Defender a Pemex desde el nacionalismo es desconocer la historia de México y los propósitos de los gobiernos y de una empresa archi recontra corrupta (amafiada entre funcionarios y sindicato -―a la que se han sumado las mega bandas de huachicoleros―). Subir al pedestal del patriota al ex presidente Lázaro Cárdenas por la expropiación de dicha paraestatal, sólo obedece a dos razones, ambas injustificadas. La primera: atribuir dicha acción al valor y patriotismo del presidente michoacano, pasando por alto, que quien decidió la expropiación del Petróleo Mexicano fue precisamente el gobierno de Estados Unidos.
La mayoría de los mexicanos desconoce y pasa por alto que en México había compañías petroleras europeas (y yanquis) y la amenaza de la 2ª guerra mundial era inminente, por lo que Washington ordena a su embajador que trabaje con el entonces presidente Cárdenas del Río en la elaboración de un plan de expropiación con el objetivo de echar fuera del país vecino todo interés europeo que pusiera en riesgo su territorio.
Qué mejor entonces que orientar y alentar a Lázaro Cárdenas para que echara fuera de México a las compañías petroleras europeas (incluyendo por supuesto a las norteamericanas), claro, previas indemnizaciones, todo, con la ayuda y asesoría de Estados Unidos -por medio del ‘bonachón’ embajador Joseph Daniels- . Los alemanes buscaban a como diera lugar un espacio en México que les permitiera estar cerca de los yanquis, sólo que nuestros vecinos se les anticiparon.
Quien desee ampliar el conocimiento de estos sucesos históricos le recomiendo leer mi libro “MÉXICO: ¿ESTADO FALLIDO O PAÍS TRAICIONADO? Volumen Dos” (se puede adquirir en Amazon México). En síntesis: la expropiación de 1938 fue una medida de Washington que no quería ningún interés europeo que les concediera a los nazis el pretexto para invadir México (y obtener una cabeza de playa para atacarlos posteriormente), permitiéndole a Cárdenas, un presidente limitado, que se colgara la medalla de héroe.
La otra razón es más sencilla: han sido los gobiernos en turno los que han alentado a favor de PEMEX una campaña permanente de ‘soberanía energética’ y un sinfín de posturas patrioteras, que no patriotas. Si de verdad fueran patriotas desde hace muchas décadas ya hubiesen puesto un alto a ese hoyo negro de corrupción, ineficiencia e incapacidad. Desde los años ’60 venimos escuchando los mexicanos cuadros comparativos de productividad entre empresas petroleras de diversos países (norteamericanas, europeas y árabes, y, todas, absolutamente todas, producen dos, tres y hasta cuatro veces más que Pemex. Con mucho menos trabajadores producen más y dejan enormes utilidades a sus países (vía impuestos). En cambio Pemex sólo nos ha dejado pérdidas, deudas y más deudas (así como una casta de trabajadores engreídos que se creen los ‘dueños’).
Lo peor del caso es que desde que llegó la Banda, secta, pandilla o cofradía de la 4-T, las deudas de la compañía petrolera han aumentado hasta lo irracional, convirtiéndose en pesadísimo lastre, en algo impagable que amenaza con hundir del todo la economía mexicana y dejarnos a merced de los acreedores. En otras palabras: la ‘soberanía’ que desde hace 7 años pronuncian todas las mañanas en Palacio Nacional, es la que más han puesto en riesgo a causa de la CORRUPCIÓN DESBORDADA DE PEMEX, en la que participan la EMPRESA, SINDICATO, BANDAS DE HUACHICOLEROS (organizadas por funcionarios o ex, pero con la ayuda del gobierno) Y DEMÁS IMPLICADOS.
Desde este espacio periodístico ―como lo han hecho infinidad de compañeros en otros medios― se ha dicho y denunciado repetidamente la catástrofe sufrida en Pemex, sin que López Obrador ni su sucesora Sheinbaum Pardo, hagan algo efectivo para detener la debacle. Al contrario.
Uno y otra se han sumado a su destrucción pidiendo más y más dinero para una empresa que además de estar quebrada (debe más de lo que vale) carece de futuro alguno. Y por si no le fuera suficiente semejante desgracia a la presidenta, ha promovido un mega préstamo disfrazado en el que a sabiendas de que ya nadie le presta a Pemex ―pues carece de solvencia―, ha convertido dicho préstamo en deuda pública nacional. Eso, en cualquier otro país, fuera motivo de juicio y caída del régimen. No importa si es de derecha o izquierda, pues como dicen mis paisanos en los Altos de Jalisco “pa’ que muerda da lo mismo perro que perra”.
El caos en ese renglón es de tal magnitud que ya hasta refinerías tienen los ladrones (para el combustible robado de Pemex); mismo que después le venden a la paraestatal. A las refinerías no se les ha dado el mantenimiento, y la de Dos Bocas es una costosísima escenografía tan inútil como impráctica (construida en un sitio totalmente inadecuado)..
Y por si faltara algo a esta pesadilla, a este mega desastre que amenaza terriblemente a México, a los proveedores PEMEX ya les adeuda más de $431,000’000,000.00 (CUATROCIENTOS TREINTA Y UN MIL MILLONES DE PESOS). Estados sureños como Campeche, que viven en buena medida de ese sector, han caído en un estado de quiebra económica y creciente pobreza a causa de que Pemex no les paga a los proveedores por meses e incluso años. Y mientras estos ciudadanos que viven de su trabajo y sostienen la economía de ese Estado, la gobernadora, en lugar de hacer algo para que se le pague a los campechanos y sus empresas, se divierte con su programa de tele y persiguiendo periodistas.
En verdad que los verdaderos traidores a la patria son otros, y para decirlo con claridad, están ahora al frente del estado mexicano. Pemex es una empresa quebrada, y como tal, debe declararse y pagar con lo que hay a los acreedores, a los de casa en primer orden. ¡Basta ya de que tanto rufián desvergonzado y sin entrañas de misericordia, continúe saqueando México y pretendan aun que los mexicanos paguemos entre todos sus condenables raterías! Su corrupción se ha convertido en un insaciable hoyo negro. que clama con urgencia para que se ponga orden.
¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!
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