclamada por Lincoln ha retomado actualidad: “UNA CASA DIVIDIDA EN PARTES ANTAGONICAS NO PUEDE SUBSTIR”, y aunque esa verdad es una sentencia de Jesús, el Mesías y Salvador de la humanidad, su esencia hoy más que nunca se aplica a la realidad de Estados Unidos y de México. Países a los que los twins Trump y López Obrador han irresponsablemente dividido con maldad y como método político para su propio interés. En buena la hora que Biden en Estados Unidos, y otro verdadero líder en México, que esperamos aparezca pronto, vuelvan a nuestros países a la unidad nacional tan necesaria.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

 

Email: mahergo50@hotmail.com

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Cada vez se parece más al dictador. Su personalidad ególatra, soberbia, ajena al dolor de los mexicanos, así como su espíritu belicoso y divisionista, le hermana en troncal directo en sus acciones y posturas políticascon Antonio López de Santa Anna. Centralista feroz, igual que López de Santa Anna, López Obrador no entiende o no quiere entender el significado real del federalismo. Y aunque se atreve a decirse de izquierda, lo cierto es que su postura y acciones son propias de un monarca. Desde su pedestal de absolutista, engallado en el majestuoso Palacio Nacional; en dos años ha estado juntando los hilos del poder todos en sus torpes e insensibles manos, desmantelando las Instituciones democráticas y de la República. Ni qué decir del sometimiento traidor y lacayuno del Congreso (que en teoría representa a los ciudadanos) y el continuo amedrentamiento contra el Poder Judicial. Al peor estilo de Luis XIV de Francia el estado es él: AMLO.

    ¡Al diablo con sus Instituciones! Lo dijo públicamente el 6 de septiembre del año 2006. Nunca ha cambiado. Claro que para llegar a la presidencia hizo alianza con las fuerzas más disímbolas, trató incluso de pasar ante la opinión pública como un demócrata, engañando a no pocos haciéndoles creer que ya había ‘cambiado’. Muchos ingenuos cayeron en el engaño, incluso periodistas que ahora reconocen su terrible yerro.

    La Biblia lo advierte AMLO se atrevió a usar ese bendito libro para hacerse pasar como ‘cristiano’ ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”(Jer 13:23). Considerar siquiera que había cambiado refleja inocencia al carecer de un buen testimonio que lo avalara; un acto de suma ingenuidad. Basta con observar sus amistades y grupos predilectos para saber quién es él.

    Ver a periodistas que le apoyaron en su campaña, tratar ahora de enmendar su error señalándole continuamente sus pésimas decisiones, es como aquella advertencia que hiciera el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer a los que apoyaron a Hitler y al nacionalsocialismo: “¡Es inútil correr por los vagones en sentido contrario cuando te has subido en el tren equivocado!”.

     El inolvidable Guillermo Prieto hace una descripción tan certera del dictador López de Santa Anna, que tal pareciera que el descrito es el otro López: “Santa Anna con su comitiva de soldados balandrones e ignorantes, tahúres y agiotistas desaliñados… de patrioteros anárquicos y de gente de acción que era un hormiguero de demonios; pero eso sí, con su Virgen de Guadalupe y su plan de regeneración” (Memorias de mis Tiempos”, Ed. Porrúa, pág. 43).

     El problema, gran problema, es que el López actual ha roto con todos los límites de la legalidad, prudencia, discreción y unidad nacional. En su soberbia y carencia absoluta de equilibrios y ecuanimidad política, indispensables en todo mandatario, el tabasqueño no escucha a nadie, no resuelve nada, y se dedica de tiempo entero a cumplir sus caprichos personales (que él cree que es ‘gobernar’).

    Con cien asesinatos diarios, el país bajo las garras de una fauna delincuencial feroz y despiadada; azotado por una plaga (coronavirus) no vista desde la época medieval que ya ha cobrado más de 91 mil muertes, pero que según los expertos superan las 200 mil, y el presidente perdiendo su tiempo todas las mañanas con una corte de paleros (tal y como le gustaba al otro López) en lugar de atender los múltiples y graves problemas, así como los cada vez más fuertes reclamos.

  Reclamos que en las últimas semanas han ido subiendo de tono y señalamientos al encontrarse en la presidencia con un hombre que no los quiere oír ni atender y mucho menos resolver sus peticiones. Habrá de decirse que no son peticiones propias. Son necesidades sociales de millones de mexicanos de los Estados que integran la Federación, presentadas como debe serpor una decena de valientes y comprometidos GOBERNADORES ¡con mayúscula! Que se han atrevido a confrontar al inquilino de Palacio Nacional para que cumpla con sus deberes presidenciales. No es una gracia que los atienda y responda. Es parte fundamental de sus obligaciones como mandatario.

    El problema se agrava cuando se entiende que la silla presidencial está ocupada por un hombre con vocación de monarca (para no decirle dictador);que en su mente enferma piensa que las votaciones del año 2018 le entregaron un país en propiedad (con toda su gente y recursos). Posición que le empuja a actuar de manera totalmente contraria a la democracia y vida republicana. De hecho no sabe comportarse con la propiedad que su alta responsabilidad le obliga. Su visión sectaria y anarquista siempre le traiciona. Su compromiso se reduce a sus seguidores, que cada vez son menos; aunque él se apoye en encuestas que no existen más que en su mente. Su boca en lugar de ofrecer respuesta y solución a los múltiples problemas nacionales se limita a proferir toda clase de insultos a quienes no se someten a sus caprichos. Pero eso sí, pide perdón al “chapo” por decirle así y le nombra respetuosamente ‘Sr. Guzmán Loera’ ¿Para los buenos ciudadanos ofensas todos los días y para el archi criminal respeto y consideraciones?

    Por supuesto que el presidente está actuando mal, muy mal. Tan solo a Jalisco para el año 2021 le quitaron en el presupuesto $9,200 millones de pesos que le correspondían para solventar las necesidades sociales. Si le sumamos las rebajas a los otros 9 Estados (y a los otros que le tienen miedo o prefieren nadar de muertito) la suma se vuelve estratosférica. Sus cortesanos y defensores oficiosos dirán que fue una decisión del Congreso. Les tengo malas noticias, el Congreso tiene dueño y se llama Andrés Manuel López Obrador. La división de los Tres Poderes es una ficción en este momento (salvo individualidades que se han ganado el respeto a pulso con una posición, que, aunque muy escasa, con auténtica dignidad).

    Es el caso de los gobernadores de la Alianza Federalista que anteponiendo el destino de sus gobernados (y de la República) a sus temores y futuro político, se han portado con valor y firmeza para reclamar a nombre de sus Estados. Las palabras del gobernador Enrique Alfaro reflejan una realidad que AMLO no quiere ver y mucho menos aceptar: “El problema permanente es que cuando pasamos de ese diálogo con usted (Presidente) al aterrizaje con los funcionarios de la Administración pública federal las cosas nunca funcionan”.

    En un momento tan crucial, en que el destino del país se enfrenta a la amenaza real de una dictadura, los mexicanos en los Estados (incluso en la capital) nos debemos unir para apoyar a los gobiernos estatales. De exigir que el gobierno de AMLO cumpla con el estado de derecho y el pacto federalista; que conceda el trato de respeto e igualdad para todos (sin importar el color del partido) y reparta el gasto público de manera justa y equitativa; que si se han de realizar cambios al respecto que se hagan. No es justo que el centro y el norte sostengan siempre a un sur que no quiere esforzarse (o no le gusta trabajar): que le gusta exigir ‘derechos’ (tomando casetas, marchas, bloqueos, robo, vandalismo, anarquía, bloqueo de vías y saqueo de trenes), mientras que los mexicanos del centro y del norte se mantienen trabajando duro. Sin trabajo y esfuerzo no hay mejoría de vida ni riqueza alguna.

    Con un López en el siglo XIX tuvimos para quedar hastiados de centralismo, abusos y posturas absolutistas. Así que en buena la hora que los gobernadores de Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas, le exijan al actual López que se someta a la Constitución, al Pacto Federalista y que gobierne para todos los mexicanos. PARA TODOS.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Correo electrónico: mahergo@hotmail.com

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Cuando se observan ese tipo de delitos, organizados y cometidos desde el poder público, la pregunta inmediata es, si ciertos funcionarios entienden en verdad lo que están haciendo. Si son conscientes de la responsabilidad social que se les ha encomendado, o se trata simplemente de individuos incivilizados con visión de mafiosos, que lograron colarse al poder público para dar rienda suelta a sus instintos cavernícolas.

En un momento tan delicado, no solamente para la sociedad mexicana, sino a nivel mundial, en que la muerte, la enfermedad y la pobreza son azote y sufrimiento para casi todos —que en el caso de México se agrava a causa de tantas bandas de asesinos, secuestradores, asaltantes y ladrones de todo tipo—; lo esperado por los ciudadanos es contar cuando menos con gobiernos sensibles y a la altura de las circunstancias.

Lamentablemente no ha sido así. En lo federal y como ya se dijo la semana anterior, EN MÉXICO NO HAY PRESIDENTE. El problema es que en lo local, para ser exactos en lo estatal y municipal, hay muchos temas y asuntos que afectan de manera grave a la sociedad que no están siendo atendidos, que la autoridad está no solo permitiendo, sino tal parece alentando, irritando a los ciudadanos afectados a causa de la injusticia y atraco venidos desde el gobierno.

     Tal es el caso de un grupo, mejor dicho, de una banda integrada por algunos agentes de la Secretaría de Vialidad, que acompañados de grúas y al mejor estilo de las pandillas, andan por la zona metropolitana de Guadalajara cometiendo toda clase de fechorías y tropelías sin que hasta ahora el titular de esa dependencia haga algo o ponga un alto a semejantes abusos, que no solo son delitos, sino que al venir del poder público y en un momento tan delicado, agravan su comisión y denigran al estado.

     Es de dudar que Diego Monraz Villaseñor (secretario del ramo) desconozca de tales ‘operativos’ por decirlo de manera suave a semejantes atracos; no se mandan solos los agentes ¿o sí? Y para poner las cosas en su sitio, mejor dicho, aclarando los delitos cometidos por esta banda que debiendo ser protectora de los ciudadanos está actuando como simples vándalos, como depredadores sociales. En el párrafo siguiente se señalan parte de sus delitos y su modus operandi.

Bien, sucede que el jueves 15 del presente mes de octubre, estando mi auto perfectamente estacionado en una calle de la colonia Chapalita (obviamente que en lugar permitido), pasadas las 5 de la tarde, una vecina avisa a mi esposa “que los de tránsito se estaban llevando el carro de su esposo en una grúa”. Yo no me encontraba en casa, de manera que mi mujer (enferma del corazón) tuvo que acudir de inmediato a detener semejante abuso. Un hombre con el uniforme de vialidad (con que facilidad le ponen el uniforme a cualquier energúmeno y enemigo social) ya tenía el auto en la grúa (y otro más), mientras que sus compinches aseguraban el atraco (el resto no traía uniforme).

Mi mujer, indignada y enojada ante semejante atrocidad, le reclamó al bandolero que se llevaba el auto por lo que hacía, el cual, lejos de avergonzarse de su ilícita acción se engalló, trató de inventar una infracción que no existía ¿De cuando acá es infracción estacionarse en lugar permitido y en una calle de dos cuadras solamente, que utilizamos casi solamente los vecinos? Incluso, y si hubiera alguna falta administrativa, que no la hubo ¿No era suficiente con levantar un folio de infracción y dejarlo en el parabrisas?

Pero no, se trataba de un atraco, y para abreviar la historia, el atracador uniformado le cobró a mi esposa la cantidad de $960.00 (novecientos sesenta pesos M.N.) para que la grúa no se llevara mi auto. Es decir: la placa del agente de Vialidad se convirtió en patente de corzo, en licencia para delinquir al amparo del gobierno de Jalisco.

Cuando mi esposa me contó lo sucedido (y los efectos sobre su salud, alta presión, etcétera) llegué a considerar que podía tratarse de algún fulano con el uniforme de vialidad, que en complicidad con alguna grúa anduvieran atracando a ciudadanos. La cuestión es que a la siguiente semana me enteré por la radio que el atraco sí estaba organizado por una banda de la Secretaría de Vialidad. Que los colonos de la colonia Jardines de la Cruz y López de Legaspi estaban desde un poco tiempo atrás siendo objeto de los atracos de esta misma banda y con los mismos métodos (grúa incluida), por lo que los afectados denunciaron los hechos a Notisistema que cumpliendo con su labor periodística difundió la irritación e indignación de los ciudadanos afectados por estos indignos servidores públicos, que por lo visto no saben que existe una pandemia que ha ocasionado muerte, enfermedades, desempleo y pobreza. Pero, ¿qué saben de pobreza los funcionarios y empleados públicos si ellos siempre tienen aseguradas sus quincenas? ¿qué saben del dolor y de sensibilidad social los que viven pensando en la siguiente elección y cómo hacerse de más dinero? ¿dónde están estos falsos celosos de su deber cuando se roban las piezas o los autos completos?

La banda, al verse denunciada de manera pública, le bajó al atraco, pero no a su labor ilícita e insensible. Es así que la misma cadena Notisistema (21/Oct/2020) denunció otro ‘operativo’ en el que la policía de Vialidad se dio el quien vive infraccionando a LAS TRES DE LA MAÑANA a los ciudadanos afuera de sus casas en la colonia Las Aguilas de Zapopan (Av. 18 de marzo). Ya no se los llevó la grúa, ahora fueron las infracciones, lo que conduce a pensar que en dicha Secretaría los atracos no eran desconocidos y que la ambición recaudatoria les ha estado llevando a cometer ilícitos, rompiendo con el orden legal y ofendiendo a la sociedad —para la que se supone existen y están para servir (no para servirse de ella)—, pero sobre todo, exhibiéndose como individuos sin un ápice se sensibilidad y empatía con el ciudadano en un momento tan crítico como el actual.

Así que, lo menos que se espera, es que el titular de Vialidad ponga orden en casa y someta a estos malos servidores a su cargo no solo al imperio de la ley, sino que a través de algún curso les enseñen la ley de vialidad así como reglas elementales de cómo conducirse ante y con los ciudadanos. Se les recuerda que eso somos, ciudadanos. No súbditos. Como también se les recuerda el hartazgo social ante los abusos y los actos fuera de la ley; no se diga en un momento tan difícil como el que vivimos.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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El clima de violencia e inseguridad que padece nuestro país ya resulta insoportable. El problema, y grave, muy grave, es que la silla presidencial está vacía. Hay una persona que cobra como tal y aparenta actuar como tal, pero la realidad es que el país se encuentra al garete. Sabemos que se llama Andrés Manuel López Obrador, quien se limita todas las mañanas a exhibirse un par de horas en la televisión, rodeado por un grupo integrado en su mayoría por falsos periodistas que tratan de aparentar que le preguntan, cuando su labor real es de patiños políticos.

Más le valiera al titular del poder ejecutivo levantarse más tarde a cumplir con sus muchos deberes, que tener hábito de lechero y madrugar para perder el tiempo, para dar rienda suelta a su ego y hacer de la vanidad su blasón de ignominia, para hacer lo único que parece sabe hacer: grilla y populismo.

Y mientras él se convierte en el centro de su mundo imaginario, presidente de un país de forma imaginaria; el país real se hunde en la anarquía a causa de la violencia provocada por una fauna criminal que ha crecido a manera de plaga.

En poco menos de dos años que lleva su mal gobierno, se han cometido más de 60,000 asesinatos y el 97 o 98 por ciento de los mismos impunes. Hablando claro: ¡NO HAY GOBIERNO EN MÉXICO!, hay si acaso un remedo bananero del mismo. Una caricatura burda de gobierno integrada por improvisados y ambiciosos, ignorantes e incapaces.

Incontables bandas de asesinos despiadados, protegidos por el gobierno (no atacarlos es protegerlos), mantienen sumido al pueblo mexicano en el terror en amplias zonas del país. Transitan y se exhiben a diario en caravanas integradas por decenas de vehículos repletos de asesinos (sicarios no, ASESINOS) armados hasta los dientes, pero el gobierno nunca los ve.

Para López Obrador no existen, no los ve, por eso es que se le mira todos los días risueño y feliz en Palacio Nacional, un sitio tan importante, que él sabe en lo profundo de su corazón que no debe de estar allí; es demasiada responsabilidad para un hombre tan limitado. Sobre todo en una época que requiere de un hombre inteligente, capaz, valiente y decidido a hacer valer la ley e imponer el estado de derecho. Por eso lo disfruta, sabe que no es la persona idónea. Se usurpa de muchos modos (igual como lo hizo Vicente Fox a principios de este siglo).

Lugares como Puebla (que se encuentra igual o peor que en la época de los “Bandidos de Río Frío”), Tijuana, Laredo, Reynosa, Zona Metropolitana de Guadalajara, Lagos de Moreno, Guanajuato, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Veracruz y tantos otros sitios del país, son dominios de las diversas bandas de criminales que un día asesinan y otro también sin que la autoridad haga nada. Su labor, la de la autoridad, se limita a poner listones, formar una carpeta y recoger las posibles evidencias, todo para ser enviado al archivo. Jamás se detiene a nadie ni se hace justicia.

Ver en la televisión hace un par de semanas (noticiero Imagen, con Ciro Gómez Leyva), como un par de criminales llegan en motocicleta a un modesto negocio en Celaya (que, quizá no pagó la extorsión ¿pagar impuestos y extorsión?) en pleno mediodía y en el centro de la ciudad; que un hombre es asesinado a sangre fría y otro es herido, todo con absoluta impunidadnos lleva a la conclusión de que EN ESTE PAÍS NO HAY GOBIERNO. Por tanto, no hay presidente tampoco.

Es tal el cinismo de AMLO que se atrevió en su segundo informe a decir que en México ya no había matanzas como en los gobiernos anteriores; afirmación que además de ser una mentira, es una ofensa al pueblo mexicano, desnuda su calidad moral. No tardaron muchos medios y muchos periodistas en recordarle la lista de matanzas más escandalosas que han ocurrido en el año 2020. No le importó, como no le importa en absoluto la vida, seguridad y patrimonio de los mexicanos. Nada le hace perder su sonrisa sardónica ni moverse de su mundo fantasioso.

Mientras tanto, los mexicanos además de los asesinatos, día a día son angustiados y agobiados por desapariciones de familiares, por secuestros, extorsiones en sus personas, negocios, incluso changarros y taquerías, por todo tipo de robos y asaltos perpetrados por una fauna delincuencial cada vez más engreída y violenta A CAUSA DE LA IMPUNIDAD CONCEDIDA POR EL ACTUAL GOBIERNO.

Por si no fuera suficiente tanto mal y tanta desgracia, el ciudadano observa con indignación el robo imparable de combustibles propiedad de la nación (pero pagados por el pueblo a causa de una empresa ineficaz, derrochadora, productora únicamente de burócratas y trabajadores innecesarios, pagados todos a nivel de científicos de país europeo), de trenes de carga, de toma de casetas y atraco a los automovilistas, de paralización del sistema ferroviario de carga a causa de los bloqueos, ocasionando daños por miles de millones de pesos sin que al presidente le importe un comino que suceda. ¿Para qué quiere construir el Tren Maya si no le importa lo que le sucede a los pocos que quedan en servicio, los de carga? ¿Para que los delincuentes tolerados por él luego los asalten?

El engreimiento de las bandas criminales y de cualquier delincuente, así sea el raterillo del barrio o el asaltante de automovilistas en crucero con mucho tráfico, ya resulta inadmisible. Se observa en las casetas de peaje a la onerosa Guardia Nacional ver que no mueven un dedo mientras los facinerosos despojan con toda impunidad a automovilistas y cajeros de las casetas de los dineros. Una Guardia así solo produce irritación e indignación. No sirven de nada.

Como tampoco sirven de nada las policías federales, estatales y municipales que permiten que ciudadanos y negocios, transportistas y viajeros sean asaltados con toda violencia y sin que nadie les estorbe. México es un país sin gobierno.

Por todas estas cosas es que se dice que en México no hay presidente, hay si acaso un hombre que, siendo eterno candidato a la presidencia, que habiendo por fin ganado unas elecciones (2018) a causa del cansancio social (y de su amalgama con los grupos más disímbolos); continúa lamentablemente actuando como aspirante, y aunque le gusta y disfruta enormemente de las mieles del poder, es manifiesta su alergia y repudio a los deberes y responsabilidades del primer mandatario. Lo dicho, EN MÉXICO NO HAY PRESIDENTE.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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