Opinión

La veda electoral nos deja espacio para otros temas, así que hoy abordaremos asuntos derivados del cambio en el clima y el calentamiento global, ese que dice el ignorante y dictadorzuelo golpista Donald Trump “que no existe”, que es un cuento de los liberales, capaz incluso de retirar a su país (cuando era presidente) del Acuerdo de Paris en la lucha contra el cambio climático.

     Así son los soberbios ignorantes, asumen que el mundo gira desde su cabeza, por eso es que en el año 2018, siendo presidente de Estados Unidos desechó un estudio de la Casa Blanca de 1656 páginas, elaborado por 300 científicos de 13 agencias federales, en el que se advertían los devastadores daños en la salud, medio ambiente y economía ocasionados por el cambio climático. Informe al que el pedante organizador del concurso de Miss Universo respondió con enfado y rechazo “no lo creo” (El País, 27/Nov/2018).

     El asunto es que este negacionista de la realidad no está solo. Una multitud de evasores, de potenciales delincuentes ecológicos que al negar lo que sucede, contribuyen de diversas maneras para que el deterioro del planeta continúe, en lugar de responsabilizarnos todos en su preservación. Y no se habla de fanatismos ideológicos. No, hablamos de hacer nuestra parte.

     En un necesario acto de congruencia y responsabilidad en el tema: si limitamos lo que sucede en nuestro país, lo primero que se tiene que señalar es que se tiene en la presidencia del país a su ecocida. Un hombre mentiroso como jamás se había visto en el poder, capaz de hablar de programas que sólo existen en su mente torcida y perturbada, como es “Sembrando Vida”, mientras que en la realidad se dedicó a destruir las selvas, para ser exactos 1,500 kilómetros de selva en la Península de Yucatán (para construir una ruta ferroviaria en una zona que por las características del subsuelo no puede soportar tanto peso) destruyendo 10 millones de árboles (cuando había prometido no tumbar uno solo en su gobierno).

     Los resultados saltan a la vista, ya que además de las decenas o cientos de miles de millones robados y dilapidados en esa obra, al destruir tanta selva, su depredación trajo aparejadas otras desgracias, como romper los equilibrios de la naturaleza, trayendo muerte o disminución de diversas especies de fauna y flora, asuntos, que, dicho sea de paso, tienen sin cuidado al dictador de Macuspana cuya mente enferma solamente se ocupa de elecciones y el disfrute malsano del poder.

    Tanta destrucción de selva evidentemente es parte del cambio climático, de los calores insoportables que estamos padeciendo ¿Cuándo se había oído que en Tabasco los monos aulladores se estuvieran muriendo por el calor y los demás tuvieran que ser ayudados por las personas de la zona?

     Con los bosques ha sucedido algo semejante. El actual gobierno ha dejado que los talabosques hagan lo que quieran, de manera que la desforestación ha avanzado significativamente trayendo aparejadas altas temperaturas y escasez de agua. La ecuación es muy fácil de resolver: a menos bosque, menos agua de lluvia. Así que entre la ignorancia de los delincuentes forestales (que solo ven dinero en los árboles) y la ignorancia y corrupción del gobierno, los bosques agonizan, provocando en su agonía un clima a manera de horno en aumento.

     Y al disminuir las selvas, bosques y áreas verdes en el país, por consecuencia natural las reservas de agua disminuyen. Nuestras maestras en los años ’50 y ’60 del siglo pasado nos explicaban perfectamente a los niños los ciclos del agua, su manera de correr y almacenarse en los estanques naturales (mares, lagos y ríos). ¿Los ‘maistros’ de la CNTE que no tienen tiempo para dar clase a los niños, sabrán de estas cosas tan elementales?

     En los años ’70 y ’80, los gobiernos de entonces, y a pesar de sus muchos yerros, mantenían a nivel nacional campañas en todos los medios para el cuidado del agua. «¡Ya ciérrale!», decía conocido anuncio para evitar el derroche en la regadera, como también advertían «de las gotas de agua que estaban quitando el sueño» para evitar y remediar las fugas en el hogar.

     Eso se acabó. Llegaron los ’90 en los que llamar la atención y advertir de todo lo inadecuado era mal visto, condenado incluso, y un sentido de falsa riqueza y derroche se apoderaron de casi toda la sociedad mexicana. Lavacoches con un gasto de agua espeluznante, patios y cocheras encementados (que impiden la filtración del agua al subsuelo), pavimentos y concreto, dejar de construir unidades deportivas (bien árboladas y con jardines) para que los corruptos en los Ayuntamientos vendieran mejor los terrenos públicos a los fraccionadores, etcétera, etcétera. La ambición sepultó el sentido común y la responsabilidades colectivas.

     Las consecuencias ahora las padecemos todos. No solamente los corruptos y los irresponsables. Todos padecemos el grave deterioro que, de no detenerse ya, los días del planeta estarían contados. Claro, Dios tiene otros datos, y esos sí son confiables y absolutamente verídicos. Pero eso sería materia de otro artículo.

     Recuerdo con agrado al entonces Gobernador Don Alberto Orozco Romero, quien construyó una serie de plantas de tratamiento en los pueblos de alrededor del lago de Chapala. Las equipó y dejó funcionando para que las aguas residuales pudieran tener un nuevo uso. Pero qué cree usted, vinieron con el tiempo nuevos gobernantes, “tipos listos” (como decía Bugs Bunny) que, para no gastar en las plantas, dejaron de utilizarlas hasta dejarlas en el olvido.

    De manera que la corrupción también abarca el cuidado de nuestro entorno natural, de nuestro planeta. En el área conurbada de Guadalajara padecemos desde hace años a una plaga de ambiciosos fraccionadores (y ejidatarios mañosos) que al estilo de Nerón prenden fuego a los bosques y áreas verdes que nos rodean, provocando con ello calores insoportables, deforestación irrecuperable y deterioro ecológico. Suicidas globales, pues.

     Y ante la falta de espacio resta señalar a los que producen más basura de la necesaria, que abusan de la compra de comida para llevar (pudiendo ir con sus moldes para no aumentar tantos miles de toneladas de basura diarias). Nuestras madres tiraban todo al camión de la basura. En mi casa éramos 13 hermanos, nuestros padres y la nana, y con un balde era suficiente. Así sucedía en todas las casas (se producía poca basura). Al mandado llevaban una canasta o bolsa de ixtle y la mercancía se iba acomodando con lo pesado al fondo, luego lo demás envasado en cucuruchos de periódico o bolsas de papel. No se tiraban bolsas de plástico (no había).

    Los señores con mayor capacidad económica usaban zapatos de piel de cocodrilo, así como carteras y portafolios. La naturaleza y la fauna se los agradecían. Hoy día “cuidan” a los cocodrilos, por los que esta fauna nociva se come ahora a las personas, vacas, perros, ovejas y cuánto animal se les atraviesa. ¡A qué calorón, verdad! ¿O no existe el cambio climático como dice el vikingo incivilizado de Donald Trump? POR FAVOR, SALGAMOS TODOS A VOTAR.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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La postura digna y fundamentalmente académica tomada por la Universidad de Guadalajara merece pleno reconocimiento. En la semana que concluye se dio a conocer a través de la prensa, que una veintena de agitadores, bajo la supuesta bandera de los palestinos, pretendió, luego de acampar por 24 horas afuera de la rectoría, presionar a nuestra casa de estudios para que rompiera todo lazo con el Estado de Israel ¿Así, o más soberbios? (fuera totalmente de la realidad).

La cuestión de fondo es que las autoridades universitarias, a través del Vice-rector, el Dr. Raúl Solís Gadea, no se dejaron intimidar por estos vándalos que creen que todas las instituciones están sujetas a sus caprichos y modas ‘revolucionarias’ del momento, ignorando, o pasando por alto que las Universidades públicas, además de costarnos una fortuna (muy bien invertida) de los dineros de los mexicanos, su función es educar y preparar para la vida a las nuevas generaciones de estudiantes.

    Para andar de vándalos o maleantes bastaría a esos jóvenes desorientados que se vayan a Sinaloa, Guerrero o Chiapas y no faltará grupo delincuencial que les haga un espacio. A eso se dedican. No producen ni aportan nada al país, excepto problemas, dolor y muerte. Muchas muertes.

Así que venir a nuestra querida Universidad de Guadalajara a pretender instalar un campamento terrorista palestino (promovidos por Hamás) como lo hicieron en varios campus de Estados Unidos y exigir a la Universidad una serie de estupideces (ajenas a sus funciones), además de absurdo, sería una mancha en su historial, un desvío de sus funciones primordiales.

Hace dos semanas se escribió en este mismo espacio un artículo titulado “ESTADOS UNIDOS: CON LOS TERORISTAS EN CASA”, en el que, como se indica, los terroristas de Hamás (lo cual se comprobó por las autoridades de ese país) se colaron a varias de sus universidades, con todo lo que esto significa y conlleva de peligro. Entre las advertencias dichas se reproducen y recuerdan estos fragmentos:

 

“…De entrada, se ha de señalar que gran parte de los jóvenes que han acampado en las universidades no son alumnos de éstas. Son agitadores preparados ex profeso para alterar el orden social y desestabilizar el país; cuestión que de alguna forma están logrando. Sobre todo, si se toma en cuenta que ya se dieron a conocer, que cobraron cierta fuerza, cubriéndose con una bandera, que además de falsa, es mero parapeto para comenzar a dañar esa nación (al estilo del caballo de Troya) y de paso ganar simpatías entre los románticos tontos y los desinformados (que lo son en ambos casos).

      Paradójicamente, en la era de mayor información de todos los tiempos, gran parte de esa misma juventud está desinformada (para no decir ignorante). No lee libros, no lee periódicos, ni revistas de política, es ajena a los artículos de fondo, y no atiende programas televisivos semejantes, lo que les convierte —parafraseando al ya desaparecido Umberto Eco, en “idiotas sofisticados”— ¿Cómo opinar siquiera de un tema del que se desconoce historia, antecedentes previos y actuales, condiciones sociales, políticas, económicas, culturales y religiosas? ¿Cómo emitir una sentencia personal sin conocer medianamente (a fondo es demasiado pedir) lo que sucede, las causas que originaron el conflicto (la invasión a Israel el 7 de octubre de 2023 con el asesinato de 1,200 personas inocentes), qué tipo de grupo es Hamás, cómo piensan, cuáles son sus límites, si viven y aceptan el estado de derecho, y un largo etcétera?

     En el argot comunista del siglo pasado, a los defensores de ese tipo de regímenes los propios comunistas les calificaban como “tontos útiles”. Condición que se está repitiendo en muchos jóvenes del país vecino, que al desconocer del todo la mentalidad musulmana, se convierten en meros títeres, en tontos útiles de grupos terroristas que no titubearían un instante para deshacerse de ellos si lo requiriera su misión”.

 

     En cuanto a los aprendices de fedayines locales, se emberrincharon los nenes, cuando las autoridades de la Universidad pública no se prestaron a sus deseos, que en el fondo no son otros, que convertirse en esquiroles del grupo Hamás, de hacerles el trabajo sucio a los terroristas, pretendiendo pasar como “luchadores sociales”.

    Si tanto es su amor por la justicia, ¿por qué mejor no lanzarse contra las bandas de asesinos que tienen aterrorizado todo México de norte a sur y del Pacífico al Atlántico? Casi 190,000 mexicanos asesinados en lo que va de la dictadura de López Obrador; 50,000 desaparecidos (asesinados, pues, pero enterrados en fosas clandestinas, desmembrados o desbaratados con ácido), mujeres esclavizadas, violadas, comunidades enteras despojadas de su patrimonio y forma de trabajo, así como una larga lista de injusticias claman por quien les defienda de tanta sangre, violencia e injusticia.

     Pero no, es más fácil ser exhibicionista, acampar un día frente a la Rectoría de la U. de G. y en un berrinche manifiesto tan propios de la generación de cristal— exigir con altanería: “Venimos a encararlos porque parece que es lo que tenemos que hacer todo el tiempo porque no tienen la voluntad de que sus vías de comunicación sirvan… es muy reprobable esa actitud de las autoridades, de ignorarnos. Es evidente que le están apostando a nuestro desgaste”, declaró a la prensa una aprendiz de fedayina, que ni siquiera tuvo el valor de dar su nombre (Mural, 24/Mayo/2024).

     Tratando de poner las cosas en perspectiva, la Universidad de Guadalajara no es un país para que rompa lazos con Israel, sus funciones son otras. Además, si se les hiciera un examen de historia, política y religión de esa zona del mundo (causa fundamental esta última de la lucha de los terroristas de Hamás, cuya meta es acabar con judíos y cristianos y convertir a la humanidad entera al islam) lo más probable es que estos aprendices de terroristas lo reprobarían. Conocer parcial o tendenciosamente un tema no lo convierte en verdad. Es necesario conocer cuando menos 2000 o 3000 años de historia de esa zona y, en particular los últimos dos siglos para poder emitir una opinión. Así que, un reconocimiento a la Universidad de Guadalajara por su integridad y firmeza, por no permitir el ingreso a los aprendices de terroristas.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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A las pocas semanas de arribar al poder presidencial se dijo desde este espacio que López Obrador no estaba bien, en sus cabales, que era un enfermo mental (para no decir “loco”). El tiempo ha mostrado a través de las acciones del tabasqueño que no era una apreciación falsa. Al contrario, poco a poco la enfermedad fue avanzando y tenemos en la presidencia de México a un hombre a todas luces desquiciado, cuya única visión y propósito en la vida es satisfacer su enorme e incontrolable ego, como también dañar y vengarse de todos aquellos que a su juicio le han hecho algo, pues como es todos sabido, EL SIEMPRE ES LA VÍCTIMA, pase lo que pase, la tragedia del tamaño que sea, EL ES LA VÍCTIMA.

     A la manera de Nerón, este hombre rencoroso e iracundo ha utilizado el poder única y exclusivamente para darse gusto, para dar rienda suelta a sus fantasías de grandeza, por eso la cancelación del NAIM y remodelar uno militar (Santa Lucía), la construcción del Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Tren del Itsmo. Obras todas sin estudios previos, ni protegiendo en absoluto el medio ambiente. Nada. Solo los delirios del dictador enfermo queriendo pasar a la historia. Que ya lo hizo, pero no como en sus locuras cree.

     La cuestión es que en la medida que el reloj de arena sexenal va quedando vacío en la parte superior, el demente de Palacio se ha ido turbando. Día con día el hombre se muestra más iracundo e irrefrenable en sus delirios, pues, aunque está enfermo, no está tonto y sabe perfectamente que solo le quedan cuatro meses de poder. Poder en el que se ha embriagado hasta el éxtasis.

     No podía ser de otro modo. Un alma indigente como la suya, alérgica al orden, trabajo, ciencia, estudio, legalidad, arte y demás activos de una sociedad sana; impuesto justo a lo contrario, al desmadre, a las manifestaciones, los gritos, los destrozos, a salirse con la suya, a la toma de pozos petroleros y tratar de incendiarlos, en una palabra, a destruir, pero jamás construir; tomar las riendas de la Presidencia era un contrasentido en el perfecto sentido de la palabra.

     De manera que una sociedad que ha ido tomando conciencia de la realidad nacional ha decidido salir a la calle a manifestarse, a decirle a López Obrador y su pseudo partido (que en realidad es una especie de secta perniciosa o agrupamiento de desadaptados y maleantes) que están hartos de sus locuras y desatención a las necesidades fundamentalespor lo que han decidido salir este domingo a decirle al autócrata zafado ¡YA BASTA!

      Pero como casi todo perturbado mental el tabasqueño no escucha ni ve la realidad. El sólo se escucha a sí mismo, siempre tiene otros datos, una realidad alterna que su mente trastornada se imagina, por lo que en lugar de atender a los mexicanos que le reclaman su absoluta desatención en seguridad, salud, medicinas, educación, ausencia de obra pública, extorsiones, asesinatos y un larguísimo y doloroso etcétera, él se victimiza. Sus imaginarios enemigos le acusan y persiguen, cuando lo que le persigue desde el 1º de diciembre de 2018, es su atrevimiento a contender por una responsabilidad para la que no contaba con el mínimo del perfil e inteligencia requeridos. No es lo mismo gritar sandeces y ofensas desde las manifestaciones, que pensar y resolver los grandes y gravísimos problemas nacionales (acumulados en ya casi seis años de desgobierno; de total desatención).

      Y como a su alrededor y por lo que se aprecia, no hay una sola persona decente y con sensibilidad que le diga la verdad, el demencial titular del poder ejecutivo arremete contra todos los que en su imaginación considera sus enemigos, pisoteando de paso la libertad de expresión y los derechos y garantías constitucionales de los mexicanos que a diario ataca y ofende. Pero eso sí, “con todo respeto” ¿Así, o más chiflado?

    Considerando, pues, lo que se ha dicho y tomando en cuenta que a pesar de sus muchas y millonarias encuestas (pagadas con nuestros impuestos) que aseguran que Claudia Sheinbaum ya ganó, que la elección es un mero trámite. La realidad, la verdadera realidad lo tiene enloquecido. López Obrador sabe perfectamente que la candidata Xóchitl Gálvez va a ganar la presidencia de México y eso lo mantiene furioso todos los días.

    Y si a este incomodísimo tema para este individuo insano de la mente le agregamos que el próximo domingo 19 los mexicanos libres, es decir, más del 80 por ciento de los ciudadanos: un buen número va salir a las calles y plazas del país a decirle al inquilino de Palacio que respete la Constitución, las elecciones y la democracia, el hombre ya está fuera de sí. Para bendición de México y los mexicanos tenemos una «camisa de fuerza» a su medida. Camisa que se llama Constitución, democracia y estado de derecho.

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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No hay una sola cosa que haga bien y con la intención correcta. Todo es en base a sus caprichos del momento y a su perversa y torcida visión de las cosas. La Presidencia de la República nunca la ha ejercido, le quedó demasiado grande la responsabilidad, se ha limitado a su disfrute y usufructo. Muy probablemente pasará a la historia como el peor presidente de México.

     Su mente desordenada se ha convertido en agenda nacional, de manera que la multitud de necesidades de los mexicanos no han sido suplidas ni protegidas (con todo el daño que esto ha ocasionado). Andrés Manuel López Obrador desde el primer día, fecha en que en un templete en el zócalo se arrodilló ante brujos para que le realizaran ritos paganos, lo que se consideró presagio y señal de lo que sería su sexenio (en un país de origen y creencias judeocristianas) mostró el rumbo que tomaría.

 

Toma de protesta de AMLO: qué significado tiene el Bastón de Mando que los pueblos indígenas le entregaron al nuevo presidente de México

 

De hecho, es el único día que se ha arrodillado ante alguien en un evento público. En lo sucesivo nada lo ha doblegado y ante nada se ha conmovido, pues nada le importa, sólo él y los que le rodean, así como las siguientes elecciones. Su corazón duro como la piedra, insensible ante el dolor de los mexicanos, no le permitió llorar con los estragos de una pandemia que cobró más de 800,000 muertes, como tampoco ante los llantos de los padres de niños con cáncer para quienes no hubo medicinas ni tratamientos, con los familiares de los 110,00 desaparecidos y los 186,000 asesinados durante su desgobierno y un largo etcétera. ¡Nada le importa y nada le conmueve!

     En lugar de someter las múltiples bandas criminales que mantienen aterrorizado al país de norte a sur y del Pacífico al Golfo, el veleidoso e iracundo inquilino de Palacio Nacional les ofreció «abrazos», mientras que los balazos han perforado los cuerpos de más de 200 mil personas durante su terrorífico desgobierno (186,000 contabilizadas, más cuando menos otras 40,000 asesinadas, pero no contabilizadas por estar en fosas clandestinas, desmembradas, o deshechos sus cuerpos por ácido).

     En lugar de someter a los criminales al imperio de la ley, les ha permitido cobrar su impuesto a todos los comerciantes y trabajadores de todos los tamaños («cobro de piso») con total impunidad, dejando a los mexicanos en absoluta indefensión y permitiendo que se conviertan en simples esclavos de la fauna criminal.

     En lugar de investigar a sus hijos y a la banda de bribones y parientes que se han mega enriquecido con los dineros públicos al amparo del poder presidencial (que no ejerce; que sólo lo utiliza para provecho personal y de su grupo) anda escarbando en los archivos judiciales intentando formar una averiguación (se trata del sistema de justicia anterior) con un expediente que a todas luces además de carecer de sustento legal, en realidad se trata de una simple venganza contra una viuda cuya voz y trabajo le estorban. Eso por un lado. Por otro, la investidura que tanto presume y defiende, no es la agente del ministerio público, ni de policía judicial. Es de Presidente.

     En lugar de acudir a los centros médicos y hospitales públicos para conocer de primera mano su realidad, necesidades y enormes carencias, pierde el tiempo presidencial (el más valioso de todos) en shows mediáticos mañaneros que no le sirven absolutamente para nada al país y los mexicanos. Solamente a su ego enfermizo y como instrumento de propaganda al estilo nazi, y, dicho sea de paso, con una vulgaridad y nivel de dar vergüenza.

     En lugar de vigilar y conceder seguridad en las carreteras, en el campo, en los comercios, mercados, a las familias, a las mujeres en la calle, etcétera, como se vio en estos días, el tabasqueño pierde irresponsable y criminalmente su tiempo en venganzas personales.

     Ninguna de estas responsabilidades presidenciales ha cumplido. No le importa en absoluto. ¿Cómo entenderá sus enormes deberes un hombre enfermo de la mente, impuesto solamente a destruir y dar gusto a su enorme ego? El nunca ha servido a los mexicanos. Se ha servido de los mexicanos. Es todo.

     La cuestión es que al no cumplir con sus responsabilidades las voces desde los otros poderes, los medios y la sociedad se han levantado con crítica y airados reclamos. Pero como escribiera Don Alfonso Reyes “¡no se es dictador en vano!”, y López Obrador no admite ninguna crítica, su mente y corazón malignos la rechazan, en su egolatría y carácter sin disciplina alguna asume que todo lo que hace está bien, que son “ataques contra su persona”.

     La semana anterior en uno de sus furiosos ataques contra los críticos la enderezó injusta y perversamente contra una viuda ¡Ver para creer! No resuelve ninguno de los incontables y gravísimos problemas del país, pero durante varios días seguidos ha atacado con todo el poder del estado a la investigadora y escritora María Amparo Casar, quien además de presidir la organización «Mexicanos contra corrupción», es escritora y académica, cuyo largo trabajo profesional a través de décadas favoreció al establecimiento y fortalecimiento de nuestra joven democracia. Tarea que ha incomodado en gran manera al autócrata que cobra como presidente de México, quien en un acto mayor de vileza y ruindad la acusó sin fundamento desde la llamada “mañanera” de cometer un delito. En síntesis: ¡En lugar de cumplir con sus muchas responsabilidades y tareas presidenciales, el viejo porro que lleva dentro salió a perseguir a una viuda!

¡Hasta el próximo sábado si Dios nos permite!

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