Opinión

Los escritores tenemos algo que nos empuja constantemente a plasmar en el papel las cosas que vemos o las ideas que brotan en nuestra mente. Es parte de nuestra experiencia personal, reflejo de lo cotidiano y de lo trascendente en el que quedan los textos a manera de testigos, así ha sido y espero que continúe, pues los aparatos jamás suplirán al placer y comodidad del libro impreso.

 

     Así que con la amistad que las letras conceden, comparto a los lectores de esta añeja columna periodística (iniciada en 1986) el nacimiento de mi más reciente libro, el cual se titula «EL OCASO DE MÉXICO» una recopilación de los artículos publicados por su servidor en el año 2018.

     Hay periodismo que se convierte en historia, en parámetro de medición y recordatorio de logros y yerros, de aciertos y corrupciones, de glorias y fracasos, de promesas y engaños; un periodismo que logra mantenerse vigente al no perder actualidad los temas tratados. Para dar una idea del contenido del libro comparto al lector algunos textos en espera de su interés:

“Las condiciones del país como del periodismo en México en el siglo veintiuno son terribles, se puede decir que se encuentran en una de las peores épocas de su historia, antaño, siquiera el enemigo era visible y no se escondía de nadie para atacar o destruir a la prensa. Hoy en día se habla y presume de una libertad de expresión que a diario se ve acosada por múltiples factores, desde los políticos y gubernamentales, que en el caso del gobierno de Andrés Manuel López Obrador,cada vez son más frecuentes y directos, hasta los ataques venidos desde la sociedad, ya sea por medio de las redes sociales que carecen de freno alguno (lo que les permite ofender, hostigar y acusar al periodista profesional sin consecuencia de ningún tipo), como los ataques contra la vida de quienes escribimos…”

 

“El terrible nivel educativo, moral, e intelectual de la inmensa mayoría de los políticos actuales en el país (sin distinción de partidos) no les permite entender, ni por error, el valor de los libros. Formados casi como bandas o pandillas para las que el pueblo (ciudadanos) es tan solo le legitimación para hacerse del dinero y el poder públicos, su egoísmo manifiesto les impide valorar las herramientas que les pudieran permitir no solo entender su función, sino trabajar a favor de los gobernados para los que protestan trabajar (convirtiendo su propuesta trienal o sexenal en un insulto, en una bofetada en el rosto de la sociedad)” (LIBROS: SU ENORME VALOR, pág. 19).

 

“El dueño de Movimiento Ciudadano en Jalisco -y quizá pronto a nivel nacional (a no ser que Dante Delgado despierte)- en uno de sus famosos arrebatos y aires de grandeza, declaró a conocido medio local que: ‘Lo digo desde ahorita, nunca más un gobernador arrodillado ante el Presidente, nunca más Jalisco sometido por la Federación…’ -rematando su bravata fantasiosa- ‘Sea quien sea el Presidente, cuando menos en los próximos seis años, no va a haber un Gobernador que le tenga miedo al Presidente de la República…” (ALFARO Y SUS FANTASÍAS DEMAGÓGICAS, págs.. 83-84).

“El espectáculo ofrecido por el nuevo congreso federal el 1º de septiembre, además de deprimente y bochornoso, ratificó lo que muchos creíamos de esa troupe integrada por toda clase de saltimbanquis de la política, de mercenarios, organizadores de marchas, golpeadores, líderes mafiosos, etcétera, pero sobre todo por individuos que fuera de representarse a sí mismos y a su banda, grupo o lo que sea (que ellos llaman ‘partido’ político), lo cierto es que no nos representan a la mayoría de los mexicanos…   Muchos ciudadanos ilusos y sencillos dieron su voto a estos profesionales del desmadre creyendo que acabarían con la corrupción y el desorden, permitieron que el congreso se poblara de esta gente incapaz e indigna del cargo. Mi respeto para los que guardaron compostura republicana” (CONGRESO: INCAPACEZ E INDIGNOS, pág. 179).

“Ver a López Obradoren su calidad de presidente de la República-arrodillado en el Zócalo de la capital del país, en un rito pagano dirigido por brujos y líderes religiosos indígenas resultó indignante, impropio absolutamente de un jefe de estado. Si él en lo personal es creyente de esas religiones paganas, la Constitución le permite serlo en lo privado, pero atreverse a participar en semejante acto con la investidura presidencial, además de echar por tierra su falso laicismo, de paso acabó con su credibilidad moral en esa área” (NI LAICO, NI CRISTIANO, pág. 241).

“Así que no piensen los morenistas que su jefe inventó el hilo negro. Los abusos y raterías contra los dineros públicos por medio de los sueldos son del dominio público, pero denunciarlo, hacerlo saber, ha sido trabajo de aquellos periodistas que no tenemos compromiso con partido ni gobierno alguno, que no cobramos en nómina oficial alguna. Que tenemos la libertad para decir las cosas que suceden en el país y en lo local, no teniendo más limitaciones que las propias y las de acceso a mayores datos. Que consideramos el oficio una responsabilidad social y un gran honor, por tanto, vale decir con autoridad moral que AMLO no ‘inventó’ el tope salarial que ahora presenta como ley. Que algunos hemos estado insistiendo acerca de este cáncer sin que gobierno alguno (de ningún partido) hubiese hecho algo al respecto. De hecho y como ya se leyó, desde hace 24 años esta columna lo ha denunciado con insistencia, esperemos que esta corte de ministros, magistrados, jueces y demás implicados, entiendan que no es corte de monarquía sino de justicia”(CORRUPTOS E INDOLENTES, págs. 249-250).

     En poco tiempo haré saber a los lectores de esta columna la fecha y lugar de la presentación del libro. Si alguno desea adquirirlo ya puede hacerlo en Librería Cervantes (Juárez 582) en el centro de Guadalajara.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

Email: mahergo50@hotmail.com

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Los gobiernos, en sus tres niveles, en paraestatales y dependencias oficiales, por lo general se olvidan de sus muchos deberes para con el pueblo. No con el pueblo de AMLO, tema del artículo de la semana pasada, sino del pueblo mexicano, de todos, de los que votaron y de los que no votamos por López Obrador, que dicho sea de paso, somos la inmensa mayoría (incluyendo a los que no votaron por nadie).

      Olvidan que los mexicanos vivimos aterrorizados por las bandas de criminales, con y sin organizar, y el presidente sale con el absurdo de “abrazos y no balazos”, como si los asesinos, secuestradores, asaltantes, extorsionadores y demás, entendieran otro lenguaje que no fuera el de la fuerza. El sabe perfectamente que los delincuentes entienden solo por la fuerza, por lo que cabe preguntarse si su postura obedece a pactos con los mafiosos, y como no parece ser así, su deber es someterlos de inmediato al imperio de la ley y el estado de derecho.

     ¿Para que hacer tanto alarde con la creación de la Guardia Nacional que cuesta una fortuna todos los días, si nomas los trae paseando y no les permite entrar en acción y someter a los asesinos y delincuentes?¿De què sirve esa Guardia sin un eficiente y bien estructurado cuerpo de inteligencia? Sacar a los uniformados a pasear a las calles no sirve de nada ¿Acaso no hizo lo mismo Peña Nieto con la Policìa Federal?

     Hasta agosto de 2019 la Guardia Nacional y el Ejèrcito (respecto al combate a la delincuencia) nomas han servido para que se burlen los delincuentes de ellos, que los humillen pueblos integrados por gente mala (no el ‘pueblo bueno’ que dice AMLO)por mujeres y niños violentos, fuera de la ley, capaces de ofenderles, de golpearlos, de desarmarlos, de mostrar su inutilidad pública y demostrar que no obstante que la Constituciòn señala que el uso de la fuerza corresponde al estado mexicano; en la actualidad corresponde a los ladrones de combustibles, narcos, y cuanta banda es parte del falso ‘pueblo bueno’ que defiende el presidente (olvidando que su deber, deber para el cual protesto el 1º de diciembre de 2018, es cumplir y hacer cumplir la ley).

     Es tal la desatención a sus muchos deberes, que la salud del pueblo mexicano està en riesgo y agravándose en tan poco tiempo; igual sucede con la educación, la ciencia, con la confianza y certeza jurídica para la inversión privada; y aunque se hable mucho y se haga uso de frases tomadas de la Biblia, no hay ni en la presidencia ni en el gobierno federal testimonio alguno que les avale. La mentira y la falta de humildad son su blasón, aunque los spots hablen de decir la verdad. No se les cree, solo creen aquellos a los que se les regala dinero. Compra de voluntades, pues.

     En los Estados, pongamos el caso de Veracruz, un seguidor de AMLO ganó las elecciones ¿Y?, no basta la amistad, no basta ser incondicional, una gubernatura requiere de formación sòlida, capacidad, inteligencia, de tomar decisiones radicales y trascendentes, en un estado como este en que las bandas de criminales ya se adueñaron de la entidad y el presidente les quiere calmar con ‘abrazos’ cuando lo que piden a gritos es balazos y que los sometan al orden, al imperio de la ley. Corrupción también es contender por cargos para los que no se tiene capacidad. Mentir también es protestar cumplir y hacer cumplir la ley y no hacerlo, en disimular y no hacer nada, en simplemente declarar o señalar a los que estaban antes.

      Rasgarse las vestiduras ante organismos internacionales por la matanza de 8 o 9 mexicanos en El Paso, y en Coatzacoalcos asesinan 29 en una cantina y no hacen nada que no sea lanzar la culpa a otros en lugar de detener a los responsables, consignarlos y poner un alto a la fauna asesina, exhibe su incapacidad y corrupción. Dìa con dìa los negocios en ese Estado cierran sus puertas y López Obrador y su gobernador de adorno (el de Veracruz) no hacen nada por evitarlo. Secuestros, extorsiones y cobro de piso ya casi acabaron con los que pagan impuestos en la entidad ¿Olvidan acaso que de esos impuestos sale para pagar los sueldos de la inmensa burocracia, de los viejitos, de los ninis, de la hasta ahora ornamental Guardia Nacional, etcétera?

      Aunque en el caso de jalisco las cosas no están mejor. El índice de asesinatos en lo que va del año (2019) demuestra la incompetencia del gobierno de Enrique Alfaro, que gusta de utilizar un lenguaje rudo pero que en sus acciones de gobierno son nulas absolutamente. Baste decir que de diciembre de 2018  a mayo de 2019 asesinaron a 1,404 personas en el Estado (Mural 21/Ago/2019), agréguele a la lista los asesinatos cometidos en los meses de junio, julio y agosto y se ratificarà LA INUTILIDAD DEL ACTUAL GOBIERNO ESTATAL. Un gobierno cuyo deber de someter a los criminales no se cumple, ni en ese, ni en casi ningún otro delito. La desaparición de personas, sobre todo de jóvenes, ya es terrorìfica: 3,579 casos en cinco meses, 14.5 por día, (cifras publicadas por Milenio Jalisco, 30/Ago/2019).

     Pero eso sí, implacables con el cobro de multas. Todo lo que represente ingresos para lar arcas públicas está al alza y a la orden del día. La ambición de estos nuevos gobiernos carece de comparativos en el pasado, no hay dinero que les alcance ni les satisfaga sus muchas ambiciones y derroches, aunque como contraparte SE OLVIDAN DE SUS MUCHOS DEBERES para con los ciudadanos. Para ser breves, han salido reprobados, inútiles, ornamentales, onerosos, engreídos y demás.

     Si es el tráfico en la zona metropolitana de la capital de jalisco, los conductores tienen que averiguárselas como puedan, pues los agentes nomás existen para los desfiles y para escoltas cuando visita algún político extranjero o federal. Los accidentes, que cada vez son más a causa que le dan la licencia a cualquiera (lo que importa es el pago) son resueltos por particulares (aseguradoras) y mientras llegan estos señores que legalmente no representan nada, los embotellamientos cotidianos son un calvario para todos los que manejamos. Un verdadero calvario ¿Para qué diantres nos sirve una Secretaria de Vialidad (Tránsito) que no sea para recaudar dinero para el gobierno en turno? Si no cumple con sus deberes el Congreso debería de desaparecerla de inmediato.

     Esta semana me apareció en el buzón de mi casa una multa por $423.00 pesos, según eso por exceso de velocidad. Por conducir a 61 kms en zona de 50, la cuestión es que fue en la carretera de Tlajomulco y nadie va a 50, es decir, el aparatejo lo colocaron solo para recaudar, SI ESO NO ES CORRUPCIÓN, una manera vulgar de llevarse los dineros de los ciudadanos, no se cómo llamarle.

     En los municipios no se diga: las multas por reglamentos, por no pagar algo a tiempo, los aumentos al predial, al agua, el escandalosos negocio de las licencias de construcción para grandes edificios (sin existir obra hidro sanitaria para este tipo de ciudad lo que tarde o temprano colapsarà los servicios públicos en la zona metropolitana) crecen todos los dìas. Jardines y camellones sin  atención, Cruz Verde que ya quiere cobrar como hospital privadoolvidando que son para los que carecen de seguro social o ISSSTE, son algunos de los fracasos del gobierno local. Queda claro que para los gobiernos en los tres niveles, todo es negocio y casi nada es deber. Por esa ruta màs temprano que tarde iremos al fracaso, no es predicción, es afirmación.

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

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Presidente Andrés Manuel López Obrador, hoy me dirijo a usted directamente, el tema lo obliga. Desde que inició su mandato ha mostrado incomprensión de ciertos temas, términos y palabras. Hoy nos referiremos a una en especial que cotidianamente se le escucha decir, pero que desgraciadamente no significa la connotación que usted le da. Me refiero a la palabra pueblo.

     Una palabra que tiene tres significados, el primero para referirse a cierta población pequeña; la segunda a los habitantes de cierta región; y la tercera, que es la que por lo general usted utiliza, se refiere a la totalidad de las personas que integran un país (el pueblo mexicano, el pueblo español, el pueblo argentino, etcétera).

     El problema, y no menor, es que usted la utiliza, no para dirigirse a todos los mexicanos, sino a los que le son incondicionales, con los que se identifica, los que asisten a sus mítines, los que le aplauden; pasando por alto que estos reducidos grupos (aunque sean miles) no son ni representan al pueblo mexicano. Le hago una observación: de los 30 millones de votos que obtuvo en las elecciones, téngalo por seguro que cuando menos la mitad de esos votos no son de sus “seguidores” ni son de Morena, ni de ninguno de esos grupos violentos y anarquistas que se identifican con usted y su gobierno (como es el caso de los maistros de la CNTE). Son mexicanos que, cansados de tanta corrupción, violencia, de gobiernos que les desatendieron y desampararon dejándoles a merced de una fauna delincuencial cada vez mayor, votaron por usted para ver si en verdad cumplía sus muchas promesas. Le recuerdo: NO COMPRÓ UN PAÍS, NOMAS GANÓ UNAS ELECCIONES.

     Le digo lo anterior y lo pongo en mayúsculas porque sus palabras, acciones y gestos así lo dejan ver. En sus diarias y poco interesantes conferencias matutinas, repetitivas, que en realidad son monólogos, casi todos los días si no es que todos, al referirse al “pueblo” en realidad se está dirigiéndose a sus seguidores, somo si todavía anduviera en campaña.

     Le recuerdo, por aquello de los cortesanos, incapaces de contradecir a su jefe, que EL PUEBLO DE MEXICO SE INTEGRA DE TODOS LOS MEXICANOS, por pobres, ricos, clase media, indios, güeros, prietitos, mestizos, altos, chaparros, flacos o gordos, del norte, del centro o del sur. Entre todos los ciudadanos que nacimos en México se integra el pueblo mexicano y a éste es al que se debe dirigir y a este es el que debe escuchar y a éste es el que debe resolver sus muchos y graves problemas.

     Pensar que con regalar dinero a ciertos grupos y sectores está beneficiando a todo el pueblo y haciendo lo correcto, por cierto que no. Primero se atienden las causas, y usted como gobernante tendrá que ser sabio y allegarse gente también sabia y con conocimientos (no activistas, marchistas y manifestantes que le ayudaron en su campaña) para detectar las causas de una mala distribución de la riqueza e implementar medidas para que la riqueza se produzca en todas las regiones y se reparta de manera más equitativa. Téngalo por seguro que no es con agitación ni con venganzas como se logra. Es a través del trabajo, la planeación y la educación. No hay otra fórmula.

     De pronto se le escucha que utiliza algunos textos bíblicos, le comparto alguno acerca del tema: “Cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno” (2 Tes 3:10-11).

     No es fomentando las dádivas, eso es propio de los populistas y no creo que usted quiera ser uno de ellos, su paso siguiente es la dictadura. Es ayudando ciertamente a los viejos, no a todos, a los que realmente lo necesitan; no es dando dinero a los jóvenes pues les va a fomentar la pereza, el desgano por trabajar y desarrollar un carácter luchón, sino creando mejores condiciones de trabajo. Y le comparto algo, no le cuesta escuchar. El peor freno para el aumento de los sueldos son los juicios laborales, que en el momento que se dejen solo para casos muy especiales y con personas con muchos años laborados y se diseñe al efecto un seguro de desempleo (temporal) y un retiro seguro para todos, un marco legal en que las micro, pequeñas y medianas empresas (que son las que conceden el 80% de los empleos) tengan la libertad para contratar con buenos sueldos y despedir sin responsabilidad cuando sus finanzas o el trabajador no cumpla con su deber, los sueldos crecerán de manera inmediata. Téngalo por seguro, el resto es demagogia.

    Eso por un lado, por otro, la creación de la Guardia Nacional no resuelve por sí absolutamente nada mientras la impunidad y la falta de un trabajo de investigación efectivo no existan. La inmensa mayoría del pueblo (no sus seguidores, presidente, sino todos los mexicanos) se encuentra aterrorizado a causa de tantos criminales de todos los tamaños, con y sin organizar.

    El espanto y temor que padece el pueblo me hace recordar el pensamiento de un soldado alemán durante la primera guerra mundial, que yendo al frente lleno de fervor patrio pronto se da cuenta que no había nada de romántico y que aquello era un infierno; un infierno como el que vivimos cuando menos 80 o 100 millones de mexicanos, entendidos que el engaño de los políticos se llevó también la esperanza:

—“Este silencio es la causa de que las imágenes del pasado despierten en nosotros más tristeza que deseo. Una inmensa y desesperanzada melancolía. Estas cosas han sido, pero no volverán. Han pasado, pertenecen a un mundo que ha terminado para nosotros…  aquí, en las trincheras, lo hemos perdido todo. Ya no se eleva en nosotros ningún recuerdo; hemos muerto. El recuerdo planea a los lejos, en el horizonte. Es una especie de aparición, un enigmático reflejo que despierta, al que tememos y al que amamos sin esperanza. Es fuerte como nuestro deseo, pero es inaccesible y lo sabemos…” (Sin novedad en el frente. Erich M. Remarque, Edit. Tomo, pág. 98).

     Desde mi muy personal perspectiva he notado un cambio en su personalidad, un cambio que me recuerda aAlicia en el país de las maravillas, que, al no dar crédito a tantas sorpresas y cambios, se pregunta a sí misma:“¡Dios mío, qué cosas tan extrañas pasan el día de hoy; cuando ayer todo era normal! ¿Habré cambiado yo durante la noche? Veamos, ¿era yo la misma al levantarme esta mañana? No lo sé…  quién diablos soy? ¡Ese es el gran enigma!”.

    Don Manuel, usted debe preguntarse si ha habido cambios en su persona, si todo lo que le dicen los cortesanos es cierto y apegado a la realidad. Es falso casi en su totalidad que los mexicanos seamos felices, y si algunos lo somos, no es por usted ni por gobierno alguno, sino por el amor de Dios y su Palabra bendita que concede certezas absolutas a nuestra existencia. En México hay mucha tristeza, temor e incertidumbre, en buena medida producto de sus decisiones de gobierno; decisiones que en el futuro tendrán que incluir a todos los ciudadanos y no solo a sus seguidores, pues entre todos SOMOS EL PUEBLO MEXICANO.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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Los gobernantes, en los tres niveles y de todos los partidos se niegan a ver la realidad. Del presidente hacia abajo el escapismo es el sello, su característica principal. Aseguran ser lo que no son, pues se pueden ganar unas elecciones y tener el nombramiento, pero jamás ejercer o cumplir con el mandato público.

 

Tenemos un presidente cuyo refugio es Palacio Nacional, quizá su obsesión por llegar al cargo se convirtió en algo enfermizo, un inalcanzable que una vez logrado además de no desear soltarlo, le llevó al extremo de irse a vivir a ese lugar. En el siglo XIX era adecuado y entendible. Hoy exhibe un ego mega satisfecho que parece no dar crédito a su fantasía de largos dieciocho años, en los cuales se dedicó a viajar (se desconoce de dónde sacó semejante fortuna pues viajar cuesta, y si es por todo el país no se diga, más todavía, y por tantos años).

 

En su castillo de pureza, a prueba de corrupción (según su perspectiva), todas las mañanas el presidente dirige un país que solo existe en su imaginario, en su mente soñadora, contrario, distante y distinto al que vivimos más de 120 millones de mexicanos. Y para enriquecer su fantasía, ha recreado su set con periodistas que además de tener hábitos de lechero, deben guardarse sus opiniones y disensiones pues las charlas mañaneras de AMLO son un simple soliloquio.

 

El mexicano, sin distinción de si vive en la capital del país, en Tijuana, Veracruz, Oaxaca, Chihuahua, Puebla, Hermosillo, Uruapan, Colima, Reynosa, o Guadalajara, por señalar algunas ciudades: el clima de violencia e inseguridad en el que vive es terrible, lugares donde el estado derecho no existe en lo que corre el siglo XXI; ciudades antaño bonitas y disfrutables pero que ante la ausencia de verdaderos gobierno que hagan valer el estado de derecho; se ha permitido que grupos violentos intervengan con absoluta libertad e impunidad ejerciendo de manera pragmática la función de gobiernos paralelos bajo el imperio del terror.

 

Millones de mexicanos son sometidos todos los días a asaltos en el transporte público, en las calles, robados en sus casas, negocios, extorsionados, pagando altas tasas de impuestos a los delincuentes (eso es el cobro de piso), secuestros, robo de sus automóviles, en tanto que empresas de todos los tamaños sufren el robo diario de mercancías, de camiones y traileres con cargas millonarias de mercancías, incluso el robo de trenes se ha convertido en cosa de todos los días.

 

Ante este cuadro, propio del siglo XIX, de la época del Imperio en que el gobierno de Juárez huía itinerante a causa de los invasores (y sus aliados locales); un cuadro que parece brotar de la novela clásica de Don Manuel Payno (Los Bandidos de Río Frio); la inmensa mayoría de los mexicanos sufre y se indigna ante la ausencia de gobiernos que hagan valer el estado de derecho. Una sociedad molesta en gran manera por leyes que solo son pronunciadas en aburridos y ociosos discursos, como también a diario en declaraciones ante los medios pero que tienen años que no se reflejan en la realidad cotidiana.

 

Detienen a Rosario Robles, un asunto de muy alto nivel no visto desde hace varias décadas, sin embargo, en lugar de apoyarse en la ley y dentro del estado de derecho, garante único de la estabilidad y paz social, le envían a un juez sobrino de Dolores Padierna (esposa de René Bejarano y archi enemiga política de la ahora encarcelada); parentesco que obstruye la necesaria imparcialidad. Tan es así que tanto el juez como el ministerio público ofendieron a la detenida y externaron públicamente pensamientos y opiniones personales contra la ex titular de Sedesol. Eso en la capital.

 

En Jalisco, un juez decreta auto de formal prisión contra un ex funcionario panista, que se desconoce si haya cometido delitos o no (probarlo le corresponde a las autoridades competentes), pero que en este caso por el que se le consignó, ni era parte responsable de quienes adquirieron Casa Jalisco en Chicago, ni tampoco aparece su firma en documento alguno. ¿Basta con la opinión del gobernador para que los jueces determinen? Eso además de no ser democracia y ser la antítesis del estado de derecho, son simples muestras de autoritarismo, de dictaduras en ciernes (como las de Chávez y Maduro).

 

Continuar transitando por ese camino más temprano que tarde nos llevará a la dictadura, ya sea desde el mismo gobierno, o por arrebato de los delincuentes. El simple hecho de que el presidente López Obrador haya pactado con personas con cuentas pendientes con la ley (como es el caso de Napoleón Gómez Urrutia, la ‘comandanta’ Nestora Salgado –acusada de secuestros- y muchos otros), además de grupos radicales como los padres de los ayotzinapos (que se desconoce de qué viven y quien les paga su vida de viajeros incansables), de violentos delincuenciales como los maistros de la CNTE, induce a pensar que el proyecto de la 4T no es lo que muchos ingenuos creen. Y téngalo por seguro que no hay ideología alguna detrás, se trata de simple ley de grupo, de respuestas primarias o primitivas.

 

El sábado 17 del presente amanecimos con la noticia de la detención en Argentina del empresario Carlos Ahumada, ligado en una relación con Rosario Robles, a quienes los ahora gobernantes acusan de los video escándalos en que varios de los suyos no encuentran ya dónde meterse los fajos de billetes. Su falsa aureola de incorruptibles les dejó al descubierto delante de todos. El problema es que la detención casi simultánea de Rosario Robles y Carlos Ahumada, además de mostrar una simple venganza, lanza de parte del gobierno de AMLO un mensaje contra la clase empresarial y contra todo aquel que se le quiera rebelar. En pocas palabras: urgidos de un estado de derecho, el gobierno, laxo totalmente con una delincuencia ensoberbecida y derramadora de sangre, en cambio con sus enemigos o los que él considera como tales, muestra una dureza implacable. Así no hay futuro.

 

Con un panorama como el que México tiene respecto al estado de derecho, el análisis y vaticinio de la brillante Ikram Antaki se haría realidad y con esto nos despedimos por esta semana: “Hombres de bien soñaron, hace medio siglo o más, con dar a su patria un conjunto de reglas de comportamiento, que, observadas fríamente y comparadas con aquellas que rigen su norte y su sur, se sitúan por delante de todo su continente. No solo quedaron como letra muerta, sino que sirvieron para lo opuesto de su propósito: manipuladas, sitiadas, deformadas, estas reglas fueron el abono con el cual creció la impunidad de un pueblo reacio a la ley y la perversidad de unas dirigencias delincuentes… Todos los pueblos han tenido, en algunos momentos de su historia, dirigencias delincuentes. Pero el reino del derecho ha triunfado finalmente… Pero eso no ha ocurrido aquí… este pueblo parece haberse quedado fuera de toda dinámica histórica: ni el temor a Dios, ni el respeto a la ley de los hombres parecen tener cabida en sus acciones” (El pueblo que no quería crecer, J. Mortiz, págs.. 119-120).

 

¡Hasta el próximo sábado, si Dios nos permite!

 

 

 

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