VOTAR: ¡ES APROBAR LA DICTADURA!
Lo peor que podríamos hacer los mexicanos es ir a votar para elegir JUECES, MAGISTRADOS Y MINISTROS, sería como ponernos la soga al cuello, pues se trata de.un descomunal ardid antidemocrático, de un atentado contra México que conlleva cuando menos cuatro efectos nocivos y terribles: 1) Estaríamos aprobando el desmantelamiento de la Democracia y de la República para dar paso a una dictadura. 2) Avalaríamos la destrucción del México que nos llevó más de doscientos años construir. 3) Entregaríamos de manera voluntaria el país a nuestros verdugos. 4) Condenaríamos el futuro de nuestros hijos y nietos sumiendoles en la pobreza y esclavitud.
Nadie debería de votar en esta farsa antidemocrática en la que supuestamente “se elegirán juzgadores” cuando en realidad se trata de la consumación de la destrucción del PODER JUDICIAL, que mediante esta ofensiva y vulgar pantomima, la Banda de MORENA (y sus aliados del PT y VERDE) nombrarían a los suyos a dichos cargos y así acabar para siempre con este poder que LOPEZ OBRADOR TOMÓ A LA FUERZA y su sucesora, como fiel escudera, ha continuado con semejante traición a la Patria.
Queda claro, y no pocos compañeros de oficio lo han dicho y escrito, que las Bandas de ASESINOS (que eso son, ASESINOS abrazados por el gobierno de la 4-T) que mantienen aterrorizado y sometido al país, pondrían a los suyos en la silla de jueces, magistrados y ministros. Si de por sí la justicia en este momento se ha alejado de los mexicanos por varios factores (ente otros: un sistema judicial PENAL que no funciona en México; un gobierno que tampoco funciona —al estár ligado en amasiato o complicidad con las bandas criminales—, y la cada vez mayor y sanguinaria fauna criminal a la que los gobiernos MORENISTAS le han concedido TOTAL IMPUNIDAD): salir a votar, sería tanto como una eutanasia colectiva. Un suicidio al estilo de la Guyana con el líder religioso Jim Jones.
Es increíble el cinismo de Claudia Sheinbaum y su gente al pretender engatusar a los mexicanos con el cuento de elegir a los jueces ¿Quién se dejaría operar de corazón abierto por un médico salido de una elección política? ¡En lo personal jamás! De igual manera: los impartidores de justicia (jueces, magistrados y ministros) requieren de contar con los mejores perfiles por cuanto ejercen un trabajo por demás delicado que obliga conocimientos, capacidad, honradez, claridad de ideas y sólidos principios, por lo que deben ser elegidos debido a sus conocimientos en derecho —y luego de carreras dentro del poder judicial— por medio de rigurosos exámenes.
Que pueden colarse algunos inmerecidamente es probable. Pero para eso están los Consejos de la Judicatura, los propios Tribunales y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para vigilar y corregir errores y desviaciones pues como todo acto humano es un asunto perfectible. Pero siempre adelante buscando lo mejor para el país; no hacia atrás para dar gusto a una banda de populistas ambiciosos que se quieren perpetuar en el poder.
De entregar el PODER JUDICIAL A MORENA —como se pretende mediante la elección del 1º de junio— éste se llenaría de improvisados y bribones (que los hay, por lo que se necesita depurar la impartición de justicia; mas no corromperla del todo) y no habría en adelante poder alguno que pusiera un alto a los abusos del gobierno y los funcionarios (de cualquier nivel) que casi de inmediato se convertirían en legiones de sátrapas que harían aún más infeliz la vida de todos, excepto, claro está, de MORENA y su gente, pues, como sucede en Cuba, Nicaragua y Venezuela, sólo los gobernantes y sus huestes viven con todos los lujos y sin limitaciones. Mientras que sus pueblos permanecen en la miseria, el hambre, la violencia y carencia casi absoluta de servicios públicos.
De manera que todos los mexicanos, los que no somos parte de la Banda de saqueadores de MORENA y socios en andadas, debemos alzar la voz y reclamar nuestro destino antes de que consuman su fechoría disfrazada de legaloide. De afianzarse la dictadura iniciada por AMLO y continuada por Claudia Sheinbaum, el presente y futuro de nuestros hijos y nietos sería terrible y gran parte de la culpa también sería nuestra por no haber hecho nada para impedirlo.
Las dádivas del gobierno —que por supuesto no salen de la bolsa de los políticos, sino de los recursos públicos recaudados vía impuestos— han sido el anzuelo para pescar a incautos, desinformados y ambiciosos, y por medio del dinero engatusar a la masa social para obtener sus votos y con ello legitimar la dictadura que pretende consolidarse (apropiándose del CONTROL TOTAL DEL PODER JUDICIAL con el que no contaban).
Los que cobran dichas dádivas deben saber que para comprar su voto y simpatías el gobierno de López Obrador pidió prestado nada menos que DOS BILLONES DE PESOS (dos millones de millones). Dinero que cuesta puntuales intereses que tendrán que pagar varias de sus generaciones, y que, de seguir como van las cosas y al haberse gastado ya todos los ahorros, fondos y fideicomisos que dejó el gobierno de Peña Nieto, la presidenta Sheinbaum continuará recurriendo a los préstamos para dar el dinero a esa masa ya cebada con dinero prestado —dinero que sólo se debe dar a los verdaderamente pobres y necesitados como se venía haciendo desde el gobierno de Salinas de Gortari (previo estudio socioeconómico).
Es deber de todos los mexicanos enterarse de lo que sucede realmente en el país. Decenas de millones de ciudadanos no conocen nuestra grave situación nacional o apenas parcialmente, de manera que SALIR A VOTAR EL 1º DE JUNIO ÚNICAMENTE SERVIRÍA PARA LEGITIMAR LA DICTADURA. Estamos a tiempo para detener semejante traición e infamia. Nuestro deber no debe limitarse a NO VOTAR, sino exigir al gobierno de Claudia Sheinbaum que eche abajo su totalitaria REFORMA AL PODER JUDICIAL, que someta a las bandas criminales que tienen aterrorizados a los mexicanos a lo largo y ancho del país, y SE SOMETA ELLA, Y TODOS LOS QUE INTEGRAN SU GOBIERNO AL IMPERIO DE LA LEY, pues el traidor que dijo «que no me vengan con esa de que la ley es la ley», debe ser detenido de inmediato y ser llevado a juicio para que pague por tantas fechorías y daños con los que destruyó a México y su democracia, dejando al país sin salud, bañado en sangre, y dividido (sin dinero y mega endeudado).
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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